Ambas entidades han firmado un acuerdo de colaboración que establece acciones de formación, empleo y accesibilidad
CaixaBank y Grupo Social ONCE han firmado un marco de colaboración para promover la inclusión social, financiera y la mejora de la calidad de vida de las personas con discapacidad y sus familias. El acuerdo entre ambas entidades establece un amplio paquete de medidas y acciones en diferentes ámbitos orientados a este objetivo.
El acuerdo ha sido firmado en la sede operativa de CaixaBank en Madrid por parte de la entidad financiera por el director de Negocio, Jaume Masana; el director de Acción Social, Josep Parareda; y el director territorial Madrid Metropolitana de CaixaBank, Rafael Herrador. Por su parte, han rubricado el acuerdo el director general de la ONCE, Jorge Íniguez; el director general de la Fundación ONCE, José Luis Martínez Donoso; y el consejero delegado de Ilunion, Alejandro Oñoro.
El convenio de colaboración está articulado en tres acuerdos a través de los cuales CaixaBank y Grupo Social ONCE asumen el compromiso de impulsar acciones conjuntas en beneficio de las personas con discapacidad en áreas como la inclusión social, la formación, el empleo, la accesibilidad o la sostenibilidad. Asimismo, se contempla la aplicación en condiciones ventajosas de los servicios financieros y profesionales de CaixaBank al sistema de pago de premios y a la gestión de vendedores de la ONCE, y una oferta de productos financieros de la entidad adaptados al colectivo de personas que forman el Grupo Social ONCE.
Además, ONCE se compromete a asesorar a CaixaBank en todos aquellos proyectos o programas que la entidad desarrolle para mejorar la atención a colectivos de clientes vulnerables, entre los que se encuentran los vendedores de la ONCE, personas con movilidad reducida o clientes senior, entre otros; así como colaborar en actividades de formación y sensibilización para trabajadores de CaixaBank para el correcto uso del lenguaje inclusivo.
Masana ha destacado que los acuerdos firmados “ponen de manifiesto el compromiso de CaixaBank por la inclusión social, la formación, el empleo, la accesibilidad o la sostenibilidad. Estamos convencidos de que gracias a esta nueva colaboración con el Grupo ONCE vamos a contribuir a mejorar la calidad de vida de un importante colectivo de personas”.
El director de Negocio de CaixaBank ha recordado que esta nueva alianza entre las dos entidades se suma a las ya alcanzadas, como la reciente puesta en marcha de la tarjeta Braille, “que facilita que las personas con discapacidad visual puedan tener más autonomía al efectuar compras en todo tipo de canales”.
Por su parte, Jorge Íniguez ha manifestado que “este acuerdo representa, entre otros aspectos, una respuesta conjunta a las necesidades que tienen las personas con discapacidad y también las personas mayores a la hora de acceder a productos y servicios bancarios”. En este sentido, ha incidido en que “para Grupo Social ONCE es de vital importancia establecer alianzas con grandes instituciones como CaixaBank para seguir impulsando la que es nuestra razón de ser desde hace más de 84 años, la inclusión plena en la sociedad de las personas con discapacidad”.
Accesibilidad universal
El acuerdo contempla la elaboración de estudios conjuntos sobre la realidad laboral de las personas con discapacidad y la puesta en marcha de acciones que favorezcan su inclusión laboral directa o indirecta. La promoción de la accesibilidad universal es otro de los puntos del acuerdo, tanto en el medio físico como en el ámbito tecnológico, incluidos los espacios virtuales (cajeros, acceso al entorno en las oficinas de CaixaBank, etc.). La entidad bancaria se compromete también a implementar las medidas necesarias para que todos sus productos y servicios sean accesibles para sus clientes con discapacidad visual, permitiendo el uso de forma autónoma de sus servicios básicos.
El convenio establece otras medidas como la colaboración con Fundación ONCE para ampliar su programa de Finanzas Inclusivas (dirigido a personas con discapacidad intelectual y con dificultades de aprendizaje) a través de iniciativas de trabajadores de CaixaBank con las entidades registradas en el programa.
Asimismo, la entidad bancaria incorporará con carácter general cláusulas de contenido social en las contrataciones que realice, particularmente sobre el cumplimiento de la reserva de empleo para personas con discapacidad.
Atención a los vendedores de la ONCE
Otro objetivo del acuerdo es regular el sistema de pago de premios correspondiente a los productos de lotería de la ONCE y facilitar la labor desarrollada por los vendedores de la Organización a la hora de realizar sus correspondientes ingresos por liquidaciones en cualquiera de las oficinas de CaixaBank. La entidad fomentará entre sus empleados una actitud de colaboración positiva que asegure que la atención prestada a los vendedores se desarrolla con los niveles de calidad exigidos y les facilitará una atención prioritaria.
Asimismo, CaixaBank pone a disposición del colectivo de personas que forman el Grupo Social ONCE una línea de productos financieros y servicios en condiciones especiales y adaptada a sus necesidades.
CaixaBank también podrá adquirir los productos y contratar los servicios que precise para sus actividades a los Centros Especiales de Empleo creados en el seno de Ilunion, grupo de empresas sociales de Grupo Social ONCE.
El acuerdo marco entre ambas entidades tiene una vigencia inicial de tres años y la vocación de mantenerse en el futuro para seguir promoviendo la inclusión real de las personas con discapacidad.
La primera tarjeta financiera con sistema Braille en España
CaixaBank, a través de su filial especializada en medios de pago, CaixaBank Payments & Consumer, lanzó el pasado mes de mayo la primera tarjeta Visa con código de lectoescritura Braille en España para facilitar que las personas con discapacidad visual puedan realizar compras en cualquier tipo de comercios sin depender de otras personas.
La solución, desarrollada en colaboración con ONCE, permite que las personas con discapacidad visual realicen compras en páginas web y comercios electrónicos sin depender de que otra persona le facilite el número de su propia tarjeta, así como la fecha de caducidad y el CVV, lo que suponía una limitación a su propia autonomía, así como un riesgo para la seguridad de sus medios de pago.