La Directiva valora los acuerdos con el Puerto y la mayoría de los socios aceptan la negociación y las condiciones mientras tramita la concesión
El Real Club Náutico de Castellón asume con dignidad las nuevas condiciones frente a las que se encuentra y agradece la disposición del Puerto al facilitarles la Autorización que les permitirá tramitar su concesión. La mayoría de los socios votaron a favor de unos acuerdos adoptados. “La situación de ‘alquiler’ obligará a pagar un poco más, pero los únicos amarristas ‘descontentos’ son los que tenían ‘derecho de propiedad’ sobre los atraques, porque ahora tienen que abonar el alquiler que les corresponde”.
El Real Club Náutico de Castellón ya se encuentra en situación de ‘alquiler’; pero con una Autorización Administrativa por tres años otorgada por la Autoridad Portuaria de Castellón.
El presidente de la entidad, Manuel Vidal, declaraba a Castellón Información, que "el Club asume con dignidad esta situación, que le permitirá poder trabajar para obtener una nueva concesión portuaria".
El objetivo de toda la Junta Directiva no es otro que llevar a cabo la voluntad manifestada por los socios en la Asamblea, que votó por mayoría las decisiones que ahora se desarrollan. Esto es, el acuerdo al que han llegado el Náutico y el Puerto, para que el Real Club Náutico mantenga su identidad como una entidad social de promoción y difusión de las actividades deportivas.
El RCN Castelló es una entidad de promoción náutica, no es una marina
Y es que, la diferencia entre una Marina y un Club Náutico es fundamental en su concepción y en su funcionamiento. Una Marina es un ‘aparcadero’ un garaje para barcos, cuyo único objetivo es mantener su actividad y conseguir el mayor lucro posible. Mientras que un Club Náutico, como bien ha demostrado el de Castellón durante sus 92 años de vida, es la promoción de la cultura y los deportes náuticos. Y eso se consigue a través de sus escuelas náuticas, sus eventos sociales deportivos, y la formación en los valores del deporte y el mar.
Desde la entidad náutica no negaban que haya habido socios que hayan determinado llevar su barco a otros puertos, aunque apenas son unos pocos. Puertos en los que, por otra parte, van a pagar lo mismo o más de lo que les tocaría pagar en el RCN Castellón.
¿Qué es lo que ha ocurrido para que suceda esto? Versiones hay muchas, tantas como socios e intereses en juego…
Pero desde la entidad señalaban, que no es que los amarristas vayan a asumir el coste completo del alquiler del náutico de Castellón, sino que algunos propietarios que, en su momento compraron su derecho de amarre, cuando se produjo la última ampliación de las instalaciones, han perdido sus derechos cuando se ha extinguido la concesión y, por lo tanto, habrán de abonar el alquiler de sus amarres como el resto de los socios habrán de abonar el coste por los servicios que utilizan.
En este sentido, y tal como explicaban a este periódico, la situación, por poner un ejemplo comprensible con otras actividades de los vecinos en tierras, la situación actual del náutico podría equipararse a la de los aparcamientos que se construyeron en suelo público.
En la década de los 90 y el 2000, para dar solución al problema de aparcamiento que Castellón, como otras muchas ciudades sufrían por el incremento del parque de vehículos, se tomó la decisión de construir aparcamientos bajo plazas y calles de la ciudad. Suelo público cuya titularidad corresponde al Ayuntamiento de Castellón.
En aquellos casos, las empresas que optaban a la concesión, asumían el coste de los aparcamientos que luego amortizaban con el alquiler o ‘venta de derecho temporal de estacionamiento’ a los usuarios. Las concesiones no son eternas. En función del concurso al que optaron en su momento, podrían caducar en diferentes periodos de tiempo. El máximo de una concesión pública es de cincuenta años.
De esta manera, los usuarios que compraron sus plazas, lo que adquirieron fue el derecho de uso y disfrute de ese aparcamiento por un tiempo limitado, el que durara la concesión.
Cuando se acaba el plazo, los concesionarios pierden sus derechos de explotación, pero los compradores de aquellos derechos de uso, también. Las instalaciones revierten al Ayuntamiento que puede o no, sacarlas de nuevo a concurso para una nueva concesión.
Eso significa, que todos los usuarios del aparcamiento están obligados a pagar una cuota de uso al Ayuntamiento. Ahora bien, cuando se construyeron aquellos aparcamientos, los hubo que compraron su derecho a uso, y otros que pagaban abonos temporales o se acogían a otras ofertas de uso temporal, las que hubiera o se ofrecieran en su momento.
Cuando se acaba la concesión, todos pagan, los que eran propietarios y los que no, porque sus derechos de propiedad quedan extinguidos.
En el caso del Puerto y del Real Club Náutico de Castellón, la situación es similar. El Puerto funciona por concesiones temporales de uso de ese suelo público para diferentes usos.
En 2005 el RCN Castellón solicitó al Puerto la autorización para realizar una serie de obras y mejoras, entre las que se encontraban la construcción de nuevos pantalanes, entre ellos, el central que tiene aparcamiento a pie de barco.
Los atraques fueron distribuidos de varias maneras diferentes. Unos compraron su derecho a disfrutar el amarre, por lo que pagaron por adelantado el uso que iban a hacer de los mismos. Otros fueron asignados a socios que pagaban su utilización puntualmente con sus cuotas de socios. Hubo quien compró y alquiló luego sus derechos sobre el amarre…
Aquellas obras se inauguraron en 2006, y con ello, además se amplió la concesión del Puerto al Club Náutico hasta el 2 de agosto de 2024.
El problema, es que no se ha podido renovar la concesión antes de que cumpliera el plazo, porque ya se había cumplido el máximo permitido y la gestión para obtener una nueva conlleva una serie de trámites e inversiones.
Con la extinción de la concesión, todas las propiedades e instalaciones del RCN Castellón pasan a ser propiedad del Puerto. El Club pierde su derecho de explotación y los socios que compraron su derecho a uso del amarre, también.
El Puerto, en reconocimiento a la función que desarrolla el náutico ha concedido una Autorización Administrativa en Precario por un periodo máximo de tres años. Ahora bien, las instalaciones ahora pertenecen al Puerto y los usuarios y socios del club náutico deben pagar por su uso, porque ahora son ‘alquilados’.
Para conceder esa Autorización el Puerto realizó una tasación de las instalaciones, que valoró en torno a los tres millones de euros. en base a ello estableció una cuota de alquiler anual 216.000 euros más un aval de 140.000 euros. Esta valoración global también se desglosa en las cuotas que habrán de pagar los socios por el uso de cada uno de los servicios del Club.
Los socios, que antes eran propietarios y tenían un uso gratuito de algunas instalaciones, ahora deberán pagar por ellas.
Pero esta situación incide con mayor intensidad entre los socios que ‘compraron’ el derecho a uso del amarre. Como ya pagaron al principio, durante el periodo de la concesión no han tenido que abonar cuota alguna de alquiles, que si pagaban los que no los tenían en ‘propiedad temporal’.
Pero ahora que todos pasan a estar ‘en alquiler’ todos ellos pasan a estar en las mismas condiciones y toca pagar por el amarre. De ahí que algunos socios protestaran por el incremento de la cuota que supone tener el barco en las instalaciones de Castellón.
Y sí, mucho o poco, a todos les ha repercutido económicamente la cuota anual que deben de pagar al Puerto. Pero es que antes eran ‘propietarios’ de las mismas… pero ahora ya no lo son.
Desde la entidad explicaban que se ha intentado repercutir ese aumento de cuota de manera que cada uno pague lo suyo, sin exageraciones, pero en función de lo que tiene y lo que utiliza. Y añadían, no es lo mismo tener un barco de 4 metros que uno de 12 metros… También añadían un matiz a la comparación con la ‘comunidad de vecinos’. Si los costes de mantenimiento y uso suben, toda la comunidad debe hacer frente al gasto. Pero si además uno d ellos vecinos insiste en que quiere mejoras extraordinarias en su vivienda, eso lo normal es que se lo pague cada uno.
Y esta es la historia con las dos versiones.
¿Que se podía hacer mejor o de otra manera? Indudablemente en el Club no todos piensan de la misma manera, y de hecho, el tema fue sometido a votación en la asamblea de socios celebrada el pasado 18 de julio, en a que se aprobó por mayoría la propuesta de la directiva del club…
No es un secreto, que en el seno del RCN Castellón se abrió un cisma que generó enfrentamientos en el 2006, cuando la anterior directiva perdió las elecciones frente a la candidatura alternativa presidida por Tano Francia en diciembre de ese año. Y las posturas han sido irreconciliables.
Tampoco lo es, que el Club ha pasado por momentos mejores y peores a lo largo de su historia. Que tuvo momentos de mucha gloria con regatas en las que llegó a participar la Familia Real Española… Periodos en los que se podían realizar grandes inversiones y se realizaron también varias derramas…
La crisis económica de 2007 se cebó especialmente en las entidades de promoción social y deportiva. El Club lo notó mucho. Y durante los últimos años, la epidemia de la Covid diezmó a las actividades náuticas… el número de socios… Y luego las crisis energéticas o la guerra de Ucrania y el sobrecoste de las materias primas…
Si en la situación actual algunos socios han decidido llevarse el barco o darse de baja… es lo que hay y el tiempo dirá si se equivocaron o cabían otras fórmulas.