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jueves, 21 de noviembre de 2024 | Última actualización: 19:51

¿Pedir perdón?

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Don Felipe de Borbón, ya fuera como Príncipe de Asturias o como Rey de España asistió a 85 tomas de posesión de otros tantos Presidentes de países Iberoamericanos. Todos aquellos países han sido visitados por Felipe VI y muchos de ellos varias veces. Todos pero con la sola excepción en estos días de la entronización de la nueva mandataria mejicana Claudia Sheinbaum, tan populista como su predecesor López Obrador, que no le ha invitado a la ceremonia por no haber respondido al requerimiento hace algunos años de pedir perdón por los supuestos desmanes cometidos por los conquistadores españoles hace cinco siglos.

Para España y para el mundo, la gesta de Cristóbal Colón descubriendo el nuevo mundo y la de Hernán Cortes, Pizarro, Núñez de Balboa, Ponce de Leon, Cabeza de Vaca entre otros muchos fue la mayor llevada a cabo por el hombre, a mucha distancia de las correrías de Lord Livingstone y Mister Stanley en las fuentes del Nilo africano, o de Marco Polo en Asia y, por el momento, lejos también de los navegantes del espacio como Yuri Gagarin o Neil Armstrong.

Los españoles y los portugueses incorporamos todo un continente a la civilización occidental, supimos hacerlo respetando las particularidades locales y las diferencias étnicas en un proceso de mestizaje que los anglosajones ignoraron en Norteamérica como bien nos han mostrado miles de westerns en que los indios eran los "malos" que  había que exterminar o encerrar en reservas y los blancos recién llegados eran los "buenos".

España se siente orgullosa de lo que hicieron sus antepasados en América y por ello, cuando el 18 de Julio quedó barrido como día de la Fiesta Nacional y hubo que buscar otra fecha, la elegida fue el 12 de Octubre, el día de la Hispanidad y del encuentro de civilizaciones.

Tener que pedir perdón por aquella gesta sería tanto como tener que replantear toda nuestra historia y tener que prescindir de algunas de sus páginas más gloriosas.

¿Habría que pedir perdón por haber acabado con la antropofagia y los sacrificios humanos practicados por los nativos americanos? ¿O quizá perdón por haber construido Universidades en aquellas tierras casi un siglo antes que lo hicieron los ingleses en Norteamérica?. ¿O por haber aprobado las Leyes de Indias que dignificaban la humanidad de los nativos?. ¿O por las Iglesias, hospitales, museos, escuelas y monumentos construidos en aquellas tierras?

En el caso de Méjico, cuando se independizó de la corona española contaba con un territorio que doblaba la superficie actual del país incluyendo California, Nuevo Méjico Utah, Texas entre otros territorios que se dejaron arrebatar por los Estados Unidos y tenían una estabilidad que ya quisieran para si López Obrador y Sheinbaum que se ven impotentes para frenar los miles de crímenes de mujeres, estudiantes, periodistas y demás ciudadanos  cometidos anualmente.

En los años noventa, el Rey Juan Carlos pronunció una disculpa de los errores que pudieran haber cometido aquellos cientos de españoles enfrentados a las decenas de miles de indígenas, pero lo incluyó dentro de todo lo positivo que España dejó en América, un legado cultural, lingüístico, legal, espiritual, artístico y monumental como no abundaba en la Europa de aquellos tiempos y que quizá enriqueciera a los banqueros holandeses e ingleses pero que esquilmaron las arcas nacionales.

Por distintos motivos debemos reconocer que nuestra hermandad con los países iberoamericanos está atravesando una  crisis. Primero fue Argentina que Sánchez no se tragó virara a la derecha; luego Venezuela sumida en una dictadura que no reconoce el resultado de las urnas y ahora Méjico que esconde el grave déficit democrático de su populismo arremetiendo contra la "madre patria".

Confiemos en que las aguas vuelvan pronto a su cauce, como lo han hecho siempre.