Guardia Civil y Mossos de Esquadra atendieron la emergencia tras recibir varias llamadas telefónicas de otros conductores
Efectivos pertenecientes al Subsector de Tráfico de Castellón han investigado al conductor de un camión como presunto autor de dos delitos contra la seguridad vial al conducir de forma manifiestamente temeraria y bajo la influencia de bebidas alcohólicas en Benicarló.
Los hechos se produjeron el pasado día 20 de julio, cuando los agentes recibieron llamadas telefónicas de varios conductores informando de la conducción anómala de un vehículo por la AP-7.
A su vez, una patrulla de Trànsit de Mossos d’Esquadra comunicó que circulaba por la autopista AP-7, sentido sur, detrás de un vehículo articulado extranjero, cuyo conductor conducía de forma irregular y en forma de zig zag.
Por este motivo, las patrullas de ambos cuerpos policiales establecieron un dispositivo de seguridad para advertir del peligro al resto de usuarios de la vía y detener al conductor temerario que incluso llegó a colisionar contra la bionda de la calzada.
Cuando los agentes consiguieron interceptar y parar el camión en el kilómetro 357 de la AP-7 término municipal de Benicarló, comprobaron que su conductor presentaba evidentes síntomas de conducir bajo los efectos del alcohol. Dio una tasa delictiva, por lo que fue investigado por dos delitos contra la seguridad vial.
Las diligencias instruidas han sido entregadas en el Juzgado de Guardia de Vinaròs.
La actuación ha sido realizada por efectivos del Subsector de Tráfico de la Guardia Civil de Castellón y Trànsit de la Regió Policial Terres de l’Ebre del Mossos d’esquadra.
Según el Código Penal, el tipo de delito por conducir un vehículo a motor o un ciclomotor con temeridad manifiesta, poniendo en peligro la vida o la integridad de las personas, puede conllevar una pena de prisión de seis meses a dos años, y privación del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores por tiempo entre uno y hasta seis años.
El delito por conducir bajo la influencia de bebidas alcohólicas puede castigarse con la pena de prisión de tres a seis meses o con la multa de seis a doce meses o con la de trabajos en beneficio de la comunidad de treinta y uno a noventa días, y, en cualquier caso, con la de privación del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores por tiempo superior a uno y hasta cuatro años.
La Guardia Civil recuerda la importancia del cumplimiento de las normas de tráfico, ya que comportamientos como los aquí expuestos ponen en peligro la vida e integridad física de los conductores y usuarios de las vías, y agradece la colaboración ciudadana.
