Siete de cada diez peticiones de las ayudas de la Generalitat Valenciana para la instalación de estas infraestructuras es de particulares, un 10 por ciento son de autónomos y un 15 por ciento de ayuntamientos
Ramón Pardo/Castellón Información
El autoconsumo de energías limpias como fórmula alternativa a las constantes subidas del precio de la luz toma cuerpo en Castellón y en la Comunitat Valenciana, algo que se refleja en las más de mil peticiones recibidas por el Consell para acogerse al plan de ayudas al autoconsumo. Siete de cada diez solicitudes corresponden a particulares, que las registraron en la primera semana de vigencia de ese programa.
El 75 por ciento de las solicitudes son de particulares, otro 10 por ciento son de pequeños autónomos y el 15 por ciento restante las han presentado 15 ayuntamientos y 8 al tercer sector, caso de comunidades de regantes, cooperativas y comunidades de propietarios.
Este plan, que tutela la Conselleria de Transición Ecológica , tiene una dotación de 16,6 millones de euros, de los que 15 millones van para fomentar el autoconsumo y el resto al almacenaje. Así, una instalación particular media puede recibir una ayuda de 3.000 euros, en tanto que un ayuntamiento o una organización del tercer sector, que tienen instalaciones de mayor tamaño, pueden llegar a percibir hasta 2,5 millones de euros.
Las ayudas subvencionan el despliegue de las energías renovables en el sector público, residencial y en el tercer sector, a través de proyectos de generación y almacenaje. La potencia solicitada va desde los 0,5 kW hasta los 1.346 kW y un 30% pide la subvención para la instalación y adquisición de baterías.
El impulso de las energías renovables, como la eólica o la fotovoltaica es una salida para los particulares que buscan ahorrar en el recibo de la luz, como apuntó a este diario el director general de Vallfortec, Fidel Roig, que apunta que “el autoconsumo de energía fotovoltaica es una gran solución. Su principal beneficio es el ahorro, ya que, aunque montar la instalación requiere una desembolso, se consigue ahorrar desde el primer momento, cada mes, y esto permitirá recuperar esta inversión a medio-largo plazo, dado que la factura de la luz se reducirá significativamente. Además, los excedentes producidos de energía no consumida se pueden verter a la red, lo cual hará que se descuente el valor de esa energía en la factura mensual, ahorrando aún más”. Otra de las ventajas
