La única medida realmente eficaz contra el despoblamiento que amenaza a muchos pueblos del interior de nuestra provincia es la del trabajo constante y concienzudo para mejorar la calidad de vida de todos los ciudadanos y, además, garantizar los servicio e infraestructuras que exige la sociedad del siglo XXI. Y, sobre todo, las oportunidades que les permitan desarrollarse tanto a nivel personal y familiar como profesional.
El secreto es trabajo, trabajo y más trabajo. Y, por supuesto, inversiones, inversiones y más inversiones. Trabajo e inversiones para que los pueblos más pequeños, como es el caso de la Torre d’En Besora, del que yo tengo el inmenso honor de ser su alcalde; resulten atractivos –y seguros- para todos. Por eso, los ayuntamientos juegan un papel fundamental en la ya antigua batalla contra la tendencia que empuja a las personas hacia los grandes núcleos poblacionales.
Los alcaldes de los pueblos más pequeños hemos convertido en algo habitual el milagro de los panes y los peces. Hemos aprendido –no tenemos otro remedio- a optimizar nuestros recursos hasta el céntimo y a reclamar la colaboración de todas las instituciones. En definitiva, a hacer más con menos.
Así se construye un pueblo. Poco a poco, paso a paso, pero con firmeza. Nosotros, en la Torre d’En Besora hemos logrado contener las cifras de población. Todavía estamos, lamentablemente, muy lejos de conseguir dar la vuelta a la tendencia, pero sí que podemos decir que hemos logrado poner freno a la despoblación y que estamos trabajando para volver a crecer.
Y para conseguir esa meta, estamos trabajando muy duro. Ahora estamos haciendo accesible nuestro colegio y, además, lo estamos dotando con las medidas que permiten reducir su consumo de energía y agua para que nuestros niños tengan las mejores instalaciones. De hecho, estamos también apostando por las energías renovables de una manera global para ser ecoeficientes, y nuestras calles y plazas están siendo objeto de constantes obras de mejora y embellecimiento. En definitiva, estamos construyendo un pueblo más bonito y más acogedor.
Queremos que nuestros vecinos actuales y los vecinos futuros sepan que en nuestro pueblo podrán disfrutar de un entorno privilegiado, lejos del mundanal ruido, pero con las mismas comodidades que tienen el resto de castellonenses. Vivir en un pueblo como la Torre d’En Besora es sinónimo de calidad de vida. Es otra forma de vivir.