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domingo, 24 de noviembre de 2024 | Última actualización: 18:54

Jornada de inicio del curso pastoral

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Casimiro López. Obispo de la Diócesis Segorbe-Castellón.

Después de la pausa veraniega, nuestras parroquias y otras comunidades eclesiales, los movimientos y los grupos, los arciprestazgos, las delegaciones y los secretariados diocesanos van retomando la actividad ordinaria. También como Iglesia diocesana queremos iniciar el nuevo curso con una jornada de oración y reflexión, destinada a todo el pueblo de Dios que peregrinamos en Segorbe-Castellón; tendrá lugar el próximo día 13 de septiembre en el Seminario diocesano Mater Dei en Castellón.

La jornada de este año tiene una especial importancia ya que comenzamos un nuevo Plan Diocesano de Pastoral para varios años, centrado en la parroquia; es bueno y necesario que entre todos descubramos lo que el Señor a través de su Iglesia y de los signos de los tiempos nos pide hoy para que nuestras parroquias sean evangelizadas y evangelizadoras, y no queden reducidas, como a veces ocurre, a meros lugares de servicios religiosos o estructuras administrativas. Para este fin nos hemos propuesto como objetivo general de nuestro Plan Pastoral trabajar para que nuestras parroquias sean comunidades de discípulos misioneros en el anuncio, la celebración y testimonio del Evangelio. Y lo queremos hacer a la luz de la hermosa e interpelante exhortación Evangelii gaudium del Papa Francisco, que es una declaración programática en toda regla.

La jornada, que os anuncio y a la que os invito de corazón, versará precisamente sobre esta exhortación y servirá como introducción a la tarea de este año pastoral, que lo vamos a dedicar al estudio y reflexión personal y en grupos de la Evangelii gaudium, con el fin de dejarnos impregnar, interpelar y renovar por sus palabras. Este trabajo, si lo hacemos desde la oración, la humildad, la sinceridad, el diálogo, la verdad y la caridad, nos ayudará a crecer en la fidelidad al Señor y al estilo de vida del Evangelio, basado en el encuentro renovador con Cristo, así como a experimentar y transmitir su alegría transformadora; en una palabra: nos llevará a la necesaria conversión y renovación personal, comunitaria y pastoral de nuestra Iglesia y de nuestras parroquias, a las que nos llama el Papa Francisco. Es preciso, por ello, leer, estudiar y meditar con calma y con paz la Evangelii gaudium. Y es necesario, sobre todo, leerla con corazón abierto, en permanente actitud de escucha y de examen de conciencia ante el Señor dónde estamos y hacia dónde debemos caminar.

El Papa Francisco nos dice en esta carta lo que quiere y espera de la Iglesia, de los cristianos, de nuestras comunidades, en especial de las parroquiales. Él quiere una Iglesia centrada en Cristo y en su Evangelio de salvación, servidora y pobre, caritativa y evangélica; una Iglesia de sinodalidad y de comunión, una Iglesia desmundanizada y en estado de permanente conversión, seguimiento y misión, una Iglesia que evangeliza porque se deja continuamente evangelizar. Una Iglesia madre de corazón entrañable y misericordioso, que sea casa de puertas abiertas, donde haya sitio para todos. El Papa nos alerta ante una iglesia desalentada, desnortada, aburrida, muda, paralizada, quieta, perezosa, triste o encerrada. Francisco quiere una Iglesia en salida, cuya identidad y misión es la dulce y confortadora alegría de evangelizar.