Nuestra Iglesia diocesana de Segorbe-Castellón celebrará la habitual Jornada de inicio del curso pastoral, el sábado 21 de septiembre a partir de las 10:00, en el Seminario Diocesano Mater Dei en Castellón. A ella he convocado e invitado a todos los diocesanos, especialmente a cuantos colaboran habitualmente en las tareas de la Iglesia en las parroquias, movimientos, asociaciones, cofradías y grupos.
Un nuevo curso es, ante todo, un tiempo de gracia que Dios nos concede a todos para seguir caminando como Iglesia del Señor en la tarea de anunciar a Jesucristo y su Evangelio de Salvación. Antes de emprender las actividades es necesario celebrar juntos la Eucaristía, la fuente de la que brota y la cima a la que camina la vida y misión de nuestra Iglesia. En ella, Jesús nos habla, nos alimenta y nos envía de nuevo a la misión; hemos de escuchar su voz y abrir nuestro corazón a la acción del Espíritu Santo. Y juntos hemos de reflexionar también sobre el camino que el Señor nos indica para la misión en las circunstancias actuales de nuestra Iglesia y de nuestra sociedad.
Nuestra reflexión y diálogo en la Jornada de este año se centrarán en el acompañamiento espiritual, personal y comunitario. Es el objetivo específico para este curso, previsto en nuestro Plan diocesano de Pastoral. De la mano de un experto nos acercaremos al “arte del acompañamiento”, en expresión del papa Francisco. Se trata de un acompañamiento espiritual que ayude al encuentro con Cristo vivo y a crecer en la fe y vida cristiana, personal, familiar y comunitaria.
En el acompañamiento cristiano intervienen: el acompañante, el acompañado y Dios. Es el Espíritu Santo, quien mueve y cambia el corazón, quien ilumina y sana la mente, y quien santifica. El modelo es Jesucristo; el modelador, el Espíritu Santo, por medio de la gracia. Quien acompaña es un ‘instrumento’ de Dios, que es quien da el crecimiento (cfr. 1 Co 3,7-9). Hay que dejar que la gracia de Dios haga su obra; una gracia que respeta siempre la libertad y la situación de cada persona.
Se trata además de acompañar en orden a discernir la voluntad de Dios para el acompañado y de ayudarle a llegar a una opción vocacional y a un compromiso de vida. En el acompañamiento no puede faltar el sentido comunitario que despierte en la persona la necesidad de la comunidad eclesial para su vida espiritual cristiana, que le lleve a integrarse en la comunidad para participar de su vida y su misión.
El papa Francisco nos pide a sacerdotes, religiosos y laicos iniciarnos en este arte del acompañamiento. Para ello es necesario conocer las claves, las actitudes específicas así como las habilidades y conocimientos específicos. A este fin está orientada la Jornada.
