Antes de empezar la entrevista me gustaría trasladar mi más sentido pésame a todas las personas y familiares afectados por la DANA. La trágica pérdida de vidas, hogares y trabajos se ha grabado a fuego en la sociedad valenciana, y más si cabe en colectivos vulnerables como las personas con discapacidad. Hemos estado trabajando desde el primer minuto para ofrecer nuestro apoyo tanto a la Conselleria de Asuntos Sociales como a todas las entidades afectadas y desde aquí quiero mandarles un fuerte abrazo y seguimos a su disposición para lo que haga falta.
Tras unos meses en el cargo, ya que fue elegida en junio de 2024, y desde su experiencia anterior, ¿cuál es la situación general del sector?
El sistema público valenciano de servicios sociales, a través de la acción concertada, ha tenido un avance importante. Aunque es verdad que hemos progresado mucho, todavía hay que reconocer que dista mucho de ser lo óptimo; es decir, todavía es necesario que siga mejorando y hay cosas pendientes todavía por trabajar, por optimizar y por avanzar. Por ejemplo, es muy importante, y eso todavía es un reto, conseguir que la administración realmente cubra el 100% del coste de nuestros servicios. Nuestras entidades estamos ofreciendo nuestros servicios allí donde la administración no llega. De hecho, los centros y servicios que gestionamos forman parte del Sistema Público Valenciano de Servicios Sociales y, por tanto, tienen que estar cubiertos los gastos al 100%; no podemos ser centros deficitarios porque, sino, a la larga hará que no podamos sobrevivir. Y eso no nos interesa a nadie: ni a las entidades, ni a las personas, ni a las familias. Pero tampoco a la Administración.
Si no lo cubre la Generalitat, ¿cómo se cubre ese déficit?
Pues como siempre hemos funcionado. Todas somos entidades sin ánimo de lucro y tienes que recurrir a buscar financiación de otras partes: bien sean otras administraciones, ayudas a través de programas, bien sean rifas, loterías, galas, actos benéficos.... Pero claro, eso no debe ser así. Está muy bien que esas cosas vengan, pero sólo para actividades o gastos añadidos y no nos podemos estancar. Para crecer hay que invertir y necesitamos ingresos, y es importante que la Administración apoye el 100% de los gastos de funcionamiento, por ejemplo, el transporte; aunque ha mejorado, sigue siendo muy insuficiente.
¿Cómo se concreta esta financiación insuficiente?
El acceso de las personas atendidas a nuestros centros no es fácil realizarlo en transporte público, incluso en muchos casos es inviable (más de un 90%) y necesitamos realizar transporte privado. El coste de ese transporte a las entidades nos supone un gasto muy importante que no está cubierto por la financiación que nos da la conselleria. Un ejemplo muy claro: las comarcas rurales, donde el transporte público no existe y se necesita hacer rutas privadas a todas las localidades, para recoger a los usuarios, con distancias kilométricas muy largas. Otro caso es el de las sillas de ruedas: por cada silla de ruedas quitas tres o cuatro plazas en una furgoneta o un microbús, que de 25 plazas se te queda en nueve, o seis, o cuatro… además de ser necesaria la figura del auxiliar. Todo esto encarece mucho el servicio de transporte.
Centrándonos en FEADCV. ¿Cuál es su representatividad en el sector? ¿A cuántas entidades agrupa y qué número de usuarios, o personas atendidas, y familiares aglutina?
FEADCV agrupa a 40 entidades socias, pero representa a más de 130 asociaciones del sector, porque les afectan todas las negociaciones, decisiones y acuerdos de la patronal. Representamos a más de 300 servicios de atención a la discapacidad intelectual y salud mental: centros de día, centros ocupacionales, centros de atención temprana, centros residenciales, viviendas, colegios específicos y la gestión de programas que llevan a cabo muchas de las entidades.
Desde FEADCV atendemos a más de 10.000 personas y representamos a más de 40.000 trabajadores y trabajadoras, del sector de la discapacidad intelectual y salud mental. Dentro de la acción concertada, en la que estamos mayores, infancia y menores, inclusión social y el sector de la discapacidad, somos el sector más grande.
Los programas que se gestionan a través de nuestras entidades también merecen de dotarles de la relevancia que tienen, pues proporcionan servicios a muchas personas con discapacidad, y hay que proporcionarles la seguridad económica para su viabilidad y mantenimiento.
En qué líneas de trabajo estáis centrados ahora mismo desde la federación FEADCV?
Como federación, nuestros objetivos siempre los hemos marcado en tres líneas o ejes: las personas con discapacidad, las entidades a las que representamos y la negociación con la administración. Son las tres líneas de trabajo en las que FEADCV como patronal establece su estrategia. Respecto a la primera, las personas con discapacidad, evidentemente, son nuestra referencia y nuestro punto de partida es que nuestras entidades puedan prestarles los apoyos necesarios para llevar a cabo sus mejores proyectos de vida.
Respecto al segundo eje, casi el 99 % de las entidades a las que representamos está formado por asociaciones, por las propias familias. Todas sin ánimo de lucro y/o de utilidad pública. Venimos de un movimiento asociativo familiar de los años 60-80. Y nuestro objetivo principal es la sostenibilidad de estas asociaciones; es decir, es fundamental ser viables económicamente, que los centros y servicios que ofrecen nuestras entidades tengan la suficiente garantía económica de poder atender todas las necesidades. Está claro que representamos, hoy por hoy, alrededor del 80% de las plazas públicas para personas con discapacidad de la Comunitat Valenciana y nuestras entidades no pueden desaparecer. Dejaríamos sin atención a miles de personas con discapacidad, lo que supondría a las familias el tener que dejar sus trabajos para poder atenderlos.
De ahí la importancia de la colaboración y el entendimiento con la Generalitat...
Es muy importante trabajar estrechamente con la Administración. Necesitamos que la Administración se siente con nosotros. Somos los que estamos a pie de calle con los centros, con los problemas, con la realidad. Ya hemos iniciado alguna reunión para, por ejemplo, mejorar los próximos conciertos.
¿Cuál es la situación de los conciertos con la Vicepresidencia y Conselleria de Servicios Sociales, Igualdad y Vivienda tras el cambio de Gobierno en 2023?
No me gusta hablar de anterior y actual, porque creo que cada administración funciona de acuerdo a sus principios y a sus políticas. Nosotros lo que tenemos que hacer es trabajar, de la forma que sea. No podemos decir ni valorar si una es mejor o peor, sino que nuestro objetivo es que se nos escuche. Sí que es cierto que a nivel de financiación de costes nuestra experiencia es importante, y sí que es verdad que la valoración que FEADCV, como patronal, haga, defienda, argumente y transmita a la administración sobre qué financiación necesitamos para cubrir los costes es crucial.
Bueno, y que sin las entidades, centros y plazas de FEADCV, el sistema no funcionaría...
Pero poder cubrir todos los costes es importante. La administración saca una convocatoria de conciertos públicos, de pública concurrencia y competitiva, pero antes de esa convocatoria debe conocer y contemplar los gastos de financiación necesarios para el personal, para los gastos generales, el transporte y los gastos de obligado cumplimiento, como son contratos de mantenimiento, auditorías,... Es decir, todos los gastos que nosotros conocemos a la perfección, porque estamos a pie de calle y tenemos que comunicar eso a la administración.
¿Cuál es el déficit que existe en la financiación de las entidades?
Hay un déficit importante en el tema de gastos generales.
Sin incluir, ni siquiera, los gastos de transporte.
No, transporte aparte. En gastos generales hay un déficit importante, pues porque llevamos funcionando con módulos de referencia muy antiguos. Desde el 2018 que se estancó el módulo hasta 2022. Sí que es cierto que en el 2023 se subió el 5,7 del IPC y en el 2024 se ha subido el 3,1 del IPC, pero si nos vamos al déficit acumulado desde el 2018 al 2024, el aumento del IPC es mucho mayor. Entonces, como gastos generales, lo que una factura de luz costaba en 2018 y lo que cuesta en el 2024, el aumento es considerable. No lo podemos cubrir con la financiación. Y como la luz, podemos hablar de la alimentación: todos sabemos lo que ha subido el aceite, la leche, el pan... Todo.
Entonces, las entidades tienen gastos a precios de 2024 y una financiación casi a los precios de 2018.
Tenemos gastos de 2024 y financiación casi a precios de 2018, porque de 2018 a 2022 no se subió nada. Debemos empezar a trabajar lo antes posible en el próximo concierto. Y que la convocatoria de un concierto a otro sea lo menos lesiva posible. Queremos que se actualicen los módulos en 2025, porque los gastos suben y no podemos congelar los módulos de financiación.
¿Se da por hecho que la convocatoria de conciertos será lesiva? Llama mucho la atención.
A ver, no es que lo asumamos, es que la experiencia última, o sea, el paso de los conciertos del 2000 que acabó en 2022 a estos del 2022-2026 fue así. Tardó mucho en salir la convocatoria, tardó mucho en resolverse y las entidades sufrimos mucho porque no teníamos ninguna resolución en la que se nos decía que se nos concedía tanto importe económico para el sostenimiento de nuestros centros. Sin esa resolución los bancos no conceden crédito. Pero ni el propio IVF, sin una resolución, puede darte una línea de crédito a la que acogerte. No es que tengamos claro que van a ser lesivos, es que la experiencia anterior del paso de un concierto a otro ha sido muy dañina para nuestras entidades. Esto supuso que entidades estuviesen sin poder pagar a los profesionales durante meses. Y además es un pez que se muerde la cola: tú no tienes dinero y no puedes pagar a los profesionales, o proveedores. , pero tienes que estar al corriente en las obligaciones con la Seguridad Social y Hacienda para poder optar a los conciertos. Sufrimos mucho en 2022 para poder hacer frente a esta situación.
Es decir, que en 2022 estuvimos cerca del cierre de miles de plazas.
Sí, hubo centros que estuvieron al borde del colapso. Y bueno, muchos profesionales sin cobrar y lo que eso supone para las familias que tienen hipotecas, préstamos, niños y niñas que atender.
Para que los ciudadanos sepan cómo funciona el sector, ¿cuánto tiempo de demora hay de media para conseguir una plaza en cada tipo de centro?
Bueno, pues no descubro nada si digo que las listas de espera son interminables. Hacen falta plazas en todos los recursos: residencias, centros ocupacionales, de día, viviendas y centros de atención temprana. Diariamente, nos llaman para ver si tenemos plazas libres. Es muy duro que te llamen las familias, que te cuenten sus situaciones y que no podamos darles respuestas. Es cierto que hay casos graves que a lo mejor en cinco meses tienen que dar respuesta urgente por situaciones de mucha necesidad. Y hay otros casos que no tienen tanta urgencia y las familias están ahí esperando siete, ocho, incluso diez años esperando plaza.
Las personas que atendemos en nuestros recursos permanecen con nosotros hasta que, por diferentes causas, requieran del traslado a otro tipo de recurso (servicios específicos, mayores, …), pero esto son casos contados por lo que generamos pocas plazas vacantes. Sin embargo, muchas personas terminan cada año su etapa de escolarización y es complicado que encuentren plaza en nuestros servicios. Este es uno de los grandes problemas a los que debemos, junto con la administración, intentar buscar solución.