La urbanización de la zona está pendiente del Plan General pero mientras se acumula la basura, falta luz, hay inseguridad y accesos seguros al colegio
Los vecinos de la calle Marqués de Salamanca y entorno del Colegio Soler i godes están desesperados y ya no saben a quién dirigirse. Aunque el Plan General les augura desde hace años una zona de lujo, la realidad es muy diferente: ratas como conejos, socavones, falta de luz, problemas en los accesos al Soler i Godes y falta de limpieza y mucha insalubridad.
Las obras del enterramiento de la vía a su paso por el casco urbano de Castelló consiguieron transformar una gran parte de la ciudad, en el casco urbano comprendido entre la avenida Barcelona y la antigua N340. Pero la suerte no se repartió por igual ‘al otro lado de la vía’.
En la zona situada junto a la Plaza Donoso Cortés y la antigua Travesía de la N-340 los vecinos están más que desesperados y ya no saben a quién dirigirse.
Y es que, la situación es mucho más que lamentable. Para que el lector se ponga en situación, se trata del entorno de la calle Marqués de Salamanca, el Colegio Soler i Godes, y los solares que se encuentran en el entorno.
En su mayor parte son viviendas con años y vecinos ya mayores a los que se prometió desde hace años que el Plan General de Ordenación Urbana una transformación idílica.
Pero como las ‘cosas de palacio van despacio’, y estos terrenos no llegaron a aprovechar el impulso del enterramiento de la vía ni las políticas urbanizadoras de finales de la década del 2000.
Con la burbuja económica de entonces y las siguientes crisis, el barrio en torno a Marques de Salamanca sigue esperando con paciencia. No les queda otra.
La zona está pendiente de una serie de programas de urbanización, habrá de ser la iniciativa privada la que asuma la transformación del barrio, pero las cosas no están para tirar cohetes y, el retraso de la aprobación del nuevo Plan General les toca de lleno.
Y como la iniciativa privada es cuestión de… tiempo, el resto de las intervenciones para dar respuesta a los problemas de los vecinos, no se producen.
Los vecinos recogen firmas, mandan cartas al ayuntamiento, denuncian en los medios de comunicación y ha sumado fuerzas con el Ampa del Colegio Soler i Godes.
El centro escolar se encuentra situado entre la rotonda de la antigua N-340, el parque del Pont de Ferro, pero también limita con un solar que parece una selva, y con una calle a medio abrir.
Los accesos al colegio son escandalosos por esa zona. Las calles asfaltadas están llenas de socavones y charcos, la calle no abierta apenas permite transitar, la suciedad por falta de limpieza e irresponsabilidad de algunos vecinos es un punto de vertederos incontrolados. Las ratas corren a su antojo y tienen tamaño de conejos, comentaban los vecinos.
Además de todo, y como falta luz, a partir de ciertas horas esos accesos al colegio es como “una boca de lobo”, en el que no se atreven a adentrarse los vecinos por la suciedad y la inseguridad.
Habían solicitado seguridad vial en la zona, fundamentalmente en la avenida Barcelona esquina con Donoso Cortés y Quevedo. Por toda respuesta, como está pendiente de urbanización, se ha construido una acera mínima, por la que apenas caben los peatones, rematada con zona de tierra. Ocurre, además, que los problemas de aparcamiento llevan a muchos vecinos del entorno a buscar aparcamiento en el solar abandonado. Los coches inundan las aceras y a su paso saltan las piedrecitas hacia todas partes con grave peligro para peatones y otros automóviles. Cuando hay partido en el Castalia, la cosa se descontrola.
Y todo empeora cuando caen cuatro gotas. Como la cosa no está urbanizada, todo es un lodazal que complica mucho más el acceso al colegio y el tránsito de los vecinos.
A través de este periódico los afectados piden soluciones, calles en condiciones, accesos seguros, limpieza y actuaciones. Ya no saben cómo reclamarlo.
