Persuasivo, cautivador, elegante y educado. Siempre con la sonrisa por delante, cercano y con la palabra adecuada, nunca inoportuno. Son algunos de los rasgos para definir a Miguel Arechavaleta Navarro, castellonense de nacimiento y castellonero por convicción y corazón, que ha fallecido en nuestra ciudad a los 70 años.
Visitador médico de la firma ABBOTT, Miguel era de los que las 24 horas del día le daban para mucho más. Con la raya bien definida de su pantalón de pinzas, sus impecables y siempre bien planchadas camisas y su aspecto juvenil, que le hizo aparentar siempre una menor edad, se asomó al periodismo desde distintas versiones, aunque especialmente fue en el ámbito radiofónico. Fue la voz del deporte del balonmano femenino, especialmente del equipo Mades Seguros de Onda, desde los micrófonos de Antena 3 Radio, junto a Manolo Monferrer. Y esa faceta tuvo su punto de partida al haberse casado con una ondenese de genio, figura y gran personalidad, su querida Amparo Guinot. Y más adelante adentrándose en la información de fiestas y tradiciones en Cadena Rato Castellón (hoy Onda Cero), con un programa denominado ‘A tota festa’, junto a Daniel Marco y Suso Postigo. Era fácil identificar enseguida su voz por una sonoridad que remitía a la tierra natal ligada a la lengua.
Miguel Arechavaleta se forjó en el ámbito festivo como cavaller de la Germandat dels Cavallers de la Conquesta, institución que siempre llevó muy dentro de su corazón; militó en la Gaiata 1, Brancal de la Ciutat, donde su adorada hija Ana fue festera de pro, primero como Madrina y después como Dama de la Ciudad, lo que también le llevó a pertenecer a la Junta de Festes. Fue socio fundador y presidente de la Colla Bacalao, y de su sección gastronómica, que luego derivó en l’Olla de la Plana. Porque a Miguel le gustaba la vida social, la fiesta, las tradiciones y el buen comer. Nunca faltó a la Fira d’Onda, a su almuerzo inicial con sus rovellons y tordets. Y por encima de todo eso estaba su fervor a la Mare de Déu del Lledó y su apasionamiento por los colores albinegros.
No fue fiel a una sola mujer, ya que fueron tres las que amó con locura: su madre, Lolita Navarro, casada con el ferroviario Cándido Arechavaleta, y quien fue la matrona más querida de Castellón, una profesional que importó desde el extranjero nuevas técnicas en la preparación del parto; su esposa Amparo, quien ha permanecido junto a él en los buenos y en los últimos malos momentos de su enfermedad, y su hija Ana, una extraordinaria psicóloga clínica tanto de adultos como de infantil y juvenil, especializada también en psicología perinatal. Empática y directa, como su madre y abuela. Tres señoras maravillosas con una simpatía, optimismo y fuerza extraordinarias que fueron determinantes en su vida. Como lo son sus nietos Jaime y Miguel, luchadores desde su nacimiento que, como su abuelo, atesoran valentía y fortaleza. Todos fueron estímulo y ayuda contra su enfermedad hasta el final. En los últimos años de su vida, le costó salir a la calle con su silla de ruedas, porque Miguel era presumido, pero sin caer en la petulancia ni en la altanería. Y a pesar de sus limitaciones, hasta se atrevió a participar en la fiesta de cumpleaños de un amigo que se celebró la sede de la Colla del Rei Barbut el pasado mes de mayo, donde fue recibido por todos con el cariño que él siempre profesó a sus semejantes.
Ahora te marchas demasiado pronto, pero lo haces sin ninguna mancha, sin haber herido y sin que el abatimiento ahogue a quienes te conocimos porque pudimos disfrutar de tu sincera amistad. Hasta siempre.
Miguel descansa durante la jornada de hoy en el tanatorio de La Magdalena, en horario de 11:30h a 19h. Mañana, domingo recibirá un responso a las 12h en el mismo tanatorio.
Desde la redacción de Castellón Información mostramos nuestras más sinceras condolencias a familia, amigos y allegados.
Descanse en paz.