El sector de Servicios Sociales ha aprovechado la convocatoria para reivindicar más personal, infraestructuras adecuadas y medidas de seguridad reales
El tercer sector ha salido a la calle este viernes en Castelló para recordar a la educadora asesinada en Badajoz el pasado domingo a manos de los menores con los que trabajaba en una vivienda tutelada. Una jornada reivindicativa que se ha extendido por diferentes punto de la ciudad.
La plaza Mayor ha acogido a primera hora de esta mañana un minuto de silencio, al que se ha sumado la concejala de Servicios Sociales, Maica Hurtado, así como otros ediles de la corporación municipal y vecinos. Una imagen que se ha vivido también a las puertas de los distintos centros de Servicios Sociales y que ha tenido como acto central una concentración en la dirección territorial de Bienestar Social de Castelló.

Allí, decenas de profesionales del sector han aprovechado para gritar alto y claro la necesidad de aumentar el personal e incrementar los medios de seguridad con los que cuentan los trabajadores y educadores sociales para evitar tragedias como la sucedida hace unos días.
El acto ha contado con la lectura del manifiesto, en el que han evidenciado “la alarmante precariedad laboral y riesgos psicosociales” a los que se enfrentan. “Este trágico crimen no es un hecho aislado, sino el reflejo de unas condiciones laborales deficientes que ponen en riesgo tanto a los profesionales como a las y los menores que atendemos”, han afirmado.
“Nuestro trabajo no puede ser sinónimo de inestabilidad, de precariedad, de falta de condiciones laborales dignas, en algunos casos llegando a la peligrosidad, ni podemos ejercerlo apoyado en la vocación o el sacrificio humano de quienes nos dedicamos a ello”.
En este sentido, han denunciado “la insuficiencia de personal, la sobrecarga de trabajo, los contratos inestables, la falta de descanso entre turnos, que en muchos casos sobrepasan las 12 horas, ratios que no permiten una intervención de calidad y trabajar solas en turnos sin compañeras ni la presencia de personal de seguridad o sistemas de vigilancia”.
Y para hacer frente a esta situación, han reclamado más medios: “Necesitamos recursos suficientes para que nuestro trabajo no dependa del esfuerzo sobrehumano de cada persona. Recursos que garanticen que cada intervención se realice con seguridad, tanto para quienes la reciben como para quienes la brindan”.
Una de las peticiones más urgentes es la del aumento del personal: ”Es fundamental reducir la ratio de atención porque no podemos seguir asumiendo cargas de trabajo inhumanas que nos impiden ofrecer un acompañamiento digno y seguro”, lamentan.
Asimismo, han instado a la transformación del Sistema de Servicios Sociales: “La gestión indirecta y la mal denominada colaboración público-privada han llevado a un modelo precario donde prima la rentabilidad económica sobre la calidad y la seguridad del servicio. No podemos seguir permitiendo que los derechos sociales dependan de modelos que precarizan el trabajo y debilitan los servicios”.
Con todo, los trabajadores y educadores sociales de Castelló exigen unas “condiciones dignas y seguras para profesionales y usuarios” y una mayor inversión en personal, infraestructuras adecuadas y en medidas de seguridad reales para “que trabajar no nos cueste la vida”.