Desde la Dirección General de Salud Pública y Adicciones se recomiendan una serie de prácticas que pueden ayudar a disfrutar de forma segura y más saludable
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Las fiestas llegan este año marcadas por la pandemia, pero probablemente no faltarán clásicos como las comidas copiosas, los aperitivos altos en sal, los turrones, los caprichos, las copas de más y la actividad física de menos. Para evitar excesos, y también prevenir contagios por coronavirus, desde la Dirección General de Salud Pública y Adicciones de la Conselleria de Sanidad Universal y Salud Pública se recomiendan una serie de prácticas que pueden ayudar a disfrutar de las celebraciones de forma segura y más saludable.
Los espacios abiertos reducen las posibilidades de transmisión de la Covid-19. Por ello, siempre que sea posible, es preferible comer en la terraza o al aire libre. Si esta opción no es viable, hay que procurar abrir ventanas y puertas para facilitar la renovación del aire en la estancia que va a acoger la reunión. Así mismo, es aconsejable tomar asiento de forma alterna y evitar sentarse en frente de otra persona si no se puede garantizar la distancia de seguridad (2 metros).
Nada más llegar al punto de celebración, se recomienda lavarse las manos con agua y jabón o gel hidroalcohólico; al igual que al inicio y al final de cada comida.
Se aconseja también identificar los vasos y cubiertos para evitar errores, y no hay que utilizar para uso individual los utensilios reservados para servir la comida, ni compartir el plato con otra persona.
A la hora de servir, es aconsejable seleccionar a una única persona para que se encargue de llevarlo todo a la mesa, incluidos los aperitivos. Esta persona se lavará las manos con agua y jabón, o bien se las desinfectará con gel, cada vez que sirva la comida.
Las comidas y cenas de Navidad suelen ser momentos de tertulia por lo que, si entre plato y plato hay que esperar, es necesario ponerse la mascarilla. Así mismo, se desaconseja brindar chocando las copas.
Menús saludables
Respecto al menú, se recomienda reducir el consumo de aperitivos procesados y con alto contenido en sal, y sustituirlos por alternativas saludables como, por ejemplo, guarniciones a base de verduras y hortalizas de proximidad y temporada.
Priorizar los productos frescos y de temporada de comercios locales ayuda a mantener una dieta equilibrada y además sirve de apoyo a la economía de la zona. Por otra parte, al preparar ensaladas, deben evitarse salsas muy contundentes o procesadas; lo ideal son aliños saludables como macerados y aceites aromáticos especiados, vinagre, limón, hierbas y especias.
En cuanto a cómo maridar los platos, está muy extendida la creencia de que el alcohol ayuda a hacer la digestión, pero más bien es al contrario. Dosis elevadas, como las que se suelen consumir en las fiestas, dan lugar a aparición de reflujo gastroesofágico, gastritis y diarreas, entre otros perjuicios. Además, junto con las bebidas azucaradas, constituyen un gran aporte de calorías.
Si después de aperitivos, primeros y segundos platos, queda hueco para el postre, es recomendable reservarlos para los días puntuales de celebración.