Las y los trabajadores sociales reivindican el papel del Trabajo Social como instrumento “eficaz” para la defensa de los derechos humanos “y para la atención psicosocial demandada por las víctimas de explotación sexual” en Castelló
Según se desprende del programa de inclusión social IMMA de la Fundación Salud y Comunidad
Este sábado se conmemora el Día Mundial contra la Explotación Sexual y el Tráfico de Personas. Una jornada a la que se une el Col·legi Oficial de Treball Social de Castelló para denunciar que la trata “constituye una de las formas más extremas de la violencia contra las mujeres” y para poner en valor la labor que desde el Trabajo Social se lleva a cabo con las víctimas: “es un instrumento eficaz para la defensa de los derechos humanos y proporciona la atención psicosocial demandada por las víctimas de explotación sexual para el acceso a sus derechos”, sostiene.
La trata supone “una grave vulneración a los derechos humanos de las víctimas y sin embargo es socialmente tolerada, convirtiendo a la mujer en objeto de consumo masculino”, advierten por su parte desde la Fundación Salud y Comunidad (FSC) de la capital de la Plana.
La realidad que atraviesan las víctimas de explotación sexual y trata en la provincia la conoce en profundidad la trabajadora social Belén Sánchez, colegiada del Col·legi Oficial de Treball Social de Castelló y promotora dentro de la FSC del programa IMMA, que presta acompañamiento a mujeres en ejercicio de la prostitución, prioritariamente víctimas de trata con fines de explotación sexual, en un proceso de inclusión basado en el acceso a derechos sociales y sanitarios.
La existencia de trata, indica Belén Sánchez, “no es nueva en absoluto, lo intolerable es que perdure en el tiempo de esta manera, la aceptación social que hay de este hecho” quizás, dice, porque “no hay suficiente conciencia de que sigue existiendo, y de que bajo la apariencia de un trabajo sexual libre, lo que hay es una explotación de los cuerpos de niñas y mujeres, con consecuencias gravísimas para su salud física y mental, con un daño irreparable para su vida”.
Desde este programa de la FSC, y a través del equipo del que forma parte Belén Sánchez, en la provincia de Castelló se atiende fundamentalmente a mujeres de Nigeria, Rumanía y de diferentes países de Latinoamérica. “El 50% son menores de 35 años, lo que nos deja otro 50% de mujeres que llevan mucho tiempo siendo explotadas”, indica la trabajadora social. Desde su entidad han detectado en los últimos años, sobre todo a partir del estado de alarma, “un desplazamiento de la prostitución callejera hacia pisos, porque el control externo y el acceso a las mujeres por parte de personas que las puedan ayudar es menor”, detalla.
La situación de vulnerabilidad, provocada por pobreza o falta de apoyo social, es el patrón común a las víctimas, que suelen compartir también su juventud en el momento de ser captadas, algunas siendo menores y sobre todo mediante el engaño; el inicio forzado en la prostitución y el hecho de ser explotadas durante largos periodos de su vida, señalan desde el equipo de la FSC.
Entidades sociales que abordan esta problemática alertan de que las redes sociales fueron usadas en el 80% de casos de trata y las mujeres jóvenes son las principales víctimas, y aunque este patrón “sí se da en las nuevas captaciones para explotación sexual online o para la explotación en locales o viviendas, no es la práctica habitual en el sector de población con el que estamos trabajando nosotras en este momento en Castelló. Se trata de mujeres que fueron captadas mediante el lover boy, un hombre que las seduce y acaba explotándolas o vendiéndolas, o bien mediante falsas ofertas de trabajo en España”, puntualiza Belén Sánchez.
Esta profesional del Trabajo Social recuerda que el programa IMMA surgió en 2013 “precisamente de un proceso de escucha; las mujeres en prostitución demandaban recibir atención psicosocial, sobre todo desde el Trabajo Social, para el acceso a derechos. Hasta entonces el enfoque de atención de los dispositivos era muy sanitario, de prevención de enfermedades de transmisión sexual, fundamentalmente. Un enfoque necesario pero insuficiente. Ellas pedían acceder a derechos de ciudadanía, y buscaban apoyo para ello”.
Aquí es donde reivindica el papel de las y los profesionales del Trabajo Social en su intervención con las mujeres víctimas de trata con fines de explotación sexual. “El Trabajo Social es un instrumento eficaz y maravilloso para la defensa de los derechos humanos y ciudadanos. Para ser más concreta, creo que tenemos una formación que nos facilita acercarnos, comprender y comprometernos con personas y colectivos que sufren situaciones complejas de dificultad con vulneración de derechos, violencias… Y al mismo tiempo conocemos los mecanismos del sistema para dar respuesta, y cuando estos fallan buscamos alternativas o la creación de estos mecanismos”, explica.
Sobre la erradicación de esta “lacra social”, sostiene que “queda mucho trabajo por hacer, porque la sociedad tiene muy aceptada la prostitución y no la ve desde el prisma de la explotación y violencia que hay detrás, sino que se le ha vendido una supuesta libertad, el trabajo sexual libremente escogido; queda camino, pero es cierto que pese a todo estamos mucho más enfocados como sociedad que hace una década”.
Apela a la actuación conjunta de las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado, las entidades y las administraciones en esta lucha. “Las leyes deben perseguir por un lado a los tratantes, y explotadores, y por otro favorecer la rehabilitación de las mujeres explotadas en nuestro territorio”, indica. Belén Sánchez incide también en la sensibilización, sobre todo con la población más joven. “Hay que trabajar intensamente en la reducción de la demanda futura, y en la presente, por ello es fundamental el trabajo con adolescentes para concienciarles, máximo cuando tenemos alertas de prácticas sexuales cada vez más violentas y vejatorias para las mujeres introducidas a través de la pornografía, entre otras vías”, concluye.