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domingo, 24 de noviembre de 2024 | Última actualización: 16:29

Mascotas políticas

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Diana Rubio. Politóloga experta en comunicación política, protocolo y eventos.

Todos sabemos por nuestra experiencia, de la importancia de las fotografías en la vida de cualquier persona,  forman parte de sus recuerdos, una imagen vale vas que 1000 palabras.

Pero si extrapolamos la utilización de esta herramienta a terreno político, vemos que forman parte de las estrategias actualmente en alza de humanizar a los representantes o candidatos electorales, acercarles a la ciudadanía mostrando sus facetas más familiares y emotivas, dejando a un lado la formalidad y grisácea vertiente política.

No sólo debemos hacer referencia a la fotografía, las nuevas tecnologías y la incursión de Internet en nuestro día a día también ha supuesto la aparición de los materiales audiovisuales en los que deben incurrir nuestros políticos y sus consultores en la ardua tarea de aproximarlo a la realidad de la ciudadanía a la cual representa.

Es en estas nuevas tareas de humanizar, donde entran en escena miembros de la familia que normalmente quedan relegados a un segundo puesto y que sin embargo, son un elemento vital para optar a ser el candidato más cercano y que cree mayor simpatía;  Hablo de las mascotas de nuestros políticos.

No solamente  el aparecer en escena con sus hijos o padres ayuda en crear una imagen positiva y con tintes de proximidad,  el demostrar afecto y cariño por los animales, es un factor positivo en esto de acercarse a los futuros votantes.

Churchill, Nixon, Reagan, Chirac y un largo etcétera cuentan en sus familias con diferentes animales de compañía, y sus fotografías y vídeos demuestran que detrás de un líder con una determinada imagen, sus mascotas ayudan a enternecerles e incluso arrancarles una sonrisa, dándole así la vuelta a la misma.

Cabe decir que los sentimientos por los animales de compañía y su plasmación en material audiovisual no es algo que nos pille de sorpresa, Hitler demostró la afección por su perra en la mayor parte de los vídeos de la época que existen sobre él, incluso en el momento de su muerte, le acompañó su fiel mascota. Lenin sentía devoción por los gatos, pero sus imágenes no fueron tan trascendentes como las que existían sobre el führer.

La opción de tener presentes a los animales ha atravesado límites insospechados debido a las campañas donde  Don Burro o el CandiGato Morris eran quienes ostentaban la candidatura electoral. Estas tendencias son consideradas bastante innovadoras en los tiempos que corren, aunque también puedan considerarse como armas de ridiculización política.

Si recordamos a algunas mascotas, no debemos olvidar a Bo, el perro de los Obama, o el terrier de los Bush. No sólo han sido perros los que han acompañado a los presidentes norteamericanos en su paso por la Casablanca, los gatos también han formado parte de anecdóticas escenas, como sucedió en el mandato de Clinton.

Aunque en  Estados Unidos los animales de compañía de los presidentes han estado presentes y son los más conocidos, hay otros políticos que también los muestran en sus fotografías íntimas, e  incluso en oficiales; tal es el caso del presidente checheno, que siente gran afecto por sus gatos, afición que comparte con el primer ministro británico o Aznar paseando a sus perros, son muestras de ello.

Por ello, el observar a nuestros políticos con sus mascotas,  compartiendo  con la ciudadanía sus sentimientos hacia los animales, hacen ver que detrás de esa imagen de político serio, existe una persona sensible, emotiva, y que disfruta del cariño que los animales de compañía aportan a sus dueños.

En definitiva,  el enseñar imágenes o material audiovisual donde se muestre esta faceta, servirá de aliciente en las estrategias dirigidas a humanizar  a los cargos o candidatos, incluso convertirse en un factor vital a la hora de lavar la imagen de un determinado político o crear expectativas positivas sobre otros.