Casimiro López Llorente. Obispo de Segorbe-Castellón
En unos días celebramos la Fiesta de la Virgen del Carmen. Su devoción está muy arraigada entre nosotros y la gente del mar la tiene y celebra como su patrona. Ella es la Stella maris, la estrella en el mar de la vida que nos lleva a Cristo, el puerto seguro; y la estrella del mar que protege a marineros y pescadores. En el día de su patrona tendremos un recuerdo especial para todos los trabajan en el mundo de la mar y sus familias. Este año tendremos además muy presente en nuestra oración al joven estibador, David, aún desaparecido desde el trágico vuelco de un mercante en el puerto de Castellón a finales del mes mayo, y a su familia.
Los marineros y los pescadores pasan desapercibidos para la mayoría, a pesar de su importancia para la economía mundial. Más del noventa por ciento del comercio mundial se transporta en barcos de todo tipo; sin los marineros, la economía mundial se detendría y sin los pescadores en muchas partes del mundo se pasaría hambre.
Marineros y pescadores trabajan durante largos períodos, lejos de casa y de sus familias.
Su vida “a veces también está herida por vergonzosas experiencias de abuso e injusticia, por la insidia de los traficantes de personas; por el chantaje del trabajo forzoso. Otras veces, no reciben el salario que se les debe o son abandonados en puertos lejanos. Además de los peligros de la naturaleza, deben hacer frente a la piratería o los ataques terroristas” (Francisco, 27.06.2019).
Jesús acompañaba a sus discípulos en los viajes en barca y en sus afanes. Como él, la Iglesia acompaña a la gente del mar y les atiende en sus necesidades humanas y religiosas. Con este fin surgió el apostolado del mar en la Iglesia, bajo el nombre de “Stella maris”; es el título preferido con el que la gente del mar se dirige a la Virgen María, en cuya protección siempre ha confiado. El pasado año este Stella maris, presente en más 300 puertos del mundo, cumplía 100 años; desde hace siete años también está presente en el puerto de Castellón de la Plana. La finalidad de este servicio diocesano es llevar la Buena Nueva del mensaje cristiano a todas las personas del mundo de la mar. Quien acoge y vive el Evangelio de Jesús, cuida, proclama y defiende con valentía la dignidad humana que a veces es descuidada o conculcada en el mundo del mar. Nuestro apostolado del mar desea acoger y acompañar, llevar luz y esperanza a la vida de la gente del mar, y ayudar a los marineros necesitados y a todas sus familias.
Que la Virgen del Carmen, la Stella maris, como buena madre y patrona, proteja y guíe a todos y en especial a la gente del mar y sus familias.