Esperanza Molina Coronado. Doctora en comunicación
Pido disculpas de antemano a quien pueda sentirse afectado por ‘mi’ resumen de las fiestas de la Magdalena; y mis respetos por quienes se lo trabajaron de verdad.
Mi Magdalena 2022 ha sido totalmente caótica y con la gran suerte, de que Sant Pere ‘ha salvado los muebles’ a más de uno. No es cierto que la lluvia impidiera una buena semana de Magdalena. Lo que ha hecho ha sido, es una ayuda divina para que no salieran a la luz más desastres de los que ha habido.
Comentaba una concejal del Ayuntamiento de Castelló, el domingo por la tarde, a sus compañeros de Corporación, que se debería hacer “un examen de tradiciones para ser concejal”. Es lo más honesto que he escuchado durante la semana. O por lo menos, que se preocupen en conocerlas. La mayoría, las ignora.
Las fiestas de Castelló son un compendio de tradiciones que diferencian la Magdalena de otros eventos de cualquier otro lugar. La música, los conciertos, los cubatas, eso se puede encontrar en cualquier parte. Lo nuestro, no, y eso es lo que las hace más valiosas.
Primera jornada de Magdalena: Sábado 19 de marzo.
Primera mascletá: La lluvia pudo condicionar la mascletà de Pedro Sirvent, pero no tuvo la culpa de que: la comitiva oficial se retrasara, llevara al recinto sin orden y concierto y además, tarde. Ni de que alguno, que luego lo negó, le dijera al pirotécnico: “A las 12 tú enchufa la mascletà”. Y obedeció.
Por lo tanto, no había colocada traca inicial, la Comitiva se retrasó al menos 15 minutos, la mascletá comenzó a disparar, las festeras lloraban porque el evento empezaba sin ellas. Alguna orden hubo de haber por medio para que se parara en seco la mascletà hasta que llegaran las reinas… pero claro, no había ni traca que prender. “Un fallo por la lluvia” ¿O no?
Y luego la imagen del paraguas para encender la traca… no hizo sino evidenciar el desastre de la organización del primer evento público y popular de las fiestas de la Magdalena de Castelló. Fue ridículo. Ver a la alcaldesa poniendo soluciones mientras todos los que debían haber solventado el tema… debería haber hecho que alguno se preguntara para qué estaba allí, se produjeran dimisiones o cuanto menos, reconociera el desastre. Un ridículo transmitido en directo y que ya ponía a la Magdalena 2022 al pie de los caballos.
La suspensión del Pregó tenía razones de peso, por mas que a muchos les disgustara. Se esperaba más lluvia y llovía en el momento de empezar el desfile. Ahora bien ¿Cuántos pueblos, grupos de baile de la capital y provincia habían asistido para la ocasión?
Igual que se improvisó con la lectura del Pregó desde el Ayuntamiento, se podían haber buscado soluciones para que algunos de esos grupos, vestidos y preparados pudieran, al menos, actuar en la Pérgola o el Palau de la Festa. Había soluciones, pero no se tomaron.
Y cuando algunos colectivos tomaron la iniciativa de organizar un Pregó alternativo… fue la Policía Local quien disolvió ese pequeño desfile. No me creo que los agentes actuaran por su cuenta, fueron enviados por alguien del equipo de gobierno, que por supuesto, luego lo negaron todo.
Domingo de Magdalena: Romeria de les Canyes
Domingo de Magdalena, fiesta grande. Una lectura de la ‘consueta’, sobre la que se basa la declaración BIC de la Romeria de les Canyes describe claramente cual es el procedimiento de salida de la procesión. El protocolo, la organización volvió a ser descalabrado. O a lo mejor, es que no había ni protocolo.
El texto oficial señala que la Comitiva Civil se forma en el Ayuntamiento. Ahí protocolo debería haber colocado a cada uno en su sitio. No fue así.
La Comitiva Civil se forma, pero no sale hasta Santa María hasta el tañido de la ‘campana del Angel’, que a su vez indica que ha finalizado la misa de romeros y se abren las puertas de la Iglesia.
Tampoco se hizo de esta manera, la Comitiva salió del Ayuntamiento hasta Santa María cuando la misma aún no había terminado y por tanto las puertas estaban cerradas. Y no fue hasta minutos después cuando se escucharon las campanadas ‘del Angel’.
Por lo tanto, ciertos comentarios sobre que “el obispo se había dormido” y por eso nada se hacía como tocaba, no era sino escurrir el bulto y no conocer ni la tradición más íntima e importante de la ciudad.
Para remate, ‘la tornà’: Tampoco se siguieron los protocolos, se modificaron horarios sin avisar si quiera a sus protagonistas, y mucho menos, a los medios de comunicación. Es más, nadie sabía cómo, cuando o dónde. La Policía Local tampoco tenía instrucciones claras.
Y de esa manera, los carros engalanados entraron cuando pudieron y como pudieron, luego los romeros y luego una Corporación que se dejaba detrás al clero y al obispo. Y no fue hasta que alguien comentó ¿Dónde está el obispo? (algo que personalmente presencié), cuando se metía ya la pata por completo. El obispo venía detrás, pero hubo que esperarlo para poder presencial el acto penitencial de las genuflexiones de las Tres Marías y San Juan.
La procesión penitencial tampoco se ordenó como estaba establecido, la Corporación se fundió con ellos cuando no tocaba, tampoco se había parado el tráfico en María Agustina para que los penitentes fueran a la Sangre, porque a la Policía Local no se le habían dado instrucciones.
A las Gaiatas, que debían realizar su desfile, se les dijo que “por motivos de seguridad” no podrían repostar sus grupos de energía durante el recorrido, que ahorraran combustible y no encendieran los motores para iluminar los monumentos hasta María Agustina.
Visto así tenía su lógica ‘por seguridad’. Aunque también se hubiera podido prever, que después, y cuando ya llovía a raudales, los aparatos electrógenos estarían empapados y muchos monumentos no podían ponerse en marcha sin luz.
¿Nadie pensó en ubicar durante el recorrido un punto de repostaje debidamente protegido para evitar lo que pasó?
Las Gaiatas dieron el do de pecho y desfilaron. Un esfuerzo que merece quitarse el sombrero. Quizá a alguno le hubiera gustado que no lo hicieran…
Si ellos se portaron como tocaba hubo muchos que no lo hicieron en la tribuna de autoridades.
Por cierto, la decisión de quitar el techo a la tribuna que se tomó hace algunos años, queda muy bien para presumir de democráticos, pero no es más que un toque de endogamia de quienes siguen pensando que la fiesta son solo ellos. La Tribuna también acoge a las reinas y cortes, las infantiles o las mayores, según el caso, y a las festeras venidas de otras provincias como homenaje a Castelló. Si lo que se quiere es ‘demostrar’ que los políticos no son menos que el resto, que se monten una tribuna paralela, sin asientos. Hubiera sido más efectivo.
Con estos precedentes ¿qué decir de otros eventos?
Por poner ejemplos. Se atribuyó a la Covid que no se convocara a concurso la instalación de mesones ni se organizaran conciertos oficiales en el recinto del mercado… La dura realidad, es que la explicación quedaba muy bonita pero no era cierta. La organización de las fiestas llegó tarde, sin experiencia y sin alternativas. No les dio tiempo a convocar esos concursos y no les dio tiempo, además, a hacerlo de forma ordenada para poder hacer frente a la pandemia y las medidas sanitarias. Les pilló el toro de los trámites administrativos y el de las alternativas sanitarias.
Como tampoco les dio tiempo a contratar a una empresa que se ocupara de repartir las sillas de los desfiles, gratuitas o de pago, pero que hubieran podido ofrecerse igual con pautas para beneficiar a las personas más mayores o más necesitadas de asiento. No fue porque por fin cambian ls cosas y así será gratis para todo el mundo.
Y la lluvia no hizo más que sacarlos de apuros. Con tantas precipitaciones se salvaron muchas incomodidades como las que se hubieran podido producir con sillas a ‘sálvese quien pueda y el que primero las coja’, que hubiera sido la nota común si en lugar de frío, viento y lluvia la Magdalena hubiera tenido un toque de sol y buen tiempo.
Por otra parte ¿alguien se percató en lo que ocurrió en los recintos de las Gaiatas donde se ofrecía espectáculo? Estaban a reventar. Gente joven que no había tenido otras alternativas escalaba las rejas que delimitaba los recintos cerrados o llenaba hasta reventar los abiertos. No, no era el público normal de estas atracciones. El resultado se tradujo en enfrentamientos, peleas y agresiones. Y en algunas gaiatas, por más que le haya ido de perlas a sus proveedores, los mismos socios fueron los que menos pudieron disfrutarlas.
Tampoco resultaron tan favorecidos los hosteleros. Aunque aquí si tuvo parte de culpa la lluvia. Las precipitaciones afectaron a las terrazas en los días en los que había más público por las calles de Castelló. Pero aún sin amenaza de agua, algunos restaurantes estaban semi vacíos por la noche entre semana. Los que salían a esas horas preferían comida rápida y junto a los recintos con música.
No todo estuvo mal ni fue tan malo, es verdad. Aplauso a decisiones adoptadas con cierta antelación, como la suspensión de mascletás anunciadas el día antes u horas antes. Soy consciente de que algunos lo han criticado mucho, pero a cada uno lo suyo.
Gran idea la de trasladar el Pregó Infantil a la mañana del último domingo, porque eso permitió que pudieran participar muchos desfilantes y espectadores provenientes de muchos puntos de la provincia.
En cuanto al Desfile Final y el Magdalena Vitol… personalmente el desfile me pareció muy tempranero y corto. Y el espectáculo… bien por Reyes Martí, pero como fan de compañías como Xarxa Teatre (lo confieso), lo encontré un remix más de lo mismo de lo mismo que no me supo ni a carne ni a pescado, solo a un humilde intento de cumplir y cerrar las fiestas (espero no haber molestado a nadie).
Para finalizar, algunas observaciones personales que cada uno tome como quiera:
1.- Las fiestas de la Magdalena son lo que son, porque se celebran cuando se celebran. Si el ayuntamiento quiere crear otras fiestas… que las llame de otra manera. Pero la Magdalena tiene un sentido, un contenido y un sentimiento al que personalmente no quisiera renunciar.
2.- Reconocer al concejal de fiestas, que en ese trance de ser preguntado por los compañeros de un medio de comunicación, dijera lo que dijera. No habló de cambiar las fiestas, sino que la decisión necesitaría de un consenso absoluto. En eso, coincido con él.
3.- Mi agradecimiento absoluto a todas las Juntas de Fiestas que desde 1989 hasta que las suprimió el ayuntamiento, en 2018, hicieron de las fiestas de Castelló lo que hoy son, le pese a quien le pese. Gracias a la Comisión de este año… pero lo siento, ha sido un desastre.
4.- Felicitación a las Collas que mantienen tradiciones y que también son parte de la Magdalena. Pero Collas hay muchas, y son más las que solo saben poner mucha música y mucho alcohol.
5.- A quienes tanto critican los actos en las gaiatas durante estos días de fiestas, y los actos tradicionales de Castelló, dicen que quien olvida su historia está obligado a repetirla. Si esas mismas personas hubieran estado en Valencia, no hubieran tenido fiestas si no hubieran pagado una cuota mensual para poderlas celebrar en un casal fallero. Es cierto que, las nuestras son fiestas de calle, pero también fiestas diferenciadas con el elemento de las Gaiatas… si quieren participar de esos festejos que organizaron los sectores, súmense a ellos, paguen su cuota y colaboren por hacer de las fiestas de Castelló lo que se merecen. Puede que las Gaiatas hayan ido a menos, pero bravo por el trabajo realizado.