Los Planes de ‘Invito yo y pagas tú’, el Hospital Provincial, la Piscina, el edificio de Borrull y Primarias en el PSOE provincial
La provincia de Castelló vivió entre 2015 y 2018 una etapa intensa. Mientras se sucedían las elecciones generales se producían los enfrentamientos entre Diputación y Generalitat; se iniciaban proyectos ‘compartidos’, unos más que otros, como el Hospital Provincial o el Edificio de Juez Borrull. El PSOE celebraba primarias provinciales y el AVE llegaba a Castelló con 20 minutos de retraso.
Mientras todo esto sucedía en el ámbito nacional, en la provincia de Castellón, marcada por las convocatorias de elecciones también se sucedían otros hechos notables.
La Diputación de Moliner y el Botánico de Valencia
El hecho de que gran parte de los ayuntamientos estuvieran gobernados por las coaliciones de izquierda no afectó a la Diputación Provincial, en la que la mayoría de los concejales electos del PP afianzaban la mayoría absoluta al PP.
Javier Moliner, que repetía mandato, tenía entre sus diputados con delegaciones más representativas a muchos de los que habían presidido las corporaciones locales en la provincia, antes de las coaliciones de izquierdas.
Se trataba, sobre todo, de un equipo de gobierno donde ex alcaldes asumían el reto de gobernar la provincia desde la mirada que habían mantenido antes en sus municipios.
Pero aquí se produjo un ‘choque de trenes’ entre el Botánico de Valencia y la Diputación de Castellón.
La Generalitat, gobernada por la coalición de izquierdas, tenía muchos proyectos pero poco dinero como consecuencia de la infrafinanciación de la Comunitat Valenciana. La Diputación, por el contrario, dominaba los fondos de la provincia.
Además, eran dos estilos de gobierno muy diferentes. Mientras Moliner había presumido del diálogo con la oposición y quería dar a su gobierno un toque de ‘consenso’ y ‘participación’ con la integración de todas las ideologías en los consejos de decisión, el Botánico comenzaba su andadura con restricciones en los órganos de gobierno donde priorizaba a los suyos y marcaba las diferencias con los otros representantes del PP.
En este estado de cosas y, aunque ambos presidentes, Puig y Moliner, se juraron amistad eterna, a la hora de la verdad de todo eso quedaba muy poco.
Puig impone la cooperación en el Plan Xarxa Llibres
El primer reto se produjo cuando se configuraban los presupuestos de 2016 con la operación Xarxa Llibres, impulsada por la Generalitat desde la Conselleria de Cultura i Educació, que pretendía establecer ‘un pacto’ a tres bandas: Generalitat, Diputaciones y ayuntamientos, para financiar una red gratuita de libros de texto para los escolares de la Comunitat.
"Invito yo y pagas tú"
No era una mala idea, pero… disponer del dinero de otras instituciones sin contar con el consenso previo de estas, fue un desbarajuste monumental que protestó tajantemente Moliner desde la Diputación. Diputación no tuvo más remedio que transigir y firmar ¿Políticamente podía oponerse a la gratuidad de los libros escolares?
El Consell lo promovía como un gran logro del Botánico, pero aquí pagaban todos y se imponía el pacto desde Valencia más que se negociaba de buena fe.
No fue el único proyecto de lo que la Diputación y los populares definieron como la técnica de Puig: “Invito yo y pagas tú”.
Sucedió con muchos planes de cooperación y múltiples proyectos de todos los ámbitos. Cuando los colores políticos del Botànic coincidían con el de los ayuntamientos, el nuevo sistema de gestión resultaba perfecto. Cuando la cercanía política estaba más alejada, se denunciaba un sistema en el que todos pagaban las medallas que se ponía la Generalitat.
Pla Edificant para la renovación de colegios
Ocurrió con el Pla Edificant, proyectado para la renovación de los centros escolares. El Plan, impulsado por Vicent Marzà, consistía, fundamentalmente, en que eran los ayuntamientos los que afrontaban el reto de contratar los proyectos de remodelación y posteriormente la ejecución de las obras. La responsabilidad final era de la Conselleria, que luego pagaba a los ayuntamientos.
Con ello se pretendía ganar tiempo, agilidad en la gestión y recursos. Los ayuntamientos conocían mejor que nadie como estaban sus infraestructuras educativas y tenían reserva económica (por 'el techo de gasto' de Montoro) para iniciar los procedimientos que luego eran abonadas mediante transferencias de capital por la Generalitat.
De la misma manera se actuó en la conselleria de Políticas de Inclusión, con planes de cooperación con los ayuntamientos y Diputación para la asistencia de los servicios sociales.
Los desencuentros entre el Ayuntamiento de Castelló y Conselleria con el Palacio de la plaza Borrull
En la capital de la Plana se produjeron también ‘acuerdos singulares’. A principios de la legislatura el presidente del Botánic, Ximo Puig, acordaba con la alcaldesa de Castelló la cesión de edificios de titularidad autonómica para uso municipal.
Tal fue el caso del convenio para la reforma y cesión del palacio de la plaza de Borrull que se anunció a bombo y platillo. La base de este convenio sugería que la Generalitat asumía la redacción del proyecto de rehabilitación de los antiguos juzgados que posteriormente iban a ser cedidos al Ayuntamiento de Castelló, que por su parte abonaría los 12 millones de euros que se calculaba que iba a costar la obra.
De esta manera, Castelló ya proyectaba un nuevo edificio de gestión municipal para compensar las carencias de su emblemático inmueble de la plaza mayor. Mientras esto sucedía, el ayuntamiento alquilaba espacios en el edificio Hucha para los servicios municipales.
Pero aquí también se torcieron las buenas intenciones. Dado que el edificio era de titularidad autonómica, el Consell comunicó sus intenciones a todos sus socios para que sus consellerias apoyaran la iniciativa. La de Políticas Inclusivas hizo valer sus derechos. Los locales de Servicios sociales de Castelló no estaban en buenas condiciones y por tanto solicitó un uso compartido del Palacio de Borrull.
Por acortar la historia, Castelló se quedaba sin su nuevo palacio municipal, solo contaría con parte del inmueble para sus servicios sociales pero tenía que pagar la factura íntegra de la remodelación. Por si no era suficiente, la redacción del proyecto se alargó durante años y multiplicó su coste. Y de esta manera se produjeron los enfrentamientos entre la conselleria, que además gobernaba Compromís, y el gobierno de la alcaldesa, del PSOE, en Castelló. El final de esta historia todavía tardó mucho en escribirse
Y es que, las relaciones entre el Ayuntamiento de Castelló y su alcaldesa con las consellerias de Compromís nunca resultaron ‘buenas' para el Grupo Socialista.
El Hospital Provincial, de centro de referencia a ambulatorio de especialidades
Uno de los conflictos más importantes que enfrentó a Diputación con el Botánico vino de la mano de la gestión del Consorcio del Hospital Provincial de Castelló del que formaban parte Diputación y Generalitat al 50% aunque la gestión sanitaria pertenecía exclusivamente a la Generalitat Valenciana.
Cuentan las malas lenguas que, para algunos de los dirigentes socialistas de Valencia, el Hospital Provincial venía a ser el ‘hospital de Carlos Fabra’ aunque ya nada tuviera que ver con el ex dirigente del PP. ¿Qué mejor que ofrecerlo en bandeja al PSOE de Pedro Sánchez?
Fuera cierto o no, la verdad es que la consellera de Sanidad, de afiliación socialista, entró en el Provincial como caballo en cacharrería. Y sus primeras manifestaciones ya pusieron de manifiesto sus intenciones cuando, a preguntas de los medios de comunicación indicó que llegaba para “acabar con todo ese juego de trileros”. Pintaban bastos.
Lo que podría haber sido una negociación pacífica para integrar el Hospital Provincial en la red sanitaria se convirtió en una batalla campal que afectó al buen funcionamiento del centro hospitalario, hasta entonces hospital de referencia nacional.
El objetivo de la conselleria era transformar un hospital de referencia en un ambulatorio de especialidades y hacerlo depender del Hospital General. Y no se escatimaron los medios. Denuncias de facturas fraudulentas procedentes del PP con paseo por los medios de comunicación que no llegarían a ninguna parte; despidos fraudulentos basados en un informe que no existía, encargado a la UJI que después negó su autoría; recorte de servicios, recorte de personal, conflicto con los sindicatos… y anuncios de grandes inauguraciones, como el de la Cámara Hiperbárica que sigue en el sótano del nuevo edificio sin entrar en funcionamiento pese a las fotografías publicadas en prensa.
José Benlloch, portavoz del Grupo socialista en Diputación
En esa nueva Corporación Provincial que comenzó su andadura en 2015, se estrenaba como portavoz socialista el alcalde de Vila-real, José Benlloch. Benlloch, el alcalde del segundo municipio más numeroso de la provincia y el primero en desarrollo industrial, con varias mayorías absolutas 'en casa' fue el mejor orador, el mejor opositor de Javier Moliner, y también el más sensato.
Los debates en los plenos de Diputación adquirieron un brillo como no se había visto en años. Mientras duró en su puesto como diputado provincial fue sencillamente magistral. Como opositor, pero también como hombre con visión de estado y provincia, capaz de cuestionar el mandato de Moliner cuando entendía que debía hacerlo; y de colaborar para el mejor gobierno de la institución y los beneficios de la provincia cuando correspondía hacerlo.
Plan Castelló 135
La Diputación de Moliner dio un giro a los Planes de Obras y Servicios, que convirtió en el Plan Castelló 135.
La influencia de Pedro Sánchez en Castelló y las primarias provinciales del PSOE
Como ya se ha mencionado, la ‘rebeldía de Pedro Sánchez’ despertó muchos adeptos en Castelló. Los militantes más cercanos a la Plataforma Militantes en Pie ganaban enteros en la provincia.
Primarias nacionales del PSOE
Las primarias en el PSOE nacional fueron… controvertidas. Se presentaron tres candidatos, Susana Díaz, presidenta de la Junta de Andalucía, apoyada por la dirección nacional y los cargos históricos del partido; Pedro Sánchez, de ruta por toda España para promover su ‘no es no’ a Mariano Rajoy, líder de las bases, y Patxi López, expresidente del gobierno vasco gracias al apoyo del PP en 2009.
Pedro Sánchez fue elegido por la gran mayoría del PSOE como secretario general del PSOE. Se dijo en Castelló, que Ximo Puig y algunos militantes de importancia eran partidarios de Susana Díaz; otros, los menos, de Patxi López; y los más, apoyaron a Sánchez, que finalmente se proclamó de nuevo como secretario general del PSOE y elevó a sus cargos de confianza a puestos claves de la ejecutiva autonómica.
El 'efecto Sánchez' y las primarias provinciales del PSOE
El ’efecto Sánchez’ se dejó sentir con mucha fuerza en la provincia de Castelló, que presumía de haberlo apoyado.
En noviembre de 2017 se celebraron las primarias del PSOE en la provincia. Se presentaron 4 candidatos a la secretaría provincial: Ernest Blanch, con el proyecto ‘SumenFutur’; Josep Lluís Grau, como representante de la plataforma ‘Militants en Peu'; José Benlloch, con el proyecto #PrimàriesAhora y Ángel Bádenas, teniente alcalde de Onda, con el proyecto 'SomlaSolució'.
Ernest Blanch, líder del proyecto 'SumemFutur', y Ángel Bádenas que representaba a 'SomlaSolució', llegaban a un acuerdo antes de las votaciones para unir sus fuerzas. No ocurrió así con José Benlloch y Pep Lluís Grau. Celebradas las votaciones los más votados fueron Ernest Blanch y José Belloch, pero además se presentaba una impugnación a los resultados que daban como vencedor a Ernest Blanch.
José Benlloch anunciaba que dejaría la portavocía del PSPV en Diputación si se confirmaba la victoria de Ernest Blanch. Y así fue.
La piscina provincial, pesadilla de la Diputación de Moliner
Uno de los momentos más amargos para el gobierno del PP en la Diputación, fue el conflicto de la piscina provincial. Fue en la primavera de 2017. La sociedad que gestionaba la adjudicación entraba en pérdidas y reclamaba nuevos acuerdos para mantener el servicio. Ante la negativa de Diputación, la sociedad Aiguagest, adjudicataria hasta ese momento de la gestión de la piscina declaraba Concurso de Acreedores y amenazaba con cerrar las instalaciones y despedir a todos los trabajadores.
No hubo forma de llegar a una solución negociada. El 31 de julio la empresa entregaba las cartas de despido y cerraba las instalaciones a cal y canto.
La alternativa pasaba por volver a contratar el servicio con otra entidad. Todo el mecanismo administrativo de la Diputación prolongó su trabajo durante el mes de agosto para aprobar el pliego de condiciones con el objetivo de reabrir el centro en el mes de septiembre. En el pleno de Diputación se acordaba la subrogación de los trabajadores.
El tema saltó a los tribunales. Aiguagest negaba el acceso de la Diputación a la infraestructura para realizar el mantenimiento, que estuvo completamente suspendido durante el verano. Con la autorización del Tribunal Contencioso administrativo Diputación pudo, por fin, entrar en la piscina.
Un recurso de Aiguagest volvió a paralizar la piscina. Reclamaban los materiales y elementos que habían aportado durante su gestión. De esta forma, los trabajadores, con salarios adeudados, estaban en la calle y los usuarios suscribían nuevos abonos en otros centros. Y así pasaban los días, las instalaciones se deterioraban por falta de mantenimiento. Los diputados de Compromís y de Castelló en Moviment demandaban la cesión de la infraestructura al Patronat d’Esports del Ayuntamiento de Castelló. Diputación se negó.
Tuvieron que pasar los meses hasta que en diciembre el juzgado autorizó la entrada de Diputación a las instalaciones. La Piscina no pudo volver a abrir sus puertas hasta el mes de julio de 2018, once meses después del cierre de Aiguagest.
La Estación Intermodal de Castelló
En 2015 el socialista Francisco Toledo era nombrado presidente de la Autoridad Portuaria de Castelló, por el presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, en sustitución de Juanjo Monzonís.
El Puerto había ampliado su superficie, primero al muelle de la Cerámica, hacia el mar, y después la Dársena Sur.
Pero algunos de los proyectos estratégicos estaban aparcados: La construcción de la Estación Intermodal, que entonces se disputaban Castelló y Vila-real, y el acceso sur ferroviario al Puerto.
La 'pelea' entre Vila-real y Castelló para reclamar esa Estación Intermodal en sus respectivos términos municipales, no dio tregua.
En Vila-real, desde el alcalde hasta el último de los concejales del gobierno y la oposición reclamaba la idoneidad de la estación en su municipio. Argumentaban en su favor, la cercanía del grueso de la producción industrial y cerámica.
Lo propio sucedía en Castelló, que defendía la cercanía con el Puerto como su primer valedor estratégico.
Pero aquí Castelló jugaba con ventaja. Con la intervención de Generalitat y el Estado, la Intermodal se quedaba en Castelló.
El Acceso sur siguió durmiendo las penalidades de la gestión administrativa.
El tercer hilo y el Corredor Mediterráneo: lo barato a veces sale caro y eterno
Por otra parte, el proyecto del ‘tercer hilo’ que debía haber facilitado la llegada del Corredor Mediterráneo de forma más barata y en menos tiempo, seguía acumulando retrasos y desmantelando el sistema de cercanías.
Primero se hicieron las obras en la vía situada más al interior, entre Castelló y Valencia, para colocar un carril en medio y facilitar los dos anchos, el ibérico y el europeo. Tráfico de día y obras durante la noche. Fue terriblemente lento.
Si el lector recuerda, la ministra Ana Pastor cuando era titular de Fomento, había anunciado la llegada del Corredor Mediterráneo a Castelló en 2015. Pero de todo aquello, nada de nada. Luego Mariano Rajoy anunció que para el 2020...
Los titulares publicados para solicitar que se activara y potenciara el Corredor Mediterráneo llenaban el periódico durante aquellos años. aunque la mejor iniciativa llegó por parte de la Asociación de Empresarios Valencianos, con la creación de un estudio y una web: 'Quiero Corredor', para movilizar a toda la sociedad española.
El 27 de febrero de 2017, el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna reconocía lo que nadie había querido decir en voz alta, el Corredor Mediterráneo no iba a estar terminado antes de 2018. Pero la parte positiva era que el 30 de marzo de ese año se iniciarían las pruebas del AVE a Castelló, desde Valencia en la vía donde ya se había logrado instalar el ‘tercer hilo’, que posibilitaba una conexión en ancho europeo.
En julio de 2017 el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, volvía a Castelló para asistir al Congreso provincial del PP en Peñíscola, como respaldo a Miguel Barrachina. Y en septiembre volvía a visitar Castelló. Además de avanzar el final de las obras del tercer hilo en la vía en la que se trabajaba desde 2013, anunciaba que también se realizaría la misma operación en la otra vía, más cercana al mar.
Pero lo mejor de todo, reconocía la necesidad de aquella doble plataforma de ancho internacional que años atrás había prometido otro ministro de fomento del PP.
Además de todo esto había una propuesta también muy ambiciosa sobre la mesa, la declaración de los OPS para el enlace Castelló-Vinarós que multiplicaría las conexiones entre la capital de la Plana y el norte de la provincia a precios subvencionados.
El AVE llega a Castelló
Y el AVE llegó a Castelló, fue el 22 de enero de 2018 en un ‘super viaje’ inaugural en el que venía el mismo presidente del Gobierno, Mariano Rajoy con su ministro de Fomento, las autoridades y periodistas nacionales; parada en Valencia donde embarcaron las autoridades autonómicas y los periodistas de la capital del Turia.
Pero luego… luego pasó lo que tenía que ocurrir en un trazado tan saturado como el que conecta Castelló con Valencia. Por imagen pública se dio orden de no interferir en los tráficos de otros trenes y el AVE de Rajoy paraba para que pasaran los Cercanías…
El AVE llegó a Castelló con 20 minutos de retraso y la peor campaña de promoción de la historia. Todos los profesionales de la comunicación, nacionales, autonómicos y locales se hicieron eco de aquello.
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