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domingo, 24 de noviembre de 2024 | Última actualización: 19:20

Previsiones cumplidas

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Enrique Domínguez. Economista.

Los economistas tenemos fama de pronosticar muy bien el pasado pero de errar cuando hacemos previsiones de futuro; esto ocurre porque la realidad tiene muchos matices y, por suerte, la economía no es una ciencia exacta que se pueda predecir a partir de sofisticados modelos estadísticos o de indicadores sintéticos muy complejos. Muchas veces, el complementarlos con la opinión de los ciudadanos o de las empresas ayuda a predecir con más acierto.

Pero en esta ocasión, mis previsiones de la semana pasada sobre el resultado de Cevisama 2014 parece que se han cumplido; decía exactamente: “Este año 2014 la feria será, seguramente, algo más bulliciosa que en años precedentes y con menos huecos,…. Recibirá más visitantes que en 2013 y se nos dirá que se van consolidando los mercados y que se abren nuevos en medio de una coyuntura aún adversa”.

Pero, para ser honesto y porque eso de alardear no es lo mío, diré que era fácil acertar teniendo en cuenta la evolución de las cifras de exportación del sector, la capacidad de sus empresas de buscar nuevos clientes o nuevos mercados ante la parálisis de la demanda interna, las impresiones optimistas vertidas en los diferentes medios de difusión o las encuestas de coyuntura elaboradas por el Área de Estudios de la Cámara de Comercio.

Esta feria, pues, ha permitido confirmar que el sector exterior sigue siendo el único agarradero al que las empresas cerámicas pueden asirse y que goza de una salud que no es envidiable, pero que permite mirar los próximos meses con algo más de optimismo.

Sin embargo, la feria también ha constatado que se trabaja con precios muy ajustados; ha habido más gente, se ha preguntado más, se han formulado más pedidos, pero se sigue mirando mucho los precios. Hay mucha variedad de producto pero el cliente europeo de países con mayor poder adquisitivo viene poco a esta feria y sí abunda más el de Oriente Medio y Africa; es decir, de las zonas a las que en mayor medida se está exportando y en las que los precios de venta son bajos.

No obstante, algunas firmas mantienen su estrategia de dirigirse a segmentos medios o altos de poder adquisitivo y, en esos casos, sus competidores son los italianos y no las producciones chinas o de otros países emergentes.

Y por eso a las empresas les ha sentado muy mal la futura tasa a la cogeneración porque encarecerá un precio final ya muy al límite de la rentabilidad y porque el ministro del ramo, el señor Soria, no ha tenido a bien dialogar sobre este asunto con el sector. Si los que nos gobiernan no escuchan a los afectados, no se deben quejar de la opinión de los ciudadanos hacia la clase política.

La feria ha querido transmitir como idea de futuro la innovación y que el sector está totalmente inmerso en ella. Los alfas de oro que se dan cada año van en esa línea. Y ahí nos encontramos con algo que en el artículo de la semana pasada decía:”Y el sector no domina la innovación y la investigación; lo hacen por él, en general, las empresas de fritas y esmaltes”.

En esta feria y en la anterior no se han dado alfas de oro a empresas de azulejos y pavimentos cerámicos y sí a firmas de fritas y esmaltes; y, además, este año a una firma de maquinaria. ¿Es ello un hecho aislado o un síntoma de un grave problema futuro?

La innovación, la investigación de nuevos usos o de nuevos productos ¿es una preocupación sólo de pocos y de congresos como el de Qualicer o es un reto a asumir y que beneficiará a quien lo acepte?