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jueves, 21 de noviembre de 2024 | Última actualización: 13:22

La ‘n’ de ida y vuelta de la ciudad volverá a pasar por el pleno de julio

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La última palabra será competencia de la Generalitat, después de que la Dirección general solicite dos informes vinculantes a la AVL y el Ministerio

La polémica sobre si el topónimo de Castellón debe ser bilingüe o solo en valenciano seguirá su curso. El informe a favor de la ‘n’ volverá a pleno, posiblemente en el mes de julio, porque primero deberá publicarse el informe aprobado ayer en el BOP, con un plazo para presentar alegaciones. La última palabra será la de la Generalitat, después de solicitar dos informes vinculantes a la AVL y al Registro del Ministerio de Cultura, pero también con reconocimiento a la autonomía local.

Que la ciudad se llame Castellón o Castelló, importa, y mucho. Para empezar, la ‘n’ de ida y vuelta aparece y desaparece del mural de flores colocado en la plaza mayor, donde hoy alguien desplazaba el acento de la ‘o’. Son ganas de marear y para eso hace falta tiempo, pero los hay que se aburren.

Lo cierto es que, si conflictivo fue para muchos cuando se decidió que el topónimo fuera solamente en valenciano; para los que lo decidieron entonces, la recuperación de la ‘letra de marras’ también supone una pesadilla.

Así se evidenció ayer en el pleno del ayuntamiento y hoy volvía a ser objeto de explicaciones dentro y fuera del ayuntamiento.

Lo que debe saber el vecino de a pie, es el procedimiento que se habrá de seguir ahora, que, aunque muchos no recuerden, es similar al que se siguió cuando se decidió suprimir la versión en castellano.

Tras la aprobación ayer, por mayoría del informe del catedrático Santiago Fortuño, el Ayuntamiento deberá publicar el documento en el Boletín Oficial de la Provincia. Esto es así, para dar lugar a que la población pueda alegar el dictamen, posicionarse a favor o en contra, o no hacer absolutamente nada si así lo considera.

De momento, el grupo municipal de Compromís ya ha anunciado que tiene intención de hacerlo, en contra, para lo que presentará también un informe de la UJI que desmontaría el documento aprobado.

La publicación abrirá un plazo de 20 días, tras el cual el ayuntamiento estará obligado a revisar estas alegaciones, aprobarlas o rechazarlas según proceda, en el pleno del ayuntamiento.

Dadas las fechas, que todavía no ha comenzado el plazo de publicación y, por tanto, falta saber qué alegaciones se presentarán, es muy poco probable que todo esto quede resuelto para finales del mes de junio, por lo que ya se prevé que tenga que esperar al mes de julio.

Con lo que se apruebe en esa próxima sesión plenaria, el ayuntamiento habrá de elevar su dictamen a la Dirección General de Administración Local de la Generalitat.

Comenzará entonces un nuevo periodo de consultas, esta vez desde la Conselleria a dos organismos cuyo informe sí que será vinculante para la decisión final: La Academia Valenciana de la Lengua, y el Registro del Ministerio de Cultura.

¿Qué puede suceder entonces?

Si el informe de ambos organismos es positivo al uso bilingüista, solo habrá que esperar al pronunciamiento del Consell para recupera la ‘N’. Ahora bien, si alguno de esos informes, o los dos, son negativos, la Conselleria todavía habrá de abrir un periodo de alegaciones de 20 días para que el ayuntamiento pueda manifestarse o rebatir los argumentos.

Y, en cualquier caso, manifestaba el portavoz del equipo de gobierno, la decisión final será de la Dirección General, que deberá tener en cuenta, también, la autonomía local y respetar las tradiciones históricas del territorio.

En definitiva, que la capital e la Plana tienen muchas posibilidades de recuperar su denominación en castellano que, en ningún momento anularía el nombre en valenciano de la ciudad.

Vicent Sales, además de político, profesor, no podía dejar de argumentar delante de los periodistas sobre las razones históricas que avalan la existencia de una ‘castellanización’ del lenguaje en la Comunitat Valenciana, mucho antes del Decreto de Nueva Planta con la llegada a la corona de los Borbones.

Tal como comentaba Sales, hay documentos que ya certifican el uso de ‘Castellón’ y del uso del castellano en tiempos de Fernando el Católico tras contraer su segundo matrimonio con Germana de Foix. En el siglo XIV y con el traslado de la Corte a Valencia, la nobleza hablaba en castellano y esta lengua también comenzó a usarse de manera popular en todo el territorio de la Comunitat Valenciana.

Y todo eso fue muy anterior a la Guerra de Sucesión al trono español, tras la muerte de Carlos II, el último rey de la dinastía de la Casa de Austria, y al entronamiento del Duque de Anjou, Felipe V, a principios del siglo XVIII.

Por otra parte, cabe recordar que todavía sigue sin resolverse el recurso presentado por el ayuntamiento de Castellón al TSJ, por la aceptación del topónimo de Castelló para la localidad de Castellón de la Ribera, en Valencia. Se calcula que más de 2.000 documentos oficiales han sufrido el hecho de que dos municipios de la misma Comunitat se denominen de la misma manera. Esos errores han sido cometidos por ciudadanos de a pie, pero también por las administraciones. Documentos que no llegan, que se pierden o que se equivocan de destino.