El coportavoz de Compromís, Carles Mulet, considera que hay demasiadas trabas y complicacionesen las zonas tradicionales.
Mulet ha recordado cómo el Consell cerró al mes de mayo, sin previo aviso, las cuatro zonas de acampada de Sant Joan de Penyagolosa en Vistabella, y sólo después de una gran movilización se consiguió continuar con esta actividad gracias a que la Diputación Provincial se comprometió a hacerse cargo del mantenimiento de las zonas de acampada, pero a pesar de eso, ahora es más complicando acampar que antes.
Entre las “novedades” incorporadas en esta zona emblemática está que sólo se puede acampar con tiendas de campaña (no se permiten caravanas, por ejemplo) y para hacer uso de este espacio libre se tiene que pedir permiso al PROP de Castelló, con un mínimo de 7 días de antelación, para tener tiempo para recibir la autorización, ya que en el caso de hacerse la petición en los edificios PROP de Valencia y Alicante, se tendría que hacer con 10 días de antelación, y en ningún caso se permite acampar más de 10 días.
Para el portavoz ecosocialista “se han impuesto una serie de barreras burocráticas innecesarias que disuaden de emplear esta zona; antes el parque tenía una caseta de información en la entrada del mismo y los permisos y controles se hacían en el momento, ahora todo aquel que no sea previsor, no puede hacer acampadas si lo piensa con menos de una semana de antelación, y tener que ir al PROP en lugar de tramitarla en el propio parque es una gran dificultad: ¿cómo lo hacen vecinos de municipios que no tienen dependencias del PROP?".
Según Mulet “no vale de excusa estas medidas como un instrumento para mejorar la seguridad y control de los usuarios; si las instalaciones están disponibles a la administración le tendría que dar lo mismo si se pide permiso 10 días antes o en el mismo momento de acceder en el parque, todo lo que sea dificultar los permisos, es hacer que menos gente lo use”.
Desde Compromís se ha recordado que las zonas de acampada libre del Planàs, como las de camping controlado del Lloma del Mig, o las de la Lloma Velà I i II , ha sido durando décadas un reclamo para el turismo de interior, verde y alternativo y vital para la economía de la zona, por eso se ha pedido facilitar el acceso a las zonas de acampada por medio de procedimientos más ágiles como pueden ser la inscripción en el momento en el punto de interpretación del parque o el ayuntamiento del municipio.
