Miguel Bataller. Ciudadano del mundo y jubilado.
La campaña electoral de Cataluña, ha venido a ponernos en evidencia, algo que la mayoría de los españoles ya sabíamos y nos negábamos a reconocer.
Es la pésima calidad ética y humana de muchos de los líderes de nuestros principales partidos del arco parlamentario.
Por orden de mayor a menor en número de votos, paso a darles mi opinión argumentada de cada uno de ellos.
Pedro Sánchez, al que me he hartado de calificar en mis columnas, sin haberle encontrado un punto positivo nunca en su haber, sigue demostrando con sus hechos en el Gobierno, que su principal obsesión es mantenerse a bordo de su Falcon y en el Palacio de la Moncloa, pese quien pese y por encima de ninguna convicción política, porque él no las tiene ni las ha tenido nunca.
Un día nos vende su imagen de Constitucionalista, pone a Salvador Illa al frente de los socialistas catalanes para recuperar el voto de los constitucionalistas y al día siguiente pacta con ERC y Podemos la formación de una mesa de partidos para analizar la posibilidad de conceder a los catalanes y vascos el derecho a decidir.
Y a renglón seguido afirma sin ningún rubor que nunca pactará con Independentistas para formar Gobierno.
Este personajillo, tiene un morro que se lo pisa, porque en los últimos años lo ha pactado todo con ellos, eso sí, sabiendo que no servía de nada y era papel mojado porque constitucionalmente nada de lo que le pedían se lo podría dar él.
El Rufián con más poder en España, cuando no quiere ser español, ahora vuelve a negar por activa y por pasiva que ERC vaya a pactar de nuevo con el PSOE, cuando es evidente que el próximo lunes se dan las condiciones que ahora parecen evidentes, pactará con el PSC que es más de lo mismo, si los necesita para poder formar Gobierno con ellos y los Comunes de Podemos.
Nada nuevo bajo el sol, porque mucho me temo que ERC, más los Comunes y Junts per Catalunya, que sería la otra alternativa plausible, sea poco menos que imposible porque ni los Independentistas de extrema derecha se dejarían devorar por los de republicanos de izquierdas ni tampoco todo lo contrario, porque el absorbido desaparecería del mapa.
Ciudadanos suspira por formar Gobierno con el PSC, pero ha perdido todo el potencial que demostró en las últimas elecciones y va a quedar como una fuerza testimonial, que no creo que vaya a ser suficiente.
Y la mayor sorpresa de todas me la he llevado con las declaraciones que he escuchado de Pablo Casado en la ‘Ser’ a Ángeles Barceló, en las decía casi literalmente:
“Yo lo que puedo decir, es que la relación personal de Sánchez conmigo es buena y me he reunido con él durante dos o tres horas cuando otros no pudieron hablar más de veinte minutos o no asistieron a las entrevistas.
Yo respeto al PSOE, el Partido Socialista es un gran partido, que hizo la transición con UCD y posteriormente construyó el Estado del Bienestar con nosotros”.
En primer lugar presume de logros de otros líderes que consiguieron el PP y el PSOE (Suarez por UCD con Felipe y posteriormente este con Aznar) cuando tanto él como Pedro Sánchez eran simples universitarios que empezaban a babear por situarse en la política para seguir trepando.
Me da la impresión de que Pablo Casado ha hecho su “Canto del Cisne” como político.
No se puede mentir más ni peor, cuando llevan dos años en un “mátame o te matare” entre Pedro y Pablo, para ahora rendir armas y pleitesía al líder socialista antes de las elecciones catalanes.
Sabe que va a fracasar y rinde armas antes de ser humillado por su torpeza a inconsistencia.
Yo que he sido votante del PP durante más de treinta años, me avergüenzo de este personaje que como Boabdil, “llora como una mujer, lo que nunca supo defender como un hombre”.
De Pablo Iglesias tampoco quiero hablar, para no ensuciarme ni la lengua ni la punta de los dedos al mecanografiar la opinión que me merece y ustedes conocen.
Sólo me queda calificar a VOX, que al no haber gobernado nunca en ningún lugar, es la única que está limpia de polvo y paja y es mi única esperanza de cara al futuro, porque todos los demás ya me han decepcionado mucho.
Quizás luego también lo harán ellos, pero no será mi culpa sino la suya.
Yo sigo pensando lo mismo que pensaba hace más de cincuenta años, pero la ética, el sentido de la responsabilidad y el valor de la palabra dada en los procesos electorales se ha convertido en papel mojado y yo ya no puedo estar en sintonía con todos los mequetrefes, mentirosos, cínicos y engañabobos que han ido proliferando como la mala hierba en el campo político español.
Lo siento España, pero con esta gente nos espera un futuro tan triste como ruinoso, si los españoles no nos protegemos contra muchos de ellos.
