La utilización indigna de un Ministro con una cartera inútil únicamente nombrado para poder figurar en un Gobierno normal, le ha valido al PSOE y sobre todo al “sanchismo”, para comprobar una vez más que con Isabel Díaz Ayuso ni se debe ni se puede jugar.
Tiene mucha más capacidad organizativa, poder de convicción y calidad protocolaria y humana que el equipo de ministros de la Presidencia del Gobierno.
El empecinamiento infantil de un Ministro, títere de Sánchez, les ha servido a unos y otros, para saber exactamente quién es quién y cuáles las razones que asistían a unos y otros.
Vimos a una Responsable de Protocolo de la Comunidad madrileña, bloquear repetidamente los intentos de Bolaños para acceder a la Tribuna Presidencial del 2 de Mayo (Día de la Comunidad de Madrid), porque ni estaba entre los invitados a esos lugares de honor, ni le correspondía ese privilegio de acuerdo con las normas de obligado cumplimiento.
El contrapunto positivo para el socialismo lo puso la incombustible Margarita Robles, perfecta conocedora de ese protocolo y que siempre y en todo momento sabe estar en su papel y no permitió que la utilizaran en beneficio del desafortunado ministro.
Como es bien sabido, en todos los grupos humanos suele haber personas de todo tipo y condición, pero lo verdaderamente curioso y preocupante es que entre las dos decenas, que más o menos componen el actual Gobierno de Pedro Sánchez, haya tantos Ministerios y Ministros perfectamente prescindibles en mi opinión.
Y para completar una semana lamentable para el PSOE, ha llegado invitado el Presidente de Colombia, un Petros nacido en uno de mis países preferidos aunque él no lo sea por incontables razones.
Un guerrillero en el altiplano y la jungla de su país, que por obra y gracia de una democracia tan tolerante como la española y proclive de una reconciliación que no comparto, le ha permitido a este sujeto presentarse y ganar unas elecciones en minoría, pero suficientes con los apoyos de sus aliados, para alcanzar el poder en su país.
Por eso, esta semana me permito hablarles de dos personajes para mi, muy poco ejemplares.
Y es que para tener acceso a los Gobiernos de países con culturas y vivencias democráticas como son Colombia y España debería ser necesaria una moral y trayectoria intachable.
Pero es lo que hay y con esas cañas de bambú estamos construyendo unos cestos, que nunca se ven llenos de sensatez y buena gobernanza, porque se filtran en ellos muchos desperdicios y material contaminante que acaba destruyendo todo lo que toca.
Hasta la semana que viene amigos.
