Daniel y Miguel son expertos en deportes de riesgo, especialmente en espeleología y barranquismo
Este pasado lunes por la noche TVE retrasmitió el quinto capítulo de 'El conquistador' en la que, tras la afamada prueba de los caníbales, en la que los concursantes deben de llevar dentro de su boca sangre de un cerdo muerto para llenar una un litro de la misma en una probeta y luego arrancar usando solamente los dientes, trozos de la carne del mismo cerdo hasta conseguir el máximo peso posible en un tiempo determinado. La victoria de los Cocorotes y la descalificación de los Yocahu por romper la probeta, dejó la prueba de expulsión entre dos miembros de este último equipo y de las Atabey.
El capitán de los Corocotes, Patxi Salinas eligió entre los Yocahu a los gemelos de Viver, Daniel y Miguel Oury, para que fueran los contrincantes que vayan al desafío final, quien también se sumó Guyo como nominado del grupo tras una polémica asamblea. Si el equipo rojo perdía a los gemelos, tendrían dos miembros menos, en un concurso donde el número de participantes era decisorio en la continuidad de los Yocahus.
Las Atabeys estaban a tan solo una integrante de la extinción, así que mandaron a Joana Flaviano, su componente más fuerte.
El desafío en la que se enfrentaron recibe el nombre 'enraizados'. Consiste en desenredar una maroma de 30 metros enrevesado en un manglar, para, posteriormente, enredarla de manera ordenada en el manglar que se sitúa justo enfrente.
Ya conocíamos que Daniel y Miguel son expertos en deportes de riesgo, especialmente en espeleología y barranquismo, así que dominan el uso de cuerdas. Esto lo demostraron con creces, mientras Miguel iba agrupando la maroma encima de sus hombros pasando rápidamente entre el laberinto de las raíces que formaban los manglares, Daniel se movía con mucha agilidad dando acertadas indicaciones a su hermano.
Entretanto sus rivales tenían un ritmo más pausado, propio de una prueba tan dura como ‘enraizados’, los vecinos de Viver parecían que se hubieran entrenado a diario para superarla. Eran incapaces de bajar el ritmo: saltaban, se agachaban, pasaban entre las ramas como si nada y esto hizo que completaran la primera fase en tiempo récord.
En la segunda parte, enrollaron la cuerda sobre un tronco entre las marcas que indicaban el recorrido que debía tener. La perfección fue tal que hasta los presentadores se quedaron sorprendidos. Al terminar, entre saltos de alegría de haber completado la prueba, Raquel Sánchez Silva lo reafirmaba “desafío impecable, una demostración de fuerza, pero sobre todo de astucia” mientras que Julian Iantzi, después de presentar 19 temporadas del programa en la televisión vasca, concluía “Esta prueba la he visto unas cuantas veces ya y os tengo que decir que nunca he visto una cosa tan perfecta como la vuestra”
Para los gemelos Oury “en esta prueba se sentían como en casa, después de tantos años de espeleología y conociendo las técnicas para encordarse en alpinismo, lo único que les faltaba fue la sangre fría y resistencia física, y quedó demostrado que van sobrados en ambas”.
Lejos de volverse a casa, continúan en la aventura con más ganas que nunca por luchar hasta el final. Se espera mucho de los hermanos, tan amantes del riesgo como de la aventura. A ver hasta dónde llegan.
