La SS llegó a otorgar bajas por más de 545 días, pero no reconocía la incapacidad permanente. El juzgado valora la situación mental como elemento determinante
Una mujer, que trabajaba como directora comercial de ventas ha conseguido que el Juzgado nº 2 de Castellón admita su demanda para obligar a la Seguridad Social a que le conceda una incapacidad permanente y una prestación del 75% de la base reguladora. La mujer presentaba un cuadro de fibromialgia y Depresión. Había enlazado varias bajas por 545 días, pero el INSS le negaba la incapacidad permanente. El juzgado valoró la situación mental de la trabajadora y falló a su favor.
Conseguir que la Seguridad Social conceda una incapacidad permanente para el desarrollo de una actividad laboral, suele resultar tremendamente complicado. Pero si, además, quien la solicita es una mujer, directora comercial, cuyo puesto de trabajo representa una actividad más psíquica que física, la cosa se pone más difícil. Y si encima presenta como dolencias un cuadro médico de fibromialgia y depresión, la negativa suele ser automática aunque los diagnósticos médicos sean contundentes.
Sin embargo, en este caso, ha sido el Juzgado de lo Social de Castellón, nº 2, quien ha fallado a su favor, ha estimado su demanda, y se ha pronunciado contra el Instituto Nacional de la Seguridad Social- Tesorería General de la Seguridad Social. El juzgado ha estimado que las condiciones en las que se encontraba esta persona no le permitían desarrollar su trabajo habitual y ha dictaminado un grado de incapacidad permanente total, con derecho a percibir una prestación del 75% de la base reguladora.
Un proceso largo, delicado y complicado
En realidad, la cosa no ha sido tan sencilla como parece ahora por el fallo del juzgado. Además, la sentencia todavía no es firme y puede ser recurrida, pero sienta un precedente positivo que puede ser positivo, tanto para ella, la demandante como para otras muchas personas que se encuentren en circunstancias similares. Además, el gabinete de abogados que la representa, Parrado Asesores, recurrirá para que se le conceda la Incapacidad total absoluta.
Fibromialgia y depresión
La mujer a la que se refiere esta sentencia trabajaba en el sector comercial como directora de ventas. En 2013 sufrió la muerte de su hija. El duelo no resuelto y el padecimiento de fibromialgia derivaron en un trastorno de depresión mayor. Pese a los tratamientos, ingresos y revisiones médicas, la situación de esta mujer no logró una mejora suficiente para realizar su actividad profesional.
Sufría dolores continuos, insomnios, falta de atención, distimia y pérdida de funcionalidad progresiva, e incluso episodios autolimitados de desorientación con caídas.
A tenor de su estado, la mujer encadenó varias bajas reconocidas por la Seguridad Social por espacio de 545 días. Pero cuando solicitó la Incapacidad Permanente, la Seguridad Social alegó, que podría tratarse de un estado no permanente. En definitiva, que rechazaba su petición.
Llevada la demanda hasta los tribunales, el juzgado aceptó la demanda. Una vez analizada toda la documentación médica que la respaldaba, el juzgado lo tuvo claro, la progresiva degradación física y mental de esta persona, y su edad, 63 años, apuntaban la conclusión de no se apreciaba una posibilidad real de que pudiera incorporare al mercado de trabajo.
Entra las observaciones que realiza la sentencia, hace hincapié en que “la documentación médica, ingente y clara, no hacía más que demostrar la imposibilidad de la afectada para realizar con eficacia y rendimiento cualquier tarea laboral de las que venía desarrollando. Pero también incide en la enorme dificultad para desempeñar hechos tan cotidianos como acudir al centro de trabajo”.
El juzgado estima la situación mental y genera precedentes
La sentencia es importante, porque valora el estado mental de la demandante, e incluso reprocha al Instituto Nacional de la Seguridad Social, que se opuso a la demanda en la admisión a trámite y en el juicio oral, que alargara este sufrimiento de la afectada por otorgar bajas de incapacidad temporal que alcanzaron nada menos que 545 días, y que luego denegara la petición administrativa de incapacidad permanente.
El dictamen concluye que “la demanda debe ser estimada en su petición subsidiaria porque ha quedado probado que las limitaciones físicas y psíquicas que sufre la actora de forma permanente son incompatibles con la realización de su profesión habitual”.
Sus abogados solicitarán la Incapacidad Permanente Absoluta
Ahora bien, ¿Es suficiente? Se le reconoce una incapacidad permanente total para su profesión habitual, pero ¿Podrá esta mujer acceder a otro puesto de trabajo con las dolencias que padece? Los abogados que llevan el caso en Parrado Asesores consideran que no, por lo que van a recurrir al Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana para solicitar la Incapacidad Permanente Absoluta, que le impide realizar tarea laboral alguna.
El 'muro' de la Seguridad Social
Casos como este, o similares son más frecuentes de lo que parece. Pero la Seguridad Social suele apurar todos los recursos antes de reconocer la incapacidad. Suele suceder, que muchos de los afectados desconocen sus derechos, los plazos en los que deben presentar sus demandas, o desisten antes de llegar a juicio.
El procedimiento es engorroso. La Seguridad social cuenta con técnicos capacitados y buenos abogados. Y la justicia no es barata. La única alternativa es poder defender sus derechos a través de un gabinete de abogados.
Según cifras del 2018, la mayoría de las demandas se rechazan por principio. Solo un 48,8% de los expedientes tramitados superan la fase administrativa, y de ellos, solo un 35,82% de ellos concluyen el procedimiento con una resolución favorable.
Pero a tenor de fallos como el que se relata en esta información, merecería la pena intentarlo con el respaldo de buenos asesores y abogados.