Guillermo Miró. Ingeniero Industrial.
Por suerte estoy disfrutando de unas mini vacaciones, aunque el trabajo nunca para. Supongo que a muchos les ocurrirá lo mismo que me pasa a mí en estos períodos: de repente uno olvida que día de la semana es, y evidentemente la fecha. Esto a veces puede ser relativamente malo, si hay plazos que cumplir o planes que establecer. El tiempo, una de las variables más importantes para la vida y para la humanidad, ha sido medida desde el principio de las civilizaciones, ya que gobernaba las cosechas y avisaba de la venida de los animales. La cuestión es: ¿Cómo ha cambiado la manera de medir el tiempo hasta hoy?
El primer calendario fue encontrado en un monumento mesolítico de Escocia, y data de alrededor del año ocho mil antes de nuestra era. El primer calendario importante fue el egipcio, que surge a principios del tercer milenio antes de Cristo y es el primer calendario solar conocido de la Historia. Todas las grandes civilizaciones definieron su calendario, mejorando alguno de los anteriores. Los romanos definieron uno que al principio tenía diez meses y comenzaba en Marzo. Sin embargo, el primer personaje histórico que realmente aplicó un calendario asombrosamente cercano al actual fue Julio César (el gran emperador romano), que añadió dos meses más y creó los años bisiestos. Los años bisiestos eran necesarios para corregir el desfase. El desfase provenía de un inexacto cómputo del número de días con que cuenta el año solar, ya que el calendario juliano consideraba que el año trópico estaba constituido por 365,25 días, por lo que se instituyó un año bisiesto cada cuatro donde apareció un día más. Como muestra de su grandeza, Julio César añadió un día a julio, mes de su nacimiento, y Augusto (otro emperador) hizo lo mismo con agosto. Ambos días fueron retirados de febrero, que pasó a tener 28. Ante la disminución de este mes con respecto a los otros, el día añadido de los años bisiestos se le concedió a él.
Sin embargo, aun existía un problema. Realmente el año solar dura 365,242189… días, o lo que es lo mismo, 365 días, 5 horas, 48 minutos y 45,16 segundos, por lo que ese error de casi 11 minutos al año fue acumulándose. La imperfección del Calendario Juliano dio pie para que en el año 1582 el Papa Gregorio XIII promulgaría la reforma por la cual se creó el Calendario Gregoriano, donde se ajustó el calendario de nuevo (se fueron a dormir un jueves 4 de Octubre, y se levantaron un viernes 15 de Octubre), y se intentó ajustar los años bisiestos para acercarse aun más al año solar. Esta reforma, por provenir de la Iglesia Católica, no fue adoptada en muchos países hasta pasados cientos de años, e incluso Grecia la adoptó en pleno siglo XX. Sin embargo, este calendario, que es el actual, aún no es perfecto, ya que aún nos encontramos en 365,2425 días por año, por lo que será necesario un ajuste dentro de mucho tiempo. Además, hay que tener en cuenta que el movimiento de los planetas no es perpetuo y va variando, por lo que intentar ajustar el tiempo parece una tarea imposible.
En resumen, la próxima vez que perdamos la cuenta del día que es, parece mejor pensar que el calendario nunca ha sido inamovible, y que es mejor es disfrutar de estos momentos con la familia, amigos… Me gustaría desde aquí desearos a todos unas felices fiestas, y que el año próximo sea mejor que el anterior. Como siempre, comentarios abiertos para dudas, opiniones… Hasta la semana que viene.
