La procesión recorrió las calles empedradas de la ciudadela
Anoche, la ciudad costera de Peñíscola se vistió de solemnidad y fervor para celebrar el Viernes Santo con una impresionante procesión de los pasos por la pintoresca ciudad amurallada. En un ambiente cargado de emoción y religiosidad, los vecinos y vecinas se unieron en masa para acompañar la procesión.
Con una participación notable, la procesión recorrió las estrechas y empedradas calles de la ciudadela, ofreciendo a los presentes la oportunidad de sumergirse en una experiencia única y cargada de tradición. Las imágenes religiosas, cuidadosamente adornadas, fueron llevadas en hombros por los fieles, mientras que el sonido de los tambores resonaba en el aire, añadiendo solemnidad al evento.