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domingo, 24 de noviembre de 2024 | Última actualización: 12:13

Los comerciantes de Castelló respaldan la modificación de la ZBE propuesta por el gobierno de Carrasco

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Su mayor preocupación es el cierre del centro que desvía a sus clientes a las grandes superficies. Piden alternativas para no bajar la persiana

Los establecimientos comerciales del centro de Castelló apoyan el nuevo Plan de Bajas Emisiones propuesto por el gobierno de Carrasco frente al diseño del equipo municipal anterior. La mayor preocupación de los comerciantes es que acceder al centro es casi imposible y sus clientes se van a las áreas comerciales de la periferia. Piden alternativas para evitar bajar la persiana.

El proyecto de Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) continúa dando de qué hablar entre los comerciantes del centro de Castelló. En este sentido, ¿qué proyecto convence más a los negocios que llevan media vida prestando servicio en el centro de Castelló? La respuesta es unánime: puestos a escoger entre el plan presentado por el anterior equipo de gobierno, que cerraba al tráfico más de 700.000 metros cuadrados y eliminaba más de 200 plazas de aparcamiento, se quedan con la propuesta actual.

Respaldan la modificación

Así, los establecimientos respaldan la modificación del plan presentado a los vecinos la semana pasada, aunque todos coinciden en algo fundamental: la necesidad de adoptar medidas urgentes para reactivar el centro. Y es que solo hay que darse un paseo por calles como Trinidad, Alloza o San Vicente para darse cuenta de que la situación es insostenible. Persianas bajadas y carteles de ‘Se vende’ o ‘Se traspasa’ se cuentan por decenas.

"El proyecto anterior era un error"

“El proyecto del anterior gobierno era un error; lo que propone el actual es mejor. Aún así, el centro necesita ayuda porque se está muriendo”, advierte el propietario de una de las jugueterías más longevas de la ciudad. Y es que al dificultar la entrada en coche al centro, “la gente que viene de los pueblos opta por quedarse en las grandes superficies”.

Una opinión que comparten los responsables de una tienda textil que cuentan con tres establecimientos, todos ellos ubicados en pleno centro de la capital de la Plana. “Muchos clientes han dejado de venir. Prefieren quedarse en grandes superficies, como Salera, porque se hace muy complicado llegar; tienes que dar mil vueltas”, lamentan. Para ellos, la solución para reactivar el comercio sería “deshacer todo lo que han hecho hasta ahora” y, aunque confían en la buena voluntad del actual equipo de gobierno, admiten que no tienen “ninguna esperanza” de que el centro vuelva a latir.

Una aflicción que también es compartida por uno de los comercios situados al final de la calle Navarra, donde reconocen que si la situación continúa igual “vamos a tener que echar el cierre”, como ya han hecho algunos negocios de esa misma calle. “Se están cargando al pequeño comercio”, insisten, y explican que “desde que cerraron este trozo de vial al tráfico, nuestros clientes ya no vienen a comprar; solo lo hacen en el caso de que en los centros comerciales no encuentren un producto muy determinado que nosotras sí tengamos disponible”.

También en una de las farmacias advierten que “cerrar al tráfico toda la almendra central era un despropósito” y añaden que “hubiéramos tenido muchos problemas para abastecernos en el caso de que hubieran peatonalizado la calle”. Asimismo, comentan que limitar el tráfico les penaliza, “ya que a muchas personas mayores les traen en coche, por lo que optarían por comprar en otra farmacia”.

Una de las soluciones que proponen algunos de los comercios es la ampliación de las plazas de aparcamiento, con la creación de más parkings, a un precio económico para los visitantes que accedan al centro con coche. “Si el que viene de Almassora o Vila-real tiene que aparcar en el extrarradio y caminar hasta el centro y tiene la posibilidad de estacionar gratis en el centro comercial, sin la necesidad de dar vueltas, opta por esta última opción”, insisten. Sobre el proyecto de los parkings disuasorios, hay opiniones para todo: algunos ven en estos una posible solución y otros no creen que vaya a ser utilizado por los usuarios porque “para eso, se quedarán directamente en los centros comerciales”.

En referencia a las polémicas cámaras, aplauden que estas vayan a dejar de multar durante este otoño: “Son muchos los clientes que vienen de fuera de la ciudad que desconocen esta limitación y se van a casa con una multa. Esos ya no vuelven”, explica la trabajadora de una tienda de muebles de la calle Ximénez.

Con todo, algunos ven “una aberración en el proyecto” porque, dicen, “esta ciudad no está preparada para esto. No hay cargadores para todos los coches y el coste de un vehículo eléctrico no está al alcance de un trabajador medio”.