La Universitat Jaume I ha acogido la reunión inicial de los participantes en el proyecto FinMaP (Financial Distortions and Macroeconomic Performance: Expectations, Constraints, and Interaction of Agents), financiado por la Unión Europea con un total de 2,8 millones de euros y que se desarrollará entre 2014 y 2016.
El objetivo de este proyecto es potenciar el diseño de políticas económicas más eficaces para contrarrestar los efectos de la crisis actual y monitorizar potenciales señales que ayuden a prevenir la aparición y propagación de nuevas crisis financieras globales en el futuro.
El coordinador de esta iniciativa es el profesor Thomas Lux, catedrático del Departamento de Economía de la Universidad de Kiel y catedrático del Banco de España en Economía Computacional en la Universitat Jaume I. En el proyecto participan siete unidades de diferentes países europeos, entre ellas la London School of Economics and Political Science, el Zentrum für Europäische Wirtschaftsforschung y el Departamento de Economía de la Universitat Jaume I, bajo la coordinación del profesor Simone Alfarano, miembro del departamento y del Laboratorio de Economía Experimental y director de la Cátedra de Excelencia del Banco de España en Economía Computacional en la UJI. En esta iniciativa también participan los profesores de la UJI Aurora García, Miguel Ginés, Eva Camacho, Andrea Teglio, Manuel Illueca y Vicente Orts.
Los efectos de la reciente crisis financiera se han extendido en la economía como una enfermedad contagiosa, desde su fuente inicial, el mercado inmobiliario de EE.UU., a todo tipo de instituciones financieras mundiales. De hecho, los intentos de las instituciones financieras para protegerse a sí mismas del contagio, interrumpiendo los préstamos a otras entidades y vendiendo activos tóxicos, aceleraron su propagación. Dado que la mayor parte de las instituciones financieras dependen del buen funcionamiento del mercado del crédito, el hecho de que muchas de ellas se retiraron del mercado para protegerse de la «enfermedad» generó una «evaporación» global de liquidez. Los gobiernos y los bancos centrales se vieron obligados, entonces, a intervenir para evitar que todo el sistema colapsara. A pesar de ello, no se pudo evitar que la crisis del mercado financiero contagiara al sector real de la economía.
Ya que el paradigma económico dominante se ha revelado insuficiente para predecir el inicio de la crisis así como su rápida propagación y contagio a la economía real, el proyecto FinMaP tiene como principal línea de trabajo el diseño, con la aportación de las nuevas tecnologías de la información, de nuevos instrumentos teóricos y nuevos métodos de análisis empírico para mejorar la comprensión de los mecanismos de generación y propagación de la crisis económica y financiera.