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domingo, 24 de noviembre de 2024 | Última actualización: 17:09

Oración por la paz y el cuidado de la vida

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Casimiro López Llorente. Obispo de Segorbe-Castellón

Un año más celebramos las ‘24 horas para el Señor’ en nuestro camino cuaresmal hacia la Pascua. Serán el 25 y 26 de marzo, salvo en Castellón de la Plana, donde, por las fiestas de la Magdalena, lo haremos los días 1 y 2 de abril.

Esta iniciativa del papa Francisco tiene como objetivo celebrar el Sacramento de la Confesión en un contexto de oración y de adoración eucarística. “Por medio de Él tenemos el perdón”, nos dice san Pablo en la carta a los Colosenses (cf. 1,13-14). En efecto, la fuente del perdón se encuentra en Jesucristo. Su encarnación, muerte y resurrección están encaminadas a salvar al hombre, a perdonar sus pecados y hacerlo partícipe de la vida eterna. El hombre no se salva por sí mismo, sino por el amor misericordioso de Dios que lo perdona por medio del Hijo muerto y resucitado.

La Palabra de Dios nos exhorta a confiar en la misericordia de Dios y acoger con humildad y gratitud su perdón. Del perdón de Dios brota la alegría y la paz del corazón, y nos hace capaces de perdonar a otros. Esta es la experiencia del creyente tocado por el amor misericordioso y gratuito de Dios. El ‘perdón’ es un don que se da y no se puede exigir; y es un don capaz de cambiarnos para ofrecerlo. El perdón recibido de Dios no puede quedar en vano encerrándonos en el egoísmo del rencor y la venganza. No es fácil perdonar. Hoy en día se prefiere optar por la ira que anticipa la muerte en lugar de ofrecer el perdón que prolonga la vida. “¡Dejaos reconciliar con Dios!” (2 Cor 5, 20), nos dice san Pablo. Si somos sinceros, reconoceremos que también nosotros pecamos, rechazamos el amor de Dios y no amamos al prójimo, y que tenemos necesidad de recomponer las fracturas, de ser perdonados y reconciliados con Dios y los hermanos.

En nuestra oración y adoración eucarística de este año tendremos presentes dos intenciones especiales. Ante la terrible situación en Ucrania pediremos a Dios por el don de la paz: que callen las armas y los responsables busquen caminos de reconciliación y de paz. De otro lado, en la Iglesia en España, el día 25 de marzo, fiesta de la Encarnación del Hijo de Dios, celebramos la Jornada por la vida: pidamos a Dios que convierta los corazones para que sepamos acoger y cuidar en todo momento la vida humana, que es un don de Dios. Los cristianos y las personas de buena voluntad estamos llamados a implicarnos para que toda vida humana sea acogida y cuidada con amor, desde su concepción hasta su muerte natural. Sensibles al cuidado de la vida y a la necesidad de orar por la paz nos uniremos a la Consagración de Rusia y Ucrania al Corazón Inmaculado de Maria que hará el papa Francisco en la Basílica de San Pedro a las 17 horas del día 25 de marzo al comienzo de las’ 24 horas para el Señor’ en Roma.