La Misa Exequial se celebrará mañana, 2 de agosto, a las 17:00 horas en Artana, presidida por monseñor Casimiro López Llorente
El Reverendo Joan Llidó Herrero falleció ayer, 31 de julio, a la edad de 79 años. Nacido en Artana en 1943, ingresó en el Seminario de Tortosa en el año 1954. Recibió el presbiterado en la Concatedral de Castellón, el día 4 de mayo de 1966.
Tal como relata Fernnando Vilar, fue rector a La Puebla, Montalba, Plan del Arco, Safané (Burkina Faso ), Alquerías del Niño Perdido y a Castelló, donde, después de prestar servicio a la concatedral de Santa Maria, acompañó el nacimiento y primeros pasos de la comunidad parroquial del Salvador.
Bajo el pontificado del obispo José Maria Cases Deordal, Joan Llidó fue vicario de Pastoral, vicario General, rector del Seminario Mater Dei y cura del Centro Penitenciario Castelló I.
Promovió la fundación del convento de PP Mercedarios de Sant Josep Obrero (Castelló) y coordinó la Asamblea Pastoral del Pueblo de Dios, a partir de la cual puso en marcha los consejos de pastoral parroquiales a la diócesis.
Doctor por la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma, Llidó fue profesor del Departamento de Educación de la Universitat Jaume I durante 22 cursos. Además de su tarea docente en la universidad de Castelló promovió y dirigió, durante 10 años, los Diálogos Fe y Cultura, gracias a los cuales tanta gente de los ámbitos científicos y de la fe encontraron un escenario de encuentro y debate enriquecedor.
También fue profesor en la Universidad de Teología de Cataluña y en el Instituto de Ciencias Religiosas de Tarragona.
Durante 22 años, Joan Llidó fue confesor y acompañante espiritual de las monjas del Monasterio de Ntra. Sra. de Mirambel (Benicasim) y fue consejero de los Grupos de Oración y Amistad, de los Cursillos Prematrimoniales y de los Equipos de Nuestra Señora.
Impartió conferencias en todo el mundo y dirigió ejercicios espirituales a laicos, sacerdotes y religiosos de la Seu d'Urgell, Tarragona, Tortosa, Girona, Solsona, Barcelona, Sant Feliu de Llobregat, Santa Maria de Poblet y Santa Maria de Solius; a la Congregación de Carmelitas Misioneras del Perú, al Movimiento Carismático de América Central o a las comunidades Siervos de Cristo Vivo de América, entre otras.
Joan Llidó puso su talento al servicio de Dios y de su pueblo. La teología, la filosofía y, especialmente, la psicología humana -que tanto lo apasionó- fueron las herramientas mediante las cuales acompañó a tantas y tantas personas en circunstancias muy diversas, algunas en los límites más extremos del sufrimiento
humano.
Joan Llidó, relata Fernnando Vilar, fue, sobre todo, un hombre enamorado de Jesucristo y un auténtico humanista, que acercó a Dios y a su amor inmenso a muchas personas, siempre con dos grandes valores que convirtió en coordenadas fundamentales de su misión como sacerdote y cristiano, la libertad y la amistad.
Tal como indica el Obispado de Segorbe-Castellón, su último destino fue la parroquia El Salvador de Castellón de la Plana, desde 2005 hasta su jubilación en el año 2019.
Las exequias fúnebres se celebrarán mañana, dos de agosto, a las 17h, en la Iglesia Parroquial de San Juan Bautista, en Artana, presididas por el Obispo de Segorbe-Castellón, Mons. Casimiro López Llorente.