Cada queso tiene su propia receta de elaboración
Mercadona, compañía de supermercados físicos y de venta online, sigue incrementando la calidad de sus quesos, para los que cuenta con 28 proveedores con los que produce distintas variedades teniendo en cuenta los hábitos de consumo en toda la geografía española. Estas decisiones se han tomado siguiendo las indicaciones de los “Jefes”, como en Mercadona se denomina a los clientes.
Cada queso tiene su propia receta de elaboración, con lo que cada uno tiene unas características distintas y una personalidad totalmente independiente y diferenciada del resto. Igualmente, se tiene en cuenta el tiempo de proceso de secado que necesitan desde el Tierno, que requiere 7 días, hasta el Curado, con 105 días o el Añejo, con 270 días, sólo por citar algunos de los casos.
Además, la etiqueta permite identificar claramente los atributos generales, desde el grado de curación (tierno, semicurado, curado, viejo o añejo) hasta su atributo principal (cremoso, intenso, tostado…), pasando por el tipo de leche, animal del que procede, su procedencia o grado de intensidad.
Como ejemplos de variedades adaptadas a cada zona, se puede encontrar en los centros de Sevilla y Cádiz Queso semicurado Payoya; Queso Manchego Viejo, en Castilla La Mancha; o Queso Tierno de Cabra, en Sevilla, Huelva, Catalunya, Islas Baleares, Comunitat Valenciana, Madrid, Murcia y Albacete, entre otros.
Máxima calidad al mejor precio
Mercadona puso en marcha la estrategia SPB (Siempre Precios Bajos) en 1993, después de observar y constatar que los productos que más se vendían eran los que tenían una máxima calidad al mejor precio, siempre en ese orden; y no cambiaban constantemente su coste.
Durante todos estos años, la compañía no ha dejado de apostar por la calidad, que es uno de los retos principales a los que a diario se enfrentan todos los departamentos de la cadena y cuyo impulso representa una clara oportunidad para poder seguir ofreciendo a “El Jefe” (como en Mercadona se denomina al cliente) productos, uno a uno, diferenciales.
Y todo a través de una estrategia que fomenta el consumo consciente y crítico, que se guía por criterios sociales y medioambientales, y que persigue un objetivo claro: garantizar un consumo de productos de la máxima calidad con el menor impacto posible y ayudar así a mejorar la calidad de vida de las personas que habitan este planeta y de las generaciones futuras.