Mañana jueves, 17 de noviembre, tendrá lugar en Barcelona el VI acto empresarial por el Corredor Mediterráneo. Se prevé la asistencia de más de 1.500 empresarios, directivos y representantes de más de un centenar de organizaciones empresariales y colectivos de la sociedad civil, del conjunto de España, que saben que o la ciudadanía se moviliza para reclamar lo que verdaderamente es importante o, lamentablemente, los intereses políticos y partidistas acaban con aquellos proyectos de medio y largo plazo que trascienden a una sola legislatura y que deberían ser objeto de un pacto de estado. Es el caso del Corredor Mediterráneo, una infraestructura que lleva más de 20 años de retraso y que pese a que por todos es conocido y reconocido que es clave para la competitividad de nuestra economía, si no llega a ser por la enorme presión social y empresarial que estamos ejerciendo, no estaría en el actual nivel de ejecución.
Nadie puede dudar que España, como el resto del mundo, vive en un escenario de absoluta incertidumbre: incertidumbre económica, incertidumbre política, incertidumbre climática e incertidumbre social. Muchos indicadores económicos vislumbran que podemos entrar en muy poco tiempo en recesión, en nuestro país estamos en medio de una crisis del sector del transporte con serias amenazas de paralización y precisamente en estos momentos se está celebrando la COP27 en el Cairo, en la que se trata de tomar decisiones a nivel global que contribuyan a reducir la contaminación y a cuidar a nuestro planeta.
Lo que diferencia a los líderes, ya sean países, territorios o empresarios, de los que no lo son, es que ante las dificultades actúan, toman decisiones y no se quedan paralizados. Y apostar por el Corredor Mediterráneo, es decidir, es invertir en la mejora de nuestra economía y de nuestras exportaciones y contribuir a reducir emisiones y a generar empleo.
Los empresarios estamos acostumbrados a lidiar con situaciones complicadas, pero para superarlas, es imprescindible conocer el escenario al que uno se enfrenta, barajar opciones y, ante todo, tomar decisiones. Decisiones que, una vez adoptadas, deben ser ejecutadas con rigor, en tiempo y forma. Un empresario que no cumple con sus compromisos ni con sus palabras, tarde o temprano acaba pagando sus incoherencias.
Pues bien, ante un escenario tan complejo como el que vivimos, desde el mundo empresarial y desde la sociedad civil, no alcanzamos a entender cómo una cuestión tan trascendente, como es la ejecución del Corredor Mediterráneo, sigue sufriendo retrasos e incumplimientos de forma sistemática. Estamos perdiendo muchas oportunidades, aumentando nuestra brecha de competitividad con los países líderes y ni nuestras exportaciones, ni nuestra industria, ni nuestro campo, ni nuestro turismo, se lo pueden permitir.
Estamos empezando con la campaña de los cítricos y, como cada año, nos enfrentamos a las incertidumbres que supone colocar nuestros productos en Europa, en tiempo y forma. Nuestros clientes europeos saben que los cítricos españoles son de una calidad excepcional, pero además de ello, buscan un suministro seguro y respetuoso con el medioambiente. Dicho de otra forma, o cumplimos con los plazos de entrega y bajo los estándares de sostenibilidad y precio que nos exigen, o se buscarán otros proveedores. Y si a toda la complicación que supone la cadena de suministro le añadimos los altos precios de los combustibles, ahora, más que nunca, se hace imprescindible contar con el Corredor Mediterráneo.
Cuando en el año 2016 se inició el Movimiento #QuieroCorredor, había un cierto grado de acuerdo en que el Corredor Mediterráneo era una infraestructura imprescindible, pero no había manera de que avanzase, pese a que distintos partidos políticos habían pasado por el Gobierno. Aunque la Sociedad Civil nos habíamos movilizado mucho y desde hacía muchos años, no lo habíamos hecho ni con la unidad ni con la contundencia que la situación exigían.
Seis años después, es de recibo reconocer que la presión social y empresarial ha conseguido que se avanzase y, aunque siguen produciéndose retrasos, todo el trazado está en construcción y ningún Gobierno de España podría ya parar la realización de la infraestructura.
En todo caso, desde la Sociedad Civil seguiremos insistiendo en que se ejecute la que sin duda es la inversión en infraestructuras más relevante de la historia reciente de nuestro país, y la que más contribuirá a su competitividad, dinamismo y riqueza. Y eso es lo que haremos mañana jueves 17 de noviembre en Barcelona, unidos y al grito de #QuieroCorredor!