Miguel Bataller. Ciudadano del Mundo y Jubilado.
Una ciencia tan exacta como la aritmética, deja de serlo en el mismo momento de ser utilizada como componente de la Política.
Y quizás sea ese análisis en el subconsciente del socialismo español, el que les esté manteniendo indecisos, en el momento de tomar partido para la solución del problema de la Administración Foral de Navarra.
Como en otras muchas partes de España, se ha creado un conflicto en el seno de Unión del Pueblo Navarro (UPN), una confrontación de intereses o puntos de vista, y cual depredadores al acecho de la sangre ajena, saltan inmediatamente a la palestra voces en uno y en otro sentido.
Estamos en ese proceso de estudio de las estrategias de cada uno, para tomar posicionamientos.
Una parte del socialismo, recurre a las matemáticas elementales, y comenta que si recurren a BILDU, que presumiblemente les apoyaría en una moción de censura contra la Sra. Barcina Presidenta del Parlamento Foral Navarro, podrían hacerse los socialistas con la soñada Presidencia.
Esos, solo saben sumar, y proceden a la más rudimentaria de las operaciones matemáticas.
Otros aparentemente mas inteligentes (Rubalcaba entre ellos) se posicionaron desde un principio en la renuncia a contar con los apoyos de los etarras, y se mantienen en un compás de espera.
Eso sí, no renuncian a la mentira como arma política y por eso dicen (faltando a la verdad) que los presupuestos de Estella fueron aprobados con el apoyo de BILDU, por lo que han tenido que salir inmediatamente aireando las actas en las que se aprobaron esos Presupuestos, concejales de UPN, para dejar las cosas en su lugar.
El actual secretario general del PSOE, profesor universitario en su rama científica, sabe bien que a veces intentando sumar se consigue restar más de lo que se suma, y precisamente por eso trata de no comprometerse con las marcas políticas de los asesinos, porque es consciente que el precio a pagar por esos apoyos, acabarían restándole mucho más de lo que sumarían.
Pero no quiere renunciar a restarle votos o credibilidad política a sus oponentes, aunque sea recurriendo al ventilador de la mentira y la basura inexistente.
Una actitud muy propia de ese personaje, que cada semana exige la dimisión del Ministro del Interior incluso en el caso de los inmigrantes de Ceuta, cuando los protocolos que se siguen son exactamente los mismos que existían cuando él era Ministro.
El algo así como querer inculpar al Ministro de las actitudes de algunos de los militares involucrados en la defensa de nuestras fronteras.
Si actuaron de acuerdo con los protocolos, poco hay que condenar y si no lo hicieron las responsabilidades habrá que exigírselas a quienes los incumplieron, en el ejercicio de su profesión.
En este sentido Rubalcaba, es mucho menos prudente e inteligente de lo que se le supone, porque cada vez que adopta esas posturas, se resta a si mismo y a su partido, más de lo que imagina.
Es muy frecuente el pecar de tonto, queriéndose pasar de listo.
Y en definitiva en el caso de Navarra, que es el que nos ocupa, y el que me ha llevado a escribir esta columna, no hay que olvidar que el as en la mano lo tiene la Señora Barcina, ya que aún en caso que se le activara una moción de censura, ella podría inmediatamente disolver el Parlamento Navarro convocando nuevas elecciones.
Considero que sería lo más conveniente e inteligente, ya que así se podría conocer sin lugar a dudas el apoyo del que dispone cada una de las fuerzas políticas, y componer un nuevo Gobierno Foral con mayorías estables.
Se rumorea que Mayo-Junio sería la época mas adecuada.
De nuevo la aritmética de los votos, tendrá la palabra, pero esta vez si será la básica, la de sumar los votos para conseguir la mayoría estable, sin resta alguna.