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domingo, 24 de noviembre de 2024 | Última actualización: 16:29

La Unió critica la decisión de gobierno central de retrasar únicamente 4 meses la entrada en vigor del Cuaderno de explotación

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La Unió critica que el Comité de Seguimiento del PEPAC del Ministerio de Agricultura sólo haya retrasado cuatro meses la entrada en vigor del Cuaderno Digital de la Explotación (CUE), sin tener en cuenta la opinión del sector y sin incluir ayudas que compensen los costes de esas nuevas obligaciones.

España pretende que el Cuaderno sea obligatorio a partir del 1 de septiembre de 2023 en todas las explotaciones agrarias con más de 30 hectáreas de cultivos herbáceos; 10 hectáreas de leñosos o 5 hectáreas de regadíos, y para el resto de las explotaciones a partir del 1 de julio de 2024. Sería así el primer país de la UE en ponerlo en marcha si se confirman las previsiones. Por su parte, La Unió ha pedido reiteradamente el aplazamiento de su aplicación y una implantación progresiva empezando por las grandes explotaciones y que para las pequeñas se haga a partir del año 2028.

La aplicación casi inmediata del Cuaderno Digital de Explotación es uno de los principales argumentos que han originado la marcha de protesta del próximo 5 de julio que finalizará frente al Ministerio de Agricultura en Madrid, convocada por todas las organizaciones territoriales de la Unión de Uniones. La Unió desplazará alrededor de 20 tractores a Madrid, que saldrán de la comarca de Utiel-Requena, así como dispondrá de autobuses gratuitos para todas aquellas personas que deseen asistir.

Para La Unió, el proceso de modificación del PEPAC debería haberse iniciado cuanto antes para posibilitar la comunicación a la Comisión Europea antes de septiembre de 2023 a fin de que sean subvencionables los costes adicionales sobrevenidos a las explotaciones agrarias por los nuevos requisitos impuestos. En este sentido, la organización solicitaba incluir, en esta modificación, una cifra de en torno a poco más de 1.045 millones de euros que calcula que le va a costar al sector meter en la explotación el cuaderno digital y la gestión integrada de plagas, entre otras exigencias.

Señala que es preciso escalonar la aplicación de nuevas exigencias administrativas ligadas al CUE, en un contexto de grave crisis de rentabilidad, incorporando al PEPAC la necesaria compensación cuantificada ya sea del cuaderno digital de explotación o las nuevas obligaciones en materia de nutrición sostenible en los suelos y de uso sostenible de los productos fitosanitarios, entre otras cuestiones candentes. Desde la organización se considera que en las actuales circunstancias esta medida es fundamental para que la aplicación de la PAC no suponga sobrecostes a los agricultores y ganaderos, no alimente la espiral inflacionista en el precio de los alimentos y contribuya a racionalizar la puesta en marcha de la nueva PAC que adolece de un proceso burocratizador que contradice los principios de simplificación de los que presumía en su origen.

La Unió considera, tal y como le ha hecho saber al Ministerio de Agricultura, que la implantación del Cuaderno de Explotación Digital debería unificarse en toda la Unión Europea y “no pretender el Gobierno de España ser Quijote para ponerse la medalla de convertirse en el primero en ponerlo en marcha de todo el ámbito europeo, imponiendo más burocracia al sector y haciéndolo menos competitivo”.

En aras a esta competitividad, desde La Unió se exige que los productos importados de países terceros tengan la obligación de hacer el Cuaderno de Explotación Digital para introducir sus producciones en los mercados de la Unión Europea. Carles Peris, secretario general de La Unió, indica que “la reciprocidad en materia agraria debería ser el eje de las políticas de la Comisión Europea, lo que a nosotros se nos exige debería resultar innegociable para las producciones de terceros países que quieran entrar a los mercados comunitarios”.

Carles Peris afirma que “las Administraciones deben ser sensibles y no ahogar más al sector, no puede ser que cada nueva normativa represente más burocracia, más trabas, más problemas y más sobrecostes, como si no tuviéramos suficiente con el precio que percibimos, con el cambio climático y con los brutales costes de producción que sufrimos”.