Marta Barrachina, Alcaldesa de Vall d’Alba. Diputada provincial y Presidenta provincial del PP de Castellón
La industria azulejera, el verdadero motor de la economía provincial, está viviendo un momento dulce a nivel comercial. El presidente de la patronal Ascer, Vicente Nomdedeu, ha anunciado que el sector va a cerrar este convulso 2021 con un aumento de la facturación del 20%, registrando crecimientos tanto en las ventas domésticas como en las internacionales; y hasta va a crecer la producción un 18% hasta sumar 580 millones de metros cuadrados de pavimentos y revestimientos cerámicos. Y todo eso, haciendo frente a una competencia brutal de las fábricas extracomunitarias -asiáticas, principalmente- con costes medioambientales y sociales inexistentes o, en el mejor de los casos, finitamente más bajos que los nuestros… Y es que los empresarios de nuestra provincia son un ejemplo de talento, trabajo y superación.
Pues, pese a todo, hay fábricas que en los últimos meses se han visto obligadas a parar sus hornos, una tendencia que se teme que pueda llegar a extenderse al resto del sector con la consiguiente destrucción de empleo, aunque sea temporal…Y es que, ahora mismo, a las empresas azulejeras castellonenses les resulta más barato y rentable parar la producción y dejar de vender que atender la creciente demanda de sus productos que llega de todas las partes del mundo. Los azulejeros pierden dinero por cada metros cuadrado que fabrican, y eso no hay industria que pueda soportarlo.
El dramático y constante incremento tanto de la factura eléctrica como de los derechos de emisión de C02 están poniendo a la industria azulejera castellonenses –y con ella a todo el clúster- contra las cuerdas. Y es que no hay forma de repercutir todos esos incrementos, además de otros muchos, en el precio final del producto sin perder los mercados que tantos años y esfuerzos han costado conseguir.
Y, mientras, Pedro Sánchez y Ximo Puig, miran hacia otro lado. Ninguno de los parecen ser conscientes de que si a la industria cerámica le va mal, a la provincia de Castellón también le va a ir mal. Nuestro futuro está en juego, pero es que Pedro Sánchez y Ximo Puig ni saben ni quieren tomar medidas para garantizar la competitividad de una industria modélica y el futuro de toda una provincia, la nuestra. Así de triste.