Desde el consistorio se inició una doble vía de actuación: por un lado se modificó la regulación municipal para intensificar las medidas coercitivas a los propietarios y, por otro, se mejoró el funcionamiento del ya existente.
Castellón Información
Poco más de un año después de la puesta en funcionamiento del ”banc de terres” y de la modificación de la ordenanza del medio rural en Xilxes, el Ayuntamiento ha hecho balance del resultado de las medidas encaminadas en su día a mejorar el cuidado de los terrenos rústicos abandonados. Se planteaba en su día la necesidad de llevar a cabo actuaciones para evitar que el abandono de los cultivos en fincas rústicas generaran el mal estado general del término municipal, que llegó a suponer graves problemas de salubridad e incluso de agravamiento del riesgo de incendios, además de un grave perjuicio a los agricultores que mantenían sus explotaciones, al tener que convivir con mucha superficie totalmente descuidada.
Para ello cabe recordar que desde el consistorio se inició una doble vía de actuación: por un lado se modificó la regulación municipal para intensificar las medidas coercitivas a los propietarios y, por otro, se mejoró el funcionamiento del ya existente banco de tierras. Con la primera medida, al cabo del tiempo, se ha conseguido mejorar sustancialmente la problemática que se pretendía resolver: hoy por hoy, salvo algunas parcelas sobre las que se está actuando legalmente, el estado general de las fincas rústicas ha mejorado sensiblemente sin que haya sido necesario acomenter medidas mucho más allá de los requerimientos a los propietarios.
Por otro lado, el banc de terres, con la nueva modalidad de la cesi´n en precario, ha conseguido poner en cultivo un 40 % de las fincas que hasta la fecha han solicitado su inscripción. Ello supone una superficie total nueva de cultivos que, de forma indirecta, ha podido generar ocupación a aquellos que han tenido la posibilidad de acceder a tierras para cultivar.