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jueves, 28 de noviembre de 2024 | Última actualización: 18:29

Scoops

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El panorama político español se está volviendo más y más tenebroso por momentos. Normalmente surgía un escándalo por mes o, como mucho, por semana. Ahora raro es el día en que no tenemos un 'scoop', una primicia, si no son dos o tres diarias.

La sesión de control del Congreso de ayer fue una vez más escandalosa. Los insultos, el mal estilo, el "y tu más" fueron la tónica de las intervenciones. El descaro y la desfachatez con que los políticos reciben el puñetazo verbal y la tranquilidad con que lo devuelven, descolocan al público que empieza a sospechar que nos encontramos en un país sin remedio.

A Sánchez parece resbalarle que le recuerden que su mujer, su hermano, su ex número dos, su fiscal general y otros miembros de su equipo están imputados y sigue insistiendo en que su gobierno es limpio y como réplica, sigue evocando al amigo narcotraficante de Feijoo…del siglo pasado, a su nepotismo de la época gallega, a irregularidades administrativas de su pareja, todo ello mil veces aclarado, pero que permiten que el ping pong de la cámara baja esté asegurado. Difama que algo queda.

El tema de ayer era Aldama, su declaración ante el juez, su puesta en libertad y su entrevista en la COPE de Herrera. Casi todas sus declaraciones eran conocidas por las investigaciones de la guardia civil y de la prensa. Pero no es lo mismo leerlas en un periódico por fiable que este sea que oírlas ante un tribunal de justicia con todas las formalidades legales; y que el Juez dé sus acusaciones por válidas y ponga al declarante en libertad después de 45 días de cárcel.

El desfile de nombres que salieron de la boca de Aldama fue interminable, desde Sánchez y Ábalos, pasando por miembros de la Guardia Civil, la CIA y el FBI, pasando por Montero, Ribera, Begoña, Azagra, el Fiscal General y un larguísimo etcétera.

Tras todo ello, la consigna de la izquierda fue clara: el presunto delincuente (figura equivocada: solo hay presuntos inocentes) no tiene ninguna credibilidad y por lo tanto, todo cuanto dice es completamente falso.

La realidad desmintió instantáneamente esta consigna: ni estábamos ante un pequeño Nicolás ni ante un personaje de Ibáñez. Las fotografías en una montería con los representantes en España de la CIA y del FBI, el video en que un Coronel de la Guardia Civil le imponía una importante condecoración hizo que los listos de siempre tuvieran que tragarse sus ingeniosidades.

Un buen porcentaje de las acusaciones de Aldama va a resultar certero. Aunque lo fueran unas pocas, todas ellas tienen una gravísima carga sobre el gobierno social comunista que, sin embargo, se romperá las manos aplaudiendo a su líder en la reunión federal que celebra estos días.

Aunque es evidente que el 'Aldamagate' es el escándalo de mayor gravedad de este año, todavía no ha llegado hasta su nudo cuando ya se confunde con otro escándalo grave: el secretario general del PSOE de Madrid, Juan Lobato renuncia a su cargo después del linchamiento a que fue sometido en su partido por no cumplir al pie de la letra instrucciones ilegales relacionadas con la pareja de Ayuso y con las filtraciones del Fiscal General.

En esas estamos, con la DANA valenciana todavía sin encauzar, con el gobierno central y el autonómico lanzándose barro mutuamente y ambas partes cometiendo 'gaffes' insoportables: las broncas de la Ministra de Defensa a los damnificados, la subida de sueldos de los miembros de la Generalitat.

Y el mismo hecho de que haya que recurrir a militares para enfrentar problemas que los políticos se muestran incapaces de resolver. La clase política está en crisis y, como consecuencia, lo está también nuestra democracia.