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domingo, 24 de noviembre de 2024 | Última actualización: 21:28

Tres días de bloqueos en Francia: el CGC reclama un corredor vial para perecederos

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Las protestas de los agricultores galos han causado retrasos en las entregas, lo que puede ocasionar cancelaciones de pedidos e incluso en desabastecimiento

El Comité de Gestión de Cítricos (CGC), la patronal nacional que aglutina a los principales operadores privados y cuyos asociados canalizan en torno al 70% de las exportaciones españolas de cítricos, reclama a las autoridades nacionales y europeas que se abra con urgencia un corredor seguro para garantizar el tránsito por Francia a los productos perecederos españoles.

Con el de hoy, sábado, ya son tres días consecutivos de bloqueos, algaradas y protestas de los sindicatos agrarios galos, lo que afecta diariamente a miles de camiones que siguen retenidos o circulando con extrema dificultad y ya han provocado al sector un grave perjuicio debido al retraso generalizado en las entregas.

La situación generada continúa afectando al territorio español ya que, esta mañana y por segundo día consecutivo, en las áreas de servicio de varias autopistas de la provincia de Barcelona los ‘Mossos’ seguían reteniendo a los transportistas, dada la saturación generada en el paso fronterizo de la Jonquera (Gerona). El CGC advierte que la crisis podría degenerar a corto plazo en cancelaciones masivas de pedidos y no mucho más tarde en desabastecimiento.

La situación en Francia con nueve días ya de manifestaciones, tractoradas en las autovías y los sucesivos bloqueos en los pasos fronterizos y principales arterias, que vienen agravándose desde el jueves no parece mejorar lo suficiente. Los principales sindicatos agrarios mantenían en el día de hoy las movilizaciones pese a las cesiones del gobierno francés, que ayer anunció la anulación del aumento previsto sobre el impuesto del diésel agrícola.

Pese a la reapertura esta mañana de la A-9 en la frontera con España desde la AP-7 y a los permisos excepcionales dados por el Ministerio de Interior galo para el regreso a sus orígenes de camiones pesados retenidos, algunas organizaciones francesas hablaban de un recrudecimiento de las protestas a partir del lunes.

El CGC comparte las motivaciones de fondo de las movilizaciones agrarias en este país y en otros europeos pero insiste en que el sector hortofrutícola español también es víctima de la pérdida de competitividad con las producciones de países terceros que genera la falta de reciprocidad y las políticas medioambientales y de apertura comercial que la UE viene impulsando en los últimos años.

El CGC recuerda, asimismo, que el camión es su principal medio de transporte y un factor decisivo en la competitividad de la citricultura y hortofruticultura española que, frente a la oferta más barata de países terceros con costes laborales y sociales muy inferiores, es capaz de aprovechar así la llamada ‘renta de proximidad geográfica’ en la UE.

“La solución a los problemas de la agricultura europea no puede ser castigar a los transportistas y a la agricultura española,  que ahora y en anteriores episodios es la principal damnificada de sus violentas acciones. Al fin y al cabo, con sus protestas lo que atacan es a nuestra primera ventaja, que es dar el mejor servicio”, ha insistido la presidenta de esta asociación, Inmaculada Sanfeliu.

El CGC ha tenido conocimiento del vuelco de la carga de algunos camiones de sus asociados pero, con ser grave, mucho más importante que eso es el irreparable daño que se está generando a toda la cadena de suministro. La situación salvando las lógicas distancias recuerda en cierta medida a la vivida en marzo de 2020 cuando, con la intención de frenar la expansión del Covid-19, diversos Estados miembro promovieron medidas sanitarias para restringir el tráfico de personas, lo que acabó por afectar también al transporte.

“La libertad de circulación es un principio básico del mercado único y de la UE. Si entonces se entendió que era necesario habilitar corredores para evitar el desabastecimiento de los consumidores, ahora y tras tantos incidentes previos de la misma naturaleza, se debiería impulsar automáticamente medidas como las de entonces”, señala a este respecto Sanfeliu.

Enero –con entre 400.000 y 500.000 toneladas- es uno de los tres meses álgidos para la exportación citrícola española. Tales cifras suponen entre el 25 y el 30% del comercio exterior español de frutas y hortalizas de este mes. Entre noviembre y enero, de hecho, se concentra en torno al 40% del conjunto de exportaciones citrícolas de toda la campaña. Si no se le pone freno en breve a esta situación, las pérdidas para el sector serán seguro millonarias. Si no se restaura la libertad de circulación o se abren los citados corredores, la crisis amenaza con afectar a la actividad en el campo y en los almacenes de confección, dado que más del 90% de las exportaciones de naranjas y mandarinas españolas se dirigen a la UE y al Reino Unido y pasan necesariamente por el país vecino.