Enrique Domínguez. Economista
Qué bonito y saludable es, al levantar la vista cuando caminamos o paseamos por muchas de las calles de Castelló de la Plana ver unos árboles, muy conocidos por casi todos, dada nuestra ascendencia agraria, y unos frutos anaranjados que, enseguida nos recuerdan a esa fruta, rica en vitamina C, que abunda en los campos, cada vez más abandonados, de la ciudad.
Sabemos que esos naranjos son 'tarongers borts' y que su fruto tiene un sabor muy agrio que, sin embargo, era empleado, sobre todo en Andalucía, para elaborar la mermelada de naranja. Y también, en otras partes, como alimento para los animales.
Aquí no se utilizan para nada de esto, aunque la semana pasada vi a un matrimonio, con una escalera doméstica, coger una bolsa de esas naranjas, seguramente para hacerse mermelada.
Pero resulta que desde la segunda quincena de enero las brigadas municipales del SMC (Servei de Manteniment de Castelló) se dedican, cuando apenas han empezado a tomar color, a quitarlas en base a no sé qué protocolos. En cambio, una ciudad con gran tradición de naranjos en sus calles, como es València, deja los frutos en los árboles mucho más tiempo y las destinan a alimentación animal. Aquí, simplemente, se tiran en un vertedero, según parece.
Hace un par de años, comentando con miembros del ayuntamiento de Almassora, la ciudad donde nací y de la que me sigo sintiendo miembro a pesar de vivir en Castelló, si ellos tenían naranjos plantados en las calles, me indicaron que no; lo curioso es que, al decirles que en Castelló sí los había pero que desde enero quitaban las naranjas, me contestaron, ¿y, entonces, para qué los plantan?
Dándole vueltas a por qué las quitan tan pronto, solo encuentro una razón convincente: se quiere hacer honor al lema del SMC, “Castelló sempre més verd”. Es curioso que la única nota de color que tiene Castelló para salir dela dictadura del color verde, se quite tan pronto. Tal vez es porque se acuerdan de la canción de Raimon “tots el colors del verd”; pero ese era otro asunto.
Castelló sempre més verd perolas calles en las que quitan las naranjas, se quedan con las aceras manchadas por las que caen desde las alturas y se esclafan contra el suelo a pesar del cuidado que, imagino, ponen los trabajadores en su misión. Ni los gamberros en sus momentos álgidos consiguieron tantas manchas. Pueden ustedes ir a la calle Tenerías y aledaños y comprobarlo.
He seguido desde hace cinco o seis años el proceso de “recogida” de las naranjas. En un principio, se usaban escaleras domésticas haciendo equilibrios que, por suerte, no dieron lugar a accidentes; y, gracias a eso, las más altas se salvaban. Luego emplearon palos con cuchillas en su extremo, que siguen utilizando, y que tiraban al suelo frutos y ramas; fueron mejorando los medios para la recolección y, últimamente, se emplean las escaleras de podar grandes árboles. Y, a pesar de eso, el suelo se mancha.
Y argumentos para quitarlas se han dado de lo más diversos y variopintos; desde que algunos jóvenes las utilizaban para tirárselas, 'fent harca' como hacían algunos antaño, hasta la denuncia de una señora por caerle una en la cabeza (¿tendría que ver con Newton?) o, sencillamente, porque al caer ensucian y manchan la calle (¿han visto ustedes caer una naranja por la gravedad y romperse en pedazos?).
Aporto una solución intermedia: Dado que en Castelló no tenemos gigantes (a excepción del Tombatossals), se dejan las naranjas de los colmos para que así se pueda seguir viendo su color anaranjado; y, a medida que fueran cayendo (no lo vana hacer todas a la vez), serían recogidas, bien por probos ciudadanos depositándolas en los contenedores, bien (lo más seguro) por los miembros del servicio diario de limpieza.
He plasmado este hecho en instancias ala concejala/l responsable, con petición de entrevistas con ellas/os, con artículos en la prensa, pero hasta hace un año (porque me he desengañado de seguir pidiendo entrevistas) solo he conseguido que me reciban muy amablemente, que me digan que van a investigar qué protocolo tienen los técnicos para esto y que me lo dirán y… (aún estoy esperando).
Este es un tema muy marginal con la que está cayendo por la irresponsabilidad de algunos y la falta de consenso. Pero esa tristeza que llevamos dentro y que las naranjas podían reducir, alguien las considera culpables y nos las quita antes de hora ¿Nos lo merecemos? ¿Ustedes qué opinan?