Ahora sólo falta ponerlo en valor como un atractivo más de cara al turismo cultural y su uso pedagógico
La Diputación ha dado por finalizadas las excavaciones en el yacimiento íbero del Puig de la Misericordia de Vinaròs, después de diferentes campañas de excavación que han deparado importantes hallazgos en este yacimiento datado del siglo VII a.C.
Una vez finalizadas las excavaciones que se han realizado a lo largo de los últimos 11 años por parte del Servicio de Arqueología de la Diputación en colaboración con el Ayuntamiento, ahora sólo faltaría poner en valor los restos arqueológicos y recuperar el yacimiento para que se convierta en un recurso turístico de primer orden, al mismo tiempo de ser pedagógico.
Así lo decía la alcaldesa, María Dolores Miralles, en una visita que ha realizado al yacimiento junto al diputado provincial de Arqueología, Alejandro Clausell, y el jefe del Servicio de Arqueología de la Diputación, Arturo Oliver.
La primera campaña que se realizó fue entre 1985 y 1991, que permitió realizar importantes descubrimientos y sobre todo tareas de preservación. Una campaña que contó con la implicación de la Diputación, Ayuntamiento y Amics de Vinaròs.
Pero no fue hasta el año 2013 cuando se iniciaron las campañas impulsadas desde la Diputación para conservar y poner en valor este yacimiento íbero cuya antigüedad esta datada en el siglo VII a.C. y que se fue transformando con el paso de los siglos.
Durante todos estos años de trabajo ha salido a la luz una residencia aristocrática fortificada con varias fases de reformas y ocupación con una cronología datada entre el siglo VII y el inicio del V a.C. También se ha excavado una construcción de carácter rural con una cronología del último cuarto del siglo II a.C., que se había edificado sobre las ruinas del anterior edificio.
La última campaña se realizó el año pasado y consistió en la consolidación de los restos íberos, así como los diversos descubrimientos que se han realizado y la instalación de unas pasarelas de madera.
Además, el Ayuntamiento retiró en el año 2014 la gran cruz del calvario que estaba asentada en el centro del yacimiento, con el fin de facilitar las excavaciones arqueológicas.
Tal como manifestaba Miralles ahora sólo falta ponerlo en valor como un atractivo más de cara al turismo cultural, de ahí que dijera que el objetivo para los próximos años será trabajar para poner en valor los restos arqueológicos y recuperar el yacimiento para que se convierta en un recurso turístico de primer orden, al mismo tiempo de ser pedagógico.