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jueves, 21 de noviembre de 2024 | Última actualización: 19:57

Los burros, los políticos y las cabras

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Miguel Bataller. Ciudadano del mundo y jubilado.

Hablar de “burros” sin hacer referencia a estos adorables animalitos, que no son nada agresivos y siempre han servido para llevar las cargas más pesadas y sufrir unos maltratos excesivos por su tozudez, es algo muy común en nuestra sociedad actual.

Este nombre, por sí mismo se convierte en un adjetivo tan negativo como evidente, para denunciar la torpeza de cualquier persona, en el desarrollo de su labor profesional.

Un mal arbitro de cualquier deporte o un jugador torpe en sus funciones sobre un terreno de juego, suele ser inmediatamente calificado como tal, tanto por sus propios hinchas como por los del equipo contrario, que deberían de aplaudirle fervorosamente por la ayuda que les presta a su equipo favorito.

Pero en el caso que nos ocupa, las víctimas han sido los “burros” que fueron soltados en los montes de la provincia de Castellón, por unas mentes calenturientas y desconocedoras de las capacidades y habilidades de estos pobres animales, que tuvieron la desgracia de nacer “burros y no cabras”.

Todos sabemos que la cabra tira al monte, como dice el refrán, porque es su medio habitual y sabe moverse en ese entorno por escarpado y pelado que sea, encontrando siempre la forma de sobrevivir.

Pero la libertad de la que disponen, es la que les permite a las cabras montesas, poder sobrevivir entre riscos y peñascos, porque siempre encuentran la escasa vegetación que necesitan.

Pero que yo sepa, no existen “burros monteses”, por mucho que algunos políticos de la hilarante izquierda que nos Gobierna, hayan pretendido convertir al asno en un avezado rumiante, capaz de comportarse como las cabras si las circunstancias les obligaban a ello.

Por eso nos encontramos ahora en que en la zona montañosa cercana a Castellón, han sido encontrados muertos una decena de estos pobres animales, que naturalmente no han podido sobrevivir en un entorno para él que su naturaleza no estaba preparada.

Supongo que la falta de agua e incluso del forraje adecuado para alimentarse debidamente les ha impedido llevar a cabo su labor de “cortafuegos”, que parece ser era su función en opinión de las clarividentes mentes de izquierda que les soltaron en el monte para tal menester.

No deja de sorprenderme cada semana, la estupidez y falta de sentido común de la que hacen gala quienes ocupan puestos en la administración pública española y valenciana, cuando toman medidas tan absurdas y ridículas como la que les menciono.

Pero claro, si uno considera el nivel intelectual y profesional de nuestros Presidentes del Gobierno español y valenciano, no puede sorprenderse excesivamente a medida que se va bajando en el escalafón de los responsables de la gestión pública, que cuando se llega a los responsables de la vida animal y más específicamente la de los “burros”, nos encontremos con estas situaciones tan delirantes.

¡QUE LOS BURROS NO SON CABRAS SEÑORES!