Los vecinos denuncian: “hacen y deshacen, ponen un bordillo y lo quitan, hacen una curva y la levantan" ¿cómo quedará la avenida?
Sorpresa mayúscula entre los vecinos de la avenida de Lidón esta mañana, al contemplar como ‘la curva’ que rodeaba la figura del Perot ya no existe, porque el bordillo está completamente levantado. La ‘niña de la curva’ que comentaban con ironía, ya no existe pero ¿Qué harán ahora?
La remodelación de la avenida de Lidón, además de ser una de las obras más odiadas de Castelló es un cúmulo de despropósitos.
La última sorpresa de esta avenida se la han encontrado esta mañana los vecinos de la zona.
Primero presupuestaron 40.000 euros para retirar la estatua del Perot ‘porque no cabía’. Después dieron un paso atrás porque la escultura estaba en riesgo y se les podría romper entre las manos. Luego construyeron bordillos que se curvaban para respetar la escultura. 'Curvitas' a las que los vecinos con un mucho de ironía denominaron ‘la niña de la curva’. Tenía su lógica si había que mantener paseos, aceras, carriles…
Pero esta mañana la sorpresa ha sido aún mayor cuando la empresa adjudicataria ha ‘picado’ todo ese bordillo de las curvas. ¿Ya no habrá ‘niña de la curva…? ¿O sí?
Porque aquí nadie sabe qué va a pasar ahora… Si ya no hay curva ¿cómo van a solventar ahora los paseos?
Y lo cierto es que los vecinos preguntan y aquí nadie sabe nada. Ignoran qué más cambios se van a producir. Ignoran como van las obras. Ignoran todo, absolutamente todo.
Si la obra ha indignado a los vecinos de la avenida de Lidón, ahora además, entran a formar parte de las historias de misterio y de lo desconocido… ¿Recuerdan aquello del manto de Penélope?. Era la esposa de Ulises, héroe griego (Odisea), que ante la tardanza en el retorno de su marido ausente en una larga guerra, y para retrasar la presión de quienes querían desposarla para hacerse con el trono de Itaca, prometió elegir cuando terminara de tejer el manto que elaboraba para su marido. Durante años tejía de día y deshacía de noche... Ulises tardó 20 años en retornar a su lado.
No es la primera vez en esta obra que se tienen que introducir rectificaciones. Recuerde el lector como los bordillos de los parterres del paseo central fueron hechos, y rehechos, porque no cabían los árboles.
Solo cabe pensar en aquella resolución del ayuntamiento cuando buscaba un director técnico para las obras de la avenida de Lidón. No era necesario que pensara por sí mismo ni que tuviera creatividad. Y así van las cosas.