Miguel Bataller. Ciudadano del mundo y jubilado.
Me estoy refiriendo a Rafael Giménez Jarque, que ahora es defensa central del Cádiz en Primera División con apenas 28 años y medio, pero un amplio historial en el fútbol español.
Recientemente Movistar emitió un programa que me impactó personalmente, haciendo un recorrido sobre toda su vida deportiva y entrevistando a un elenco muy variado de directivos, entrenadores y compañeros que han tenido el placer de tenerle compartiendo con todos ellos su día a día, tanto en sus inicios como amateur y posteriormente como profesional.
Ni uno sólo de ellos, dejó de valorar su carácter ganador y competitivo que trasmitió siempre a todos sus compañeros desde muy jovencito allá donde jugó.
De raza gitana, valenciano de nacimiento y formado en las canteras del Levante, Villarreal y Barcelona, se consolidó como jugador profesional en el Gimnàstic de Tarragona en Segunda División aunque anteriormente ya había destacado en el Huracán de Valencia.
Su excepcional primera etapa en los tarraconenses, le permitió integrarse en la plantilla del Barcelona, donde destacó en su equipo B sin poder llegar a consolidarse en el primer equipo, por lo que regresó al Nàstic donde jugó un papel protagonista en su ascenso a la Segunda División y desde donde dio el salto al Cádiz a falta de pocas jornadas para finalizar la temporada siguiente, siendo el motor del equipo de Álvaro Cervera, que logró el ascenso primero a Segunda División y posteriormente lo ha consolidado en Primera durante unos años, con un ascendiente innegable entre todos sus compañeros.
Viendo el reportaje y escuchando los testimonios de técnicos tan capacitados como Gerard López y Álvaro entre otros y de algunos compañeros que le describieron en todas sus facetas personales y profesionales, viendo a Fali desenvolverse en su vida diaria, tanto ahora en la Tacita de Plata como en la Playa de la Malvarrosa, donde se ha rodado, y las manifestaciones de sus padres, esposa y resto de familiares uno llega a sentir una profunda admiración por un joven tan trabajador, constante y convencido de que lo primero que hay que hacer para triunfar en cualquier faceta de la vida es querer y superarse día a día y sobre todo cuidar a todos los suyos.
Se enorgullece de sus padres, de los valores que le inculcaron y se le ve disfrutar de su familia con una alegría tan evidente, que no puede ser fingida en ningún caso.
Si además de eso, alguien ha dedicado parte de su tiempo recientemente en analizar al Cádiz, se comprueba el peso específico de Fali en el entramado defensivo de los gaditanos y de su decisión y acierto para incorporarse al ataque en las jugadas a balón parado, donde se generan gran parte de los goles del equipo esta temporada.
Sin la menor duda, el equipo lo va a pasar mal, porque es una plantilla confeccionada con unos recursos económicos limitados, pero lo que no se le puede negar al equipo y mucho menos a su capitán en el terreno de juego, es su entrega total y absoluta y su labor motivadora con todos los compañeros y muy especialmente con los más jóvenes.
Precisamente por eso quiero hacerle este pequeño homenaje a este admirable deportista y excelente persona, a quien no conozco personalmente, pero admiro en la distancia.
En el deporte hay lecciones muy importantes, aunque no se basen en el precio o costo de mercado del jugador sino en los intangibles que aporta al grupo.
Hasta la semana que viene amigos.