En política, en numerosas ocasiones, los ciudadanos nos piden a los representantes públicos llevar a cabo pequeñas acciones y proyectos que les permitan mejorar su calidad de vida. Se trata de escuchar sus necesidades e intentar darles respuesta. Una de las demandas más recurrente que nuestros mayores nos han transmitido en los últimos meses era la idoneidad de contar con servicio de bar en el centro social de la tercera edad San Felipe, donde se realizan numerosas actividades lúdicas, deportivas y pedagógicas para los más mayores.
En los últimos meses, la concejala de Mayores, Eugenia Martinavarro, se ha preocupado y ocupado de que esta petición fuera una realidad, que ya está más cerca. El Ayuntamiento ha sacado a licitación la concesión administrativa para el uso y aprovechamiento del bar situado en estas instalaciones municipales. Para ello, se han establecido toda una serie de condiciones para su explotación con el claro propósito de dinamizar este centro, así como un canon.
Desde el Ayuntamiento de Almassora apostamos de manera decidida por un envejecimiento activo, ofreciendo a nuestros mayores actividades que les permitan ejercitar el cuerpo y la mente, a la vez que comparten espacio de encuentro con otras personas, creando vínculos sociales.
Sin ir más lejos, a las diferentes actividades programadas este verano a nivel cultural, deportivo o de ocio, aquellos almassorins que tienen más de 60 años han podido disfrutar, durante este mes de julio, todos los martes, en el centro social Corell, y los jueves por la mañana, en el museo, de multitud de actividades y talleres pensados para ellos.
Velamos y lo seguiremos haciendo por el bienestar de nuestros mayores, por asegurarles una buena calidad de vida y por facilitarles todos aquellos recursos que les sean necesarios.
Y si hablo de nuestros mayores, no puedo dejar de recordar los momentos que viví hace pocos días con usuarios de la residencia municipal Vicente Vilar Morellá, que fueron a disfrutar de nuestra playa. Desde el centro organizan este verano cinco salidas. La emoción en sus rostros por tocar el mar con los pies y por respirar la brisa mediterránea, nos recuerdan la importancia de las pequeñas cosas, de aquellas que nos hacen felices, tengamos la edad que tengamos.