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domingo, 24 de noviembre de 2024 | Última actualización: 21:28

Tuvvik gana el Trofeo Villa de Oropesa y Albebarán y Souleias la Regata de San Jaime de Oropesa

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Fuertes rachas de viento y muchas historias de mar a bordo del Catamarán Clavel I para todos los públicos

Tuvvik, de Joaquín Ibáñez ze alzaba con el premio Trofeo Villa de Oropesa, mientras Albebarán, de Modesto Fabra, y Souleias de Juan Victor Monfort, ganaban la XXIII Regata de San Jaime, que se ha disputado durante este fin de semana en el CN Oropesa.

El fin de semana se presentaba ‘extremo’ en todas sus condiciones. Una ola de calor criminal en tierra, y fuertes rachas de viento en el mar. Lo del calor era lo que era y algunos pudieron aliviarlo con ventiladores en la carpa de regatas o con aire acondicionado en el Club.

El viento ya fue otra cosa y tuvo sus historias.

La Regata de San Jaime del CN Oropesa está dedicada a las fiestas de la localidad. Es la última prueba de Cruceros de la temporada, que discurre entre otoño y finales de julio del año siguiente.

Precisamente, la primera prueba de la Regata de San Jaime es puntuable en dos eventos: El Trofeo Villa de Oropesa, y la Regata de San Jaime en general.

El Trofeo Villa de Oropesa premia la regularidad y los resultados obtenidos durante toda la temporada de cruceros, a la que se suma la primera prueba de la Regata de San Jaime.

En este caso no hubo dudas, el gran vencedor fue Tuvvik, de Joaquín Ibáñez, del RCN Castellón. Los premios se entregaron durante la cena de regata del sábado por la noche.

Otra cosa fue la Regata de San Jaime en las dos pruebas celebradas el sábado 20, y el domingo 21 de julio.

Las previsiones meteorológicas de viento y mal fueron decisivas en la participación.

El sábado hacía mucho calor, pero se levantó un viento que roló de norte a sur durante la mañana. Para el domingo, la previsión apuntaba a fuertes vientos de componente norte, con rachas de hasta 30 nudos de intensidad, con tendencia a rolar poco a poco a este y luego a sur.

Esta segunda prueba de planteó como una costera, con salida frente a la bocana del club hasta la costa de Marina D’Or para retornar después a puerto.

La embarcación Albebarán, de Modesto Fabra se hacía con la victoria en la general, tras sumar un tercero y un primer puesto (4 puntos).

Segunda Posición para Bolero, de Alberto Naya- y Pilar Sala, del CN Burriana, con un cuarto y un primer (5 puntos).

Y tercera posición para Remolí, de Miguel José Fortea Pellicer del Cn Burriana, con un segundo y un sexto (8 puntos)

En la categoría RI A ganaba Souleais, de Juan Victor Monfort del RCN Castellón con dos primeros (2 puntos), seguido por Nusham, de Francisco Javier Castell, de la Escuela de Vela Club de Mar con dos segundos (4 puntos).

Muchas historias de Mar en el CN Oropesa de Castellón

Como ya es tradición, el Catamarán Clavel I estaba preparado y dispuesto para salir al mar y seguir la regata con todo el público aficionado al mar. En torno a 40 personas con muchas ganas de conocer historias de mar.

Pero las condiciones de seguridad no se ajustaron para poder salir a mar abierto.

Las fuertes ráfagas de viento condicionaban la maniobrabilidad del Catamarán, que no pudo soltar amarras. Se lo impidió uno de los barcos atracados al pantalán, de enormes dimensiones, que se había quedado sin motor y sin gobierno.

Para que el lector se haga a la idea: con condiciones de vientos fuertes no es igual conducir un turismo que un camión, en carretera. El turismo podrá moverse mucho, pero podrá soportar mejor los embates del viento y sus maniobras serán más fáciles que las de un camión de gran envergadura.

Y esto mismo sucedió en el mar. Un velero o una nave de motor, pequeña, siempre tiene una capacidad de movimiento que le permite poder encontrar el camino de salida por la bocana del puerto. Su calado es menor, y presenta una menor resistencia.

No ocurría lo mismo con el catamarán, que tiene un calado más profundo y su estructura, mucho más alta, se comporta como una pantalla donde el viento puede producir sacudidas importantes.

Al no disponer de una salida más amplia donde poder maniobrar en su camino a la bocana, se generaba un fuerte peligro. Una ráfaga del viento fuerte podía derivar el barco contra las rocas de la escollera… Se trataba de pasarlo bien, no de jugarse la vida. Y se optó por la determinación más segura.

Ahora, eso sí, los visitantes se acomodaron en la parte superior del barco, donde corría el viento y el fresquito y tuvieron historias de mar para dar y regalar. El patrón del 78 de Mayo, Enrique Ortiz les explicó los procedimientos de Regata. Y Esperanza Molina les explicó términos del leguaje marinero que se utilizan de forma cotidiana. Hubo sorteo y regalo de gorras con el emblema del CN Oropesa, y la mañana se transformó en una bonita aventura.