Dora Llop Montón. Secretaria general PP Vila-real.
Érase una vez un paraje, precioso, con grandes pinos con beneficiosos piñones, una piscina hermosa, con mucho sitio para disfrutar los niños mientras los padres se deleitaban viendo a sus retoños a la fresca de la sombra de un pinar. El Termet era un sitio en el que se convivía, y lo más importante, que contaba en la ciudad. El verano vila-realense era l'Ermita.
Durante años, han sido muchos los esfuerzos con el fin de mantener la naturaleza exuberante en el paraje de la Ermita de nuestra Virgen de Gracia. Cualquier cuidado era poco: añadir parques infantiles, restaurar escalinatas, regenerar las especies autóctonas, e incrementar la población verde de todas y cada una de las variedades que crecían en nuestro paraje.
Sin embargo, aquel vergel de cuento, ahora es una pesadilla para los que amamos el pinar. El llamado “pulmón de Vila-real” está en peligro. Aquellos pinos piñoneros, de los que a muchos niños nos encantaba recoger sus frutos, se están talando ¿Por qué se talan pinos centenarios? sencillamente porque se están muriendo ¿Y por qué se mueren? Sencillamente por dejadez.
De la muerte latente y progresiva del pinar de l'Ermita, solo hay un culpable: José Benlloch, actual alcalde socialista y capitán del cuatripartito que gobierna mi ciudad. En el ejército de Zapata no había soldados, solo capitanes. Y cuando hay demasiadas ganas de mandar, al final el que paga es el más débil. En este caso nuestro pinar.
Conociendo la extrema sensibilidad del pinar a las sequías y a las plagas, durante años, desde el PP se aplicaron medidas y tratamientos que salvaguardaron la salud de cada pino. Ahora, sin embargo con el “desgobierno” actual (me niego a llamarlo gobierno), el más ecologista de la historia local, (en teoría), se talan los pinos, se talan porque están muertos, pero no por una enfermedad nueva o un insecto raro del que no sabemos nada, no. Lo que está matando a los pinos ha acechado siempre al Termet, pero siempre se había frenado su avance. Hasta ahora.
La plaga de insectos que está dejando los pinos en cadáveres forestales minan su crecimiento y atacan sus brotes, acabando con el árbol si no se pone remedio. Y ni Benlloch ni sus socios de gobierno han puesto ningún remedio. Igual les da pena matar estos bichos, porque “son muy ecologistas”, pero por el bien de todos deberían decidir si quieren más a los bichos o a los pinos.
Supongo que es ese amor a los bichos es el que permite que las cucarachas y ratas campen a sus anchas por el centro de la ciudad. Igual cuando decían que iban a potenciar el turismo se referían a acoger a estos nuevos “visitantes”.
En todo caso, a la vista está lo que les importa a estos "ecologistas de pancarta " los árboles en Vila-real, al igual que el pinar se muere, se arrancan de cuajo árboles, como en el Barranquet donde no tuvieron ni el más mínimo miramiento y desgajaron uno a uno todos los árboles y encima dicen que plantaran otros. ¿Para qué otros si ya teníamos unos y que además eran ya suficientemente grandes y daban sombra?
Mucho me temo que este cuento no tendrá un final feliz, porque el pinar se muere poco a poco y lo que allí seguimos acudiendo nos lamentamos de que nuestro pinar, para Benlloch, ya no cuenta.