El ayuntamiento inicia el procedimiento para revertir la decisión de reducir el nombre de la ciudad solo a su versión en valenciano
Castelló recuperará su ‘n’ final, o lo que es lo mismo, el ayuntamiento revertirá la decisión del pleno del 21 de junio de 2018, de reducir el nombre oficial de la ciudad solo a su topónimo en valenciano. Si aquella decisión fue aprobada solo por mayoría simple, el Partido Popular tiene oportunidad de dar un paso atrás, pero siempre y cuando reciba el apoyo de alguno de los grupos de la oposición.
La alcaldesa de Castelló, Begoña Carrasco ha iniciado hoy, en la Junta de Gobierno, los trámites para revertir la decisión adoptada por el ayuntamiento en pleno, el 21 de junio de 2018, por la que se eliminó la ‘n’ final del topónimo de la ciudad, para que su único nombre oficial fuera en valenciano, y no, como había sido hasta entonces, indistintamente en valenciano (Castelló) y en castellano (Castellón).
Así lo ha informado el equipo de gobierno en un comunicado oficial para dar a conocer los primeros acuerdos de la Junta de Gobierno Local.
Según este comunicado: La alcaldesa, Begoña Carrasco, ha firmado hoy en la primera Junta de Gobierno el decreto mediante el cual se inicia el procedimiento administrativo para la recuperación del topónimo bilingüe. “Nos comprometimos con la ciudadanía y hoy expresamos la voluntad de cumplir con la recuperación del topónimo bilingüe, para que Castellón vuelva a ser Castelló de la Plana y Castellón de la Plana”.
De este modo, la alcaldesa ha insistido en la importancia de “respetar las dos lenguas cooficiales para que los castellonenses puedan elegir en libertad cómo llamar a su ciudad”.
Como ha recordado el equipo de gobierno, la capital de la Plana obtuvo el reconocimiento para poder denominar a la ciudad con el doble topónimo, en valenciano y en castellano el 19 de julio de 1982. Fue el momento en el que se reconocía la validez de las dos lenguas oficiales de la Comunitat Valenciana: castellano y valenciano, tanto para su uso alternativo o paralelo en la administración pública, y en la denominación de sus instituciones.
Sin embargo, con el gobierno de la primera coalición de izquierdas en el Ayuntamiento de Castelló, el Pacto del Grau, integrado por PSOE y Compromís, con el apoyo de Castelló en Moviment, se puso sobre la mesa la ‘necesidad’ de valencianizar el topónimo de la ciudad y del Grao.
La campaña que se inició entonces fue brutal. No hubo acuerdo municipal, ni consenso. Una parte de la corporación aprobó sin tapujos aquel cambio de topónimo que promovió la agrupación de Compromís.
Sectores vecinales de Castelló rechazaron la iniciativa y presentaron alegaciones. PP y Ciudadanos cuestionaron esa valencianización ‘a ultranza’ que no conciliaba tampoco el sentimiento de la ciudad.
El PSOE de Amparo Marco anduvo en la cuerda floja durante unos meses. Por una parte, intentó retrasar la decisión porque era preciso informar primero a la opinión pública, generar campañas informativas, consultar a la sociedad…
Pero finalmente los pactos de gobierno son lo que son, y en su caso, el PSOE necesitaba de los apoyos de Compromís para ejercer su gobierno mientras que Castelló en Moviment se mantuvo a la espera y, finalmente aprobó la propuesta de Compromís.
Es cierto que se solicitaron informes a numerosos expertos e historiadores. Informes en los que se llegaban a realizar referencias de evolución lingüística en los que se referían al origen de Castelló, como el pequeño castillo. Si botifarra era igual a botifarró, Castellón era igual a Castelló (no es una invención personal).
El concejal del Partido Popular Carlos Feliu intentó rebatir aquellas conclusiones con una relación pormenorizada de hechos y relatos históricos.
Pero todo fue en balde. No hubo acuerdo entre los concejales del ayuntamiento y el cambio de denominación del topónimo de la ciudad se aprobó por mayoría de la mitad más uno de la Corporación. Fue en el pleno del 21 de junio de 2018, y se ratificó en el pleno del 29 de noviembre.
En aquel momento, los populares, liderados por Begoña carrasco anunciaron que, de llegar al gobierno, darían marcha atrás para devolver la ‘n’ a Castelló.
Y así ha ocurrido. En la primera Junta de Gobierno Local, y sin esperar un solo minuto más, la alcaldesa ya ha pedido que se inicie el expediente para que la capital recupere el topónimo bilingüe porque “La verdadera normalización es el bilingüismo que permite expresarse a cada uno en libertad, sin imponer una lengua oficial sobre otra lengua oficial. Son las dos igual de importantes”.
La alcaldesa señalaba también: “La doble denominación acabará con los conflictos derivados de llamarnos igual que un municipio de la provincia de Valencia, Villanueva de Castellón, que también pasó a denominarse solo Castelló, por lo que durante estos últimos años la confusión hacía que nos llegaran escritos de vecinos de ese municipio y las instancias que tendrían que haber llegado al Ayuntamiento de Castellón llegaran al de la provincia de Valencia”.
¿Y ahora qué?
Así las cosas, falta por conocer en qué consiste ese expediente, cómo se defenderá, pero, sobre todo, cual será la reacción del resto de los grupos municipales que integran la corporación municipal.
Cabe recordar que el PP no tiene mayoría absoluta en el gobierno de Castelló. Si la decisión de volver a recobrar el topónimo bilingüe no cuenta con más apoyos que los del Partido Popular, la mayoría de los votos de PSOE + Compromís tumbarían el acuerdo.
Cabe pensar que, por lo menos VOX, cuyo argumentario político coincide con la recuperación del topónimo en castellano, debería votar a favor de la propuesta del PP. En ese caso sumarían mayoría absoluta y podrían sacarlo adelante.
Pero cabe recordar también, que no hay acuerdo de gobierno entre PP y VOX, y la reacción de VOX, con la que está cayendo es del todo imprevisible.
Podría suceder que VOX quisiera imponer una denominación del topónimo solo en castellano y no bilingüe. Cosa que tampoco entraría en el planteamiento que ha realizado el PP… Es decir, VOX podría abstenerse…
De momento las intenciones del equipo de gobierno están claras. De que lo pueda sacar o no adelante… y como, eso es otro cantar.