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viernes, 22 de noviembre de 2024 | Última actualización: 22:28

Reconocer Palestina

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Entre las lecciones elementales de Diplomacia que les recordé recientemente olvidé mencionarles un error que mucho me temía nuestro gobierno estaba en riesgo de cometer siguiendo la petición de muchos de sus amigos y aliados del grupo Frankenstein, como era romper relaciones diplomáticas con Israel.

Por el momento, ese paso no se ha dado aunque los insultos a Netanyahu van que vuelan y a decir verdad son devueltos sin dilación por miembros del Gabinete israelí que consideran a Sánchez "como uno de los peores dirigentes del mundo, que ha provocado muchas muertes en Gaza". Las llamadas a consulta al Embajador en Madrid y la convocatoria de nuestra Embajadora en Tel Aviv, amen de la limitación de las actividades de nuestro Consulado en Jerusalén no preludian nada bueno entre los dos países.

La gran noticia a escala mundial del martes 28 es el reconocimiento del Estado Palestino por España, Irlanda y Noruega -por ese orden-, lo que ha sido muy apreciado por parte de los 139 países que ya habían procedido a tal reconocimiento. Y también por el grupo terrorista Hamás. Y lamentado por Israel y por los 46 que consideraban que este no era el momento de dar ese paso, en plena guerra, reconocimiento que podía considerarse como un premio a la agresión de Hamás que, por la vía violenta, habría encontrado el camino adecuado para lograr un reconocimiento generalizado y -si ello fuera posible- la desaparición del Estado de Israel.

En plena crisis interna de su gobierno, agobiado por cargos de corrupción y malversación que afectaban a su entorno familiar más próximo, Sánchez empleó una maniobra de despiste efectuando una gira europea en busca de compañeros de viaje en tan delicada operación. Solo dos de ellos -Irlanda y Noruega- le acompañaron con lo que ahora son doce los países europeos que han dado el paso. Se trata de todos los antiguos países del Pacto de Varsovia, más Suecia, Malta y Chipre, aparte de los recién llegados. Siguen estando fuera del grupo los más influyentes de la Unión -Alemania, Francia, Italia, los tres del Benelux, Finlandia, Dinamarca, Grecia y Portugal. Aparte de los Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Japón y Australia.

A decir verdad, España acaba de alinearse con quienes han sido su amigos de siempre que son el mundo árabe, América Latina y, de paso, toda África y Asia. Pero a la vez se ha situado enfrente de sus principales socios y aliados, ninguno de los cuales niega, ni siquiera Israel, la solución de los Dos Estados en la región. Lo que resulta discutible es el momento de poner en practica el reconocimiento. Bien es cierto que una oportunidad perfecta difícilmente llegará y siempre habrá excusas para demorar la operación.

Desde que en 1948 nació el Estado de Israel no ha pasado una década sin que estallara un conflicto. Ninguno de ellos tuvo la envergadura del actual que lleva ya cerca de 40.000 víctimas incluidas las 1.200 causadas por el ataque inicial de Hamás que provocó todas las demás. Pésimo momento para dar ese paso.

Mucho me temo que el señor Sánchez no solo comete errores en la política interna, sino que sobre todo lo hace en cuestiones internacionales en que los países deben andar con particular prudencia, evitando aplicar políticas de partido y haciendo política de Estado. Por añadidura, Sánchez no solo toma dudosas decisiones, sino que hace campaña para que otros países le acompañen en su error. Esto es lo que más molesta al país agraviado. Israel difícilmente olvidará esta ofensa. Como los Estados Unidos no olvidaron cuando Zapatero sacó el banderín de enganche para que otros países retiraran como él las tropas de Irak pactadas entre Aznar y Bush. Claramente, Sánchez no solo ha heredado los tics internos de ZP, sino también los diplomáticos.

Mi consejo en terreno diplomático sería que, cuando duden de un paso a dar en política exterior, miren hacia el Oeste. Allí está Portugal, que en estas y otras muchas cuestiones suele acertar.