Las restricciones al uso de estos productos habría restado competitividad a los cultivos locales frente a terceros países
El rechazo del Parlamento Europeo a las restricciones que había propuesto la Comisión en el uso de productos fitosanitarios en el campo supone un balón de oxígeno para los cítricos de Castellón, que temían perder más producción y competitividad con terceros países a los que no se les exige las mismas condiciones.
“Si hubiera salido esta medida, habríamos tenido menos materias activas para producir, teniendo en cuenta de que partimos en estándares elevados y con las restricciones más altas en productos fitosanitarios. Ello nos hubiera hecho perder competitividad”, afirma Carles Peris, secretario general de la Unió Llauradora. Esta eliminación de fitosanitarios formaba parte del Pacto Verde Europeo, que apuesta por reducir su uso para disminuir la contaminación en el campo y reforzar la salvaguarda de la biodiversidad.
Pero la eliminación de productos era inasumible para el sector, según coinciden las organizaciones agrarias de la Unió y AVA, ya que todavía no se han desarrollado las alternativas naturales para combatir las plagas en lugar de pesticidas, mientras las exigencias en el seno de la UE no se demandan a terceros países en los tratados de libre comercio.
“Sin medir los impactos, sin hablar con los productores, sin poner a su disposición las herramientas necesarias, aprobar este reglamento habría sido irresponsable”, afirma Peris.
AVA-ASAJA expone que un informe realizado por la Universidad de Wageningen concluyó que su aprobación habría provocado una pérdida del 20% de la producción vegetal europea y, por tanto, un aumento de los precios de los alimentos para los consumidores.
La Unió había reclamado en diversos documentos a la UE y al Gobierno español una revisión del Pacto Verde en la implementación de estos planes, “que fueron gestados antes de la pandemia del covid19, de sus efectos y de la crisis bélica en Ucrania.” “Esperamos que esto sea una señal de que el sentido común empieza a pesar por encima de la doctrina ideológica, a la que en este último período nos han tenido lamentablemente acostumbrados las instituciones europeas”, añade.
“Que el Parlamento Europeo haya dicho no este reglamento no es una hecatombe ecológica como algunos dicen” manifiestan. “A los productores de la Unión Europea ya se nos exige más y estamos dando más de lo que se le exige y lo que da ningún otro productor del mundo” subrayan. “Las autoridades europeas deberían empezar a pedir lo mismo a todos los que colocan sus producciones en nuestros mercados y canales de consumo y proteger así nuestro modelo productivo. La reciprocidad debe ser una realidad pronto”, reiteran desde la Unió Llauradora.
Menor producción
La iniciativa rechazada por el Europarlamento habría todavía mermado más la producción de cítricos, que ya ha caído por las inclemencias meteorológicas. La cosecha de clementinas- principal variedad de Castelló- disminuye un 13 % en la campaña 2023-2024.
Y ello en un contexto en el que aumentan las importaciones de terceros países, que, además, incrementan la llegada de plagas, como se ha comprobado con las interceptaciones de cítricos llegados de Sudáfrica. Cabe recordar que las importaciones de cítricos de Sudáfrica en la Unión Europea han crecido en los últimos cinco años. En cambio, las exportaciones nacionales de mandarinas bajaron un 16 % en la última campaña.
